El Volkswagen Jetta es una berlina muy cómoda y agradable de conducir. Tiene una suspensión que filtra bien las irregularidades del asfalto, aunque no tanto como un Renault Fluence algo más confortable. Creo que en un Ford Focus Sedán se notan más las imperfecciones de la carretera. El Jetta no puede llevar la suspensión adaptativa («DCC») que sí está disponible en el Golf. Es una pena porque da muy buen resultado (más información).
Tiene un tacto diferente al del Golf cuando se quiere circular rápido por carreteras reviradas, pero la diferencia, si la hay, no es grande. En autovías y autopistas, es muy agradable porque tiene una buena estabilidad linea y permite que el conductor no se fatigue hasta que han pasado un buen número de kilómetros.
El Jetta transmite seguridad a quien lo conduce. No tiene reacciones inesperadas que puedan sorprender a su conductor. La dirección tiene buen tacto y permite conocer en todo momento qué sucede bajo las ruedas. Es menos directa que la de un Focus Sedán. En éste, la más mínima insinuación sobre el volante se traduce en un giro de las ruedas.
El habitáculo tiene un buen aislamiento acústico, aunque no tanto como en el Golf. El ruido de rodadura es perceptible en el interior. La visibilidad es buena en todas direcciones, aunque puede llegar a echarse de menos unos espejos retrovisores exteriores de mayor tamaño. Desde mayo de 2012 es posible adquirir —unicamente en las versiones «Sport»— unos faros de xenón, que garantizan una mejor iluminación que los de serie.
Una cualidad destacable es que gira en poco espacio, dadas sus medidas exteriores. Por ejemplo, esto supone ahorrarse ciertas maniobras a la hora de aparcar. Un Volvo S60, que mide casi lo mismo, necesita mucho más espacio para girar a baja velocidad.
1.6 TDI 105 CV BMT
El motor Diesel de 105 CV tiene fuerza suficiente en casi cualquier circunstancia. Sólo se echará en falta algo más de capacidad de respuesta cuando se quiera adelantar en poco espacio o ganar mucha velocidad en muy poco tiempo, así como a la hora de subir pendientes pronunciadas. En estos casos es necesario reducir una marcha si se desea que el motor no se ahogue. Éste da la potencia de forma muy lineal, aunque se nota mayor fuerza entre 2.000 y 3.000 rpm. Para circular a ritmo normal, ya sea en carretera de doble sentido o en autovía, es un motor muy válido.
Aún así, es de los motores Diesel más lentos de los que hemos medido prestaciones. Ni acelera con rapidez de 80 a 120 km/h ni recupera bien en 4ª y 5ª velocidad. Es ligeramente más lento que, por ejemplo, modelos de similares características como unRenault Fluence,con el motor Diesel dCi de 110 CV (tabla comparativa). Además, no sale muy bien desde parado, aunque no llega a ser un inconveniente decisivo en circulación urbana.
Curiosamente, este motor nos parece más áspero y ruidoso que en un Golf. Da la sensación como si el Jetta tuviese menos cuidados para aislar al motor de los ocupantes. Las vibraciones y ruido se perciben especialmente en circulación urbana y al acelerar intensamente a baja velocidad. También es más ruidoso que el Renault Fluence 1.5 dCi 110 CV o el Peugeot 308 con el motor 1.6 HDi 112 CV.
La versión que hemos probado llevaba el paquete «BlueMotion Technology» que supone ciertas medidas para que el consumo sea el mínimo posible. Entre ellos sobresale un sistema de parada y arranque automático del motor en las detenciones («Stop/Start»). Tiene un funcionamiento correcto, permite arrancar el motor una vez detenido en poco tiempo, no es ruidoso y es suave, aunque no tanto como el de, por ejemplo, la versión e-HDi del Peugeot 308. Únicamente es posible arrancar el motor de nuevo tras una parada pisando el embrague.
El Jetta 1.6 TDI 105 CV BMT tiene un gasto medio homologado de carburante de 4,2 l/100 km. En nuestro recorrido habitual de consumo, un trayecto por autovía de 143,3 km con varias pendientes pronunciadas, gastó 5,1 l/100 km —a una media real de 120 km/h—. Es un consumo muy bajo, próximo al de un Renault Fluence con el motor Diesel dCi de 110 CV (5,3 l/100 km). Un Ford Focus Sedán, con el motor Diesel TDCi de 114 CV, gastó en ese mismo recorrido notablemente más (6,1 l/100 km), igual que sucede con la versión e-HDi de 112 CV del Citroën C4 (6,3 l/100 km).
Nuestra unidad de pruebas ha frenado bien, aproximadamente como la media de las berlinas de su tamaño (tabla comparativa). En frenadas fuertes, el Jetta es estable y no pierde la trayectoria, lo que incrementa la sensación de seguridad de su conductor. En este sentido, sí tiene un pequeño inconveniente: la primera parte del recorrido del pedal apenas hace efecto sobre el sistema de frenos.
El Jetta que hemos probado con detenimiento llevaba unos neumáticos Continental ContiPremiumContact 2, de medidas 205/55 R16, que daban buena adherencia, pero no excelente. La caja de cambios de esta variante, manual de cinco velocidades, tiene buen tacto y es agradable de utilizar porque todas las marchas entran con facilidad.
1.2 TSI 105 CV BMT
Durante la presentación del Jetta también pude probar la variante de gasolina de 105 CV. Me pareció más recomendable que la Diesel de igual potencia por capacidad de aceleración, no así si el consumo es una razón de compra prioritaria —el 1.2 TSI 105 CV gasta 1,1 l/100 km más que el 1.6 TDI 105 CV, según las cifras homologadas—. Además, tiene un tacto de embrague más agradable.
La versión TSI de 105 CV reacciona con mayor rapidez a la acción del conductor sobre el pedal del acelerador y tiene más fuerza. Esto es especialmente apreciable entre 1.000 y 2.000 rpm, cuando a la versión Diesel le cuesta mucho ganar velocidad, lo que no sucede en la variante de gasolina. A partir de 2.000 rpm, los dos motores aceleran de forma similar. El motor TSI de 105 CV es muy agradable porque es silencioso y apenas vibra al ralentí.
El gasto de carburante real de la variante de gasolina 1.2 TSI de 105 CV BlueMotion Technology también es mayor que el homologado (5,3 l/100 km), como sucede en el 1.6 TDI 105 CV. En la presentación, en un trayecto de 57 km por carreteras de doble sentido, a ritmo normal aunque con ciertas fuertes aceleraciones para realizar varios adelantamientos —a una media de 34 km/h—, gastó 8,2 l/100 km según el ordenador de viaje.
Salvo por el consumo, la versión TSI es más ventajosa tanto por respuesta al acelerador como por precio. Así, es 1120 € más asequible (ficha comparativa). Para poder rentabilizar la diferencia de coste de la variante Diesel por su menor consumo, y teniendo en cuenta los precios actuales de los carburantes, hay que realizar 65 000 km. No es una cifra muy alta, por lo que si sólo se tiene en cuenta la cuestión económica, el Jetta 1.6 TDI de 105 CV puede ser una buena elección para determinados conductores.
Si se va a viajar con el coche cargado frecuentemente, por ejemplo con cuatro personas y su equipaje, son más recomendables las variantes de mayor potencia: 2.0 TDI de 140 CV (Diesel) y TSI de 122, 160 ó 200 CV (gasolina) —estos tres últimos están disponibles desde mediados de 2011 (evolución de la gama)—.