El Volkswagen Golf R es la versión más potente de la gama Golf, por encima de los GTI y GTI ClubSport. Tiene 320 caballos de potencia y un cambio automático de siete relaciones. Cuesta 59 215 euros con carrocería 5p y 60 145 con la familiar o Variant (precio, ficha y equipamiento). Está en venta desde finales de 2020.
Volkswagen ha hecho con este Golf R (al menos con el 20 Aniversario que es el que hemos probado) un modelo con un enfoque distinto a los anteriores (ha habido cuatro más: información del primer Golf R32, del Golf R32 de 2005, del Golf R de 2010 y del Golf R de 2014). Es más veloz en recta pero, sobre todo, es más eficaz en curva lenta. Probablemente, es la primera vez que un Golf R no se siente ligeramente falto de agilidad o pesado en conducción al ataque. Lo he probado siempre sobre asfalto seco y con buena adherencia, con unos neumáticos previstos para un uso en vías públicas y tandas de circuito, unos Bridgestone Potenza Race.
Golf R 20 Aniversario y Golf R 333
En noviembre de 2022, Volkswagen puso a la venta la versión R 20 Aniversario, que tiene 333 caballos y más equipamiento que el R. Su precio es de 71 655 euros (precio ficha y equipamiento), superior al de sus posibles y escasas alternativas. Entre ellas está el Audi S3 Sportback (técnicamente muy similar), el BMW Serie 1 M135i xDrive y el Mercedes-Benz Clase A 35 4MATIC. Este Volkswagen Golf R 20 aniversario se distingue de los R por su potencia y porque dispone de serie de los siguientes elementos:
- Paquete R-Performance: aumento de velocidad máxima a 270 km/h, llantas de 19 pulgadas, perfiles de conducción. Nürburgring y Drift y alerón trasero más grande.
- Escape deportivo de titanio Akrapovič.
- Asientos delanteros deportivos tapizados en cuero «Nappa-Carbon» con calefacción y ventilación.
- Otros elementos estéticos, como los radios de las llantas y las carcasas de los espejos retrovisores en color azul.
En mayo de 2023 Volkswagen presenta el Golf R 333, una edición limitada a ese número de unidades, dato que también coincide con la potencia de su motor. Es, básicamente, un Golf R 20 aniversario que se diferencia exteriormente porque tiene un color específico (amarillo lima metalizado), una banda negra que recorre la parte inferior de las puertas con la inscripción 333 y una placa en el interior que indica la unidad de la cual se trata entre el total de 333 (imagen).
Imágenes exteriores e interiores del Volkswagen Golf R, R 20 Aniversario y R 333
Reacciones en curva
El Golf R 20 Aniversario no emociona nada más montarse en él. A mi al menos no me ha ocurrido, pero sí me sucede en coches como un Porsche 718 Cayman, en un Alpine A 110 S y, en mucha menor medida, en un Volkswagen Golf GTI. Los primeros kilómetros a los mandos del Golf R 20 aniversario son poco estimulantes hasta tal punto que incluso llega a parecer un coche algo soso. En un uso cotidiano, se notan más sus desventajas respecto a cualquier otro Golf que sus ventajas. Gira mal (tiene un diámetro de giro de 12 metros frente a los 10,9 de un Golf GTI y por ello hay que maniobrar más veces en sitios pequeños), la suspensión es más incómoda y el ruido de rodadura es mayor.
El Volkswagen Golf R 20 aniversario muestra sus mejores cualidades en carreteras de curvas o en circuitos. La velocidad que se puede mantener es muy elevada en todo momento: antes de llegar a las curvas porque tiene unos frenos potentes que permiten retrasar bastante el momento de la deceleración; a la entrada de las mismas porque la adherencia es muy alta y, a la salida, porque es posible pisar pronto y mucho el acelerador.
Sobre firme adherente no resulta sencillo encontrar el límite al chasis, porque está muy alto. El Volkswagen Golf R 20 aniversario no es el típico deportivo light en el que uno se puede divertir a un ritmo no excesivamente rápido buscando el punto de deslizamiento de las ruedas.
El Volkswagen Golf R es un deportivo serio, pero también relativamente fácil de conducir. Digo «relativamente» porque tiene potencia y un paso por curva más que suficientes como para exigir mucho de su conductor. A fin de cuentas las cosas llegan y pasan deprisa. Y, a la vez, digo «fácil», porque no tiene tendencia a descolocarse de forma reseñable ni por exceso de aceleración ni de retención en curva. El Golf R 20 aniversario es menos exigente y brusco que un Toyota GR Yaris RZ, que tiene más sabor a coche de competición. El conductor del Toyota tiene más margen para cambiar la trayectoria del coche durante los apoyos, más margen para jugar con él y, por lo tanto, más posibilidades de equivocarse.
Las reacciones de este Volkswagen son ejemplares cuando el firme está en buen estado. En particular, me ha gustado cómo funciona la suspensión DCC en carreteras estropeadas. Absorbe razonablemente bien las irregularidades y las ruedas no tienen tendencia a rebotar aunque se elijan las posiciones más duras de los amortiguadores variables (aunque no es lo ideal en carreteras irregulares).
Prestaciones y consumo
La aceleración del Volkswagen Golf R 20 aniversario es muy elevada. Según nuestras mediciones puede pasar de 80 a 120 en 2,8 segundos, que es el mismo tiempo que empleó un Polestar 2 Long range Dual motor Performance Pack (2020), casi lo mismo que un Alpine A110 S (2,7 s) y ligeramente más de lo que necesitó un Toyota GR Supra de 340 CV (2,9 s). El motor de 2,0 litros y 333 caballos no tiene una respuesta tan lineal como, por ejemplo, el de un Volkswagen Golf GTI. Se nota un poco más de retraso desde que se pisa el acelerador hasta que llega la potencia, que siempre lo hace de forma algo más brusca.
El consumo de carburante del Golf R 20 Aniversario es normal: en nuestro recorrido de referencia por autopista gastó 9,0 l/100 km. Si se conduce con suavidad por vías de circunvalación con poco tráfico y carreteras de segundo orden fáciles, el gasto puede estar sobre los 8,0 l/100 km e incluso algo menos. Durante los 1074 km en los que ha consistido la prueba, el dato medio cada cien kilómetros ha sido de 10,3 l.
Cambio automático y tracción total
El cambio de marchas funciona bien. El modo D es correcto para circular de forma cotidiana, pero quizá es algo lento y poco receptivo para una conducción más dinámica, algo que se soluciona con el modo deportivo (o S). Adicionalmente, hay levas detrás del volante (imagen) para elegir marcha de manera manual, una alternativa que casa muy bien con el planteamiento del coche, ya que permiten realizar los cambios de marcha justo en el momento oportuno. Si se usan las levas y está el modo de conducción Race activado, el cambio no elige una marcha superior cuando el motor llega al corte de inyección.
Una de las claves de que el Golf R 20 aniversario sea tan veloz en curva (además de los neumáticos y otras cosas como la puesta a punto del chasis) es la tracción total, muy distinta a la de los Golf R anteriores. Ahora hay un diferencial trasero autoblocante de tipo vectorial. Lo que hace, básicamente, es que a la salida de las curvas manda más fuerza a la rueda exterior (que es más o menos acusada en función del modo de conducción seleccionado), con lo que se induce una fuerza de guiñada que ayuda a modificar la trayectoria (esta función se llama R-Performance Torque Vectoring). Otra de las cosas que hace el sistema de tracción total del Golf R es facilitar al conductor la realización de derrapes con el modo Drift, ya que toda la potencia del motor va a las ruedas posteriores.
Modos de conducción
Hay cuatro modos de conducción: Comfort, Sport, Race e Individual, que se pueden activar desde la tecla R del volante (imagen) o desde la pantalla táctil del salpicadero (imagen de los modos de conducción posibles). El modo Sport es el que se activa por defecto al arrancar el coche y probablemente sea el más adecuado para la mayor parte de las ocasiones: no hace al Golf R claramente incómodo, pero sí le da un tacto más picante que el Comfort, que quizá sea algo aburrido.
El modo Sport está bien equilibrado para no poner en apuros al conductor. Si por alguna razón las ruedas pierden más adherencia de la cuenta, el control de estabilidad actúa de forma clara. Por encima está el modo Race, previsto para circuito e implica principalmente dos cosas. Una, un control de estabilidad más permisivo (ESC Sport; también se puede desconectar, aunque se activa de nuevo si el sistema Front Assist detecta un obstáculo) y, dos, que el diferencial autoblocante trasero pasa más fuerza a la rueda exterior de la curva. El modo de conducción Race también incrementa el ruido que produce el sistema de escape frente al Sport, aunque nunca llega a ser ni muy patente ni molesto (al menos desde el interior del coche) y desactiva el avance por inercia.
Teóricamente, el modo Race es el más adecuado para extraer todo el potencial al Golf R 20 aniversario, aunque también es el más brusco. No trata a los ocupantes con ninguna delicadeza, pues sienten mucho los envites del cambio de marchas al pasar a una relación superior, del motor al abrir gas y de la suspensión sobre firme ondulado. En definitiva, con el programa Race se aprecia claramente que hay una especie de transformación del Golf R, que llega a transmitir sensaciones que se acercan un poco a las que se pueden tener en un coche de competición.
El modo Race se desdobla en dos modos adicionales: Nürburgring (que adapta el funcionamiento de la caja de cambios automática, el sistema de tracción y la suspensión a las características de ese trazado) y Drift que desconecta el control de estabilidad y el eje delantero deja de recibir la fuerza del motor para favorecer los derrapajes. Por último, el modo Individual permite ajustar a voluntad la dureza de la suspensión, de la dirección y el funcionamiento del cambio automático.
Frenos
La capacidad de frenada del Golf R es buena y el tacto del pedal del freno da confianza. Es el Volkswagen Golf que mejor ha frenado de cuantos han pasado por km77.com. Según nuestras mediciones, ha necesitado 49,2 metros para detenerse desde 120 km/h, que es un dato muy bueno (el Golf GTI 8 empleó 52,5 m). No he llegado al punto de que los frenos pierdan eficacia de forma clara por calentamiento, aunque no los he probado en circuito. Es cierto que después de cuatro o cinco frenadas intensas, las pastillas desprenden un olor desagradable, pero los frenos aún conservan buena capacidad para detener el coche. Hay más información sobre el sistema de tracción, los ajustes del chasis y los frenos en el apartado Información técnica.
Interior
El interior del Volkswagen Golf R tiene varios detalles específicos. El sistema multimedia denominado Discover Media (con pantalla de 10 pulgadas, imagen) «da la bienvenida al conductor con una pantalla de bienvenida R». La instrumentación de pantalla (con decoración predominantemente azul y negra) tiene dos menús específicos denominados Sport y Race. En el Sport, el cuentarrevoluciones aparece en el centro de la pantalla y presenta forma circular. En el modo Race, aparece en forma de barra graduada de 0 a 8 (imagen). Además de los valores habituales como la velocidad o el régimen de giro del motor, la instrumentación del Golf R muestra datos que pueden ser interesantes en conducción deportiva, como la presión de sobrealimentación, la distribución de la fuerza del motor en cada rueda, el dato de la fuerza g y la temperatura del aceite del motor y de la transmisión.
Si se monta el paquete de cuero Nappa (de serie en el R 20 aniversario), los asientos van tapizados en este material, tienen regulaciones eléctricas, ventilación y calefacción. Son cómodos y tienen un mullido firme y unos apoyos laterales que no son especialmente pronunciados (imagen). Sujetan bien el cuerpo, pero no tienen nada que ver con baquets realmente deportivos o los ideales para una tanda en circuito. Tienen el reposacabezas integrado y ligeramente echado hacia delante, de tal forma que algunas personas les puede quedar pegado a la cabeza.