El Golf GTI 8 (perteneciente a la octava generación del Volkswagen Golf) tiene un motor de gasolina de 245 caballos de potencia y su precio es 42 655 euros con cambio de marchas manual (44 650 con el automático DSG; todos los precios). La tracción es siempre en las ruedas delanteras: el Golf deportivo con tracción total es el Golf R. También hay una versión denominada GTI ClubSport de 300 CV.
Con el Golf GTI he hecho varios recorridos en condiciones muy distintas. Uno de ellos de ida y vuelta, donde por la mañana elegí vías repletas de curvas de trazado medio y lento con buena visibilidad, puertos de montaña, piso frecuentemente irregular y un tráfico despreciable. Una vía digna de un rally. A la vuelta, por la tarde, más cansado, elegí carreteras de segundo orden en buen estado y autovía, pues era la alternativa más recta, rápida y cómoda para llegar a mi destino.
El viaje de ida no se pareció nada al de vuelta: ni por tipo de vía, estilo de conducción, velocidad media o tiempo empleado. Pero hubo algo en común en ambos desplazamientos, y es la satisfacción de ir a los mandos de un coche que hace muy bien cosas tan distintas y que no consume carburante de forma excesiva para la capacidad de aceleración que tiene. Así es, básicamente, el Volkswagen Golf GTI actual (y así eran —más o menos— varios de los Golf GTI que ha habido hasta la fecha).
Lo anterior no quiere decir que este GTI 8 sea exactamente igual que el anterior, de séptima generación (información del Volkswagen Golf GTI VII). En el de octava, Volkswagen ha endurecido los muelles y ha utilizado algunas soluciones que tenía el anterior GTI Performance, todo ello para que sea más inmediato y vivo que el anterior GTI 7 «a secas». Y se nota. En el apartado Información técnica damos más detalles.
Este coche cubre un amplio abanico de posibles usos y necesidades. Eso no significa que a todo el mundo le satisfaga: por ejemplo, para el conductor que dé una prioridad máxima a la efectividad en curva y a las sensaciones próximas a las que se pueden tener en un coche de competición, un Honda Civic Type R es mucho mejor (no sólo ya que el Golf GTI, sino también que casi cualquier coche del mercado de precio más o menos parecido, con permiso del Toyota GR Yaris). Más información en el aparatado Impresiones de conducción.
El gran problema del Golf GTI es su precio, ya que cuesta mucho más que otros coches que, en términos generales, cumplen una función teóricamente muy similar. De hecho, incluso algunas alternativas son mejores en algunos puntos. Por ejemplo, el Ford Focus ST es mucho más barato (ficha comparativa) y más ágil en curvas lentas (algo que se nota más en circuito que en carretera). También eran más ágiles y baratos los descatalogados Renault Mégane RS 2018 (de momento no hay una versión R.S del Mégane 2020) o el Peugeot 308 GTI 2017. El Hyundai i30 N 2020 todavía no se vende, pero presumiblemente también será mucho menos costoso que el Volkswagen Golf GTI 8. Para algunos clientes el precio del Golf no estará justificado y tienen su parte de razón; para otros tendrá sentido el desembolso porque se nota el cuidado que Volkswagen ha puesto en casi todo para que el agrado de uso sea altísimo, y también tienen razón.
Entre los rivales de este coche, sólo el BMW Serie 1 128 ti es un poco más costoso (42 900 euros), que también es más potente (265 CV). El Mercedes-Benz Clase A 250 4Matic es más costoso, pero no es del todo comparable porque tiene tracción total.
Lo que no me ha gustado de este GTI 8 es la proliferación de mandos táctiles en el volante y en la consola. Esta solución obliga a distraerse más de la cuenta para hacer cosas sencillas como cambiar la temperatura del climatizador. Bajo mi punto de vista, los mandos del volante inducen a realizar por error acciones que uno no quiere: en mi caso, perdí la cuenta del número de veces que activé la calefacción del volante cuando quería pulsar la flecha del grupo de mandos táctiles que hay en el brazo derecho del volante (imagen).
Como es habitual en este tipo de versiones deportivas, los parachoques, los faros antiniebla, las salidas de escape y las llantas tienen un diseño diferenciado del resto de la gama. Los faros son de ledes, los mismos que el del resto de Golf, pero en el GTI hay una línea iluminada que recorre la parrilla a lo ancho (imagen, la función de esta línea iluminada es decorativa). Por encima de ella hay otra línea de color rojo, no iluminada, también ornamental. Los faros antiniebla están compuestos por cinco puntos LED a cada lado dispuestos en forma de X (imagen). Las pinzas de los discos de freno van pintadas en rojo. En la parte posterior hay dos salidas de escape redondas, una a cada lado (imagen).
Las ayudas a la conducción que puede tener son muy numerosas, pero no hay ninguna que no lleve actualmente el Golf 2020. Entre ellas están el programador de velocidad activo con «Travel Assist» (permite al vehículo acelerar, frenar y tomar algunas curvas suaves; el conductor debe llevar siempre las manos en el volante) y la tecnología de comunicación Car2X, que permite intercambiar información sobre el estado del tráfico con otros vehículos que dispongan de la misma tecnología. Más información sobre ellos en el artículo del Golf 2020. Este Golf tiene un sistema artificial para potenciar el sonido del escape.
Del Golf GTI anterior (la séptima generación) hubo tres versiones: GTI (230 CV), GTI Performance (245 CV) y GTI TCR (290 CV); ficha comparativa.
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