Es un prototipo que muestra algunos rasgos de un nuevo todoterreno que Volkswagen lanzará en el futuro. Será un modelo de menor tamaño que el Tiguan y Touareg.
Mide 4,13 metros de longitud, con lo cual es ligeramente más largo que un Ford EcoSport y es casi igual que un Renault Captur o Nissan Juke. El maletero tiene «cerca de 300 litros de capacidad», con lo cual no es muy grande para las dimensiones de la carrocería.
El T-Cross tiene carrocería descapotable, una solución muy poco frecuente en un todoterreno y que no tiene por qué estar presente en el modelo definitivo.
Tiene un motor de gasolina 1.0 TSI de 110 caballos (de 1,0 litros de cilindrada, inyección directa y sobrealimentado por un turbocompresor) y la caja de cambios es automática (DSG) de siete relaciones. Según Volkswagen, este prototipo puede acelerar desde parado hasta 100 kilómetros por hora en 10,3 segundos y su velocidad máxima es 188 kilómetros por hora. El consumo medio de carburante es 5 l/100 km. Tiene un depósito de 40 litros de capacidad.
El manejo de la mayor parte de las funciones se realiza mediante superfices táctiles dispuestas en el salpicadero (solución que Volkswagen también utiliza en el BUDD-e prototipo). Sólo hay mandos clásicos para accionar los elevalunas y abrir y cerrar el techo. También hay algunas funciones que se pueden controlar por gestos.
El T-Cross tiene un sistema de conducción predictiva que toma la información del sistema de navegación y de la cámara que hay en la parte superior del parabrisas. Con esa información, el sistema puede alterar la respuesta del motor, de los amortiguadores (que son de dureza variable; DCC) y de la dirección. El sistema de conducción predictiva también puede reconocer si el coche circula por asfalto o pistas de tierra y activa un modo de conducción específico para esta superficie.