Teniendo en cuenta su longitud, tiene un espacio longitudinal muy grande, y mucha altura libre en las dos filas de asientos. No es especialmente ancho, pero esto es poco importante en un coche de cuatro personas.
Entre los dos asientos traseros hay una bandeja de plástico (útil para depositar objetos, para sujetar dos envases de bebida o para colocar un cenicero móvil).
Los Fox que se venden en España sólo tienen dos puertas laterales. No obstante, éstas son muy grandes y tienen un ángulo de apertura amplio (unos 80º), que garantizan un acceso cómodo al interior. Opcionalmente, puede tener un sistema de acceso con memoria en los asientos delanteros.
El interior es funcional porque hay un buen número de huecos donde depositar objetos, que incluye un cajón debajo del asiento del conductor.
La posición al volante es muy elevada, más que en utilitarios de un tamaño semejante. El «punto H» (que es como algunos fabricantes llaman al punto donde está la articulación del fémur con la cadera), va 60 mm más alto que en un Polo.
El volante tiene amplios reglajes de altura y profundidad y se puede conseguir una distancia correcta para distintas tallas entre el volante, asiento y pedales. Los asientos son suficientes por sujeción lateral (algo que cobra más importancia en un coche alto) y son normalmente cómodos (hay a quien nos parece que el respaldo da poco apoyo en la parte superior de la espalda).
La banqueta trasera tiene de serie un desplazamiento longitudinal de 150 mm. Con este asiento, el volumen del maletero puede pasar de 260 a 353 l. El desplazamiento del asiento trasero se puede hacer desde habitáculo o desde el maletero. Además de desplazarse hacia adelante, se puede abatir el respaldo y la banqueta.
Mover longitudinalmente el asiento no requiere mucho esfuerzo, pero abatir el respaldo y plegar la banqueta sí es pesado para una persona normal.
Para que se pueda bascular todo el conjunto es necesario que los asientos delanteros estén desplazados a su posición más adelantada.
Una vez basculado todo el asiento trasero, los dos pasajeros delanteros tienen cierto margen para retrasar sus asientos, pero tampoco del todo. Es decir, quien sea muy alto y habitualmente conduzca con el asiento atrás del todo, no puede ir cómodo si abate el asiento trasero.
En los paneles laterales de las puertas hay unos ganchos para sujetar los cinturones de seguridad para que no queden pillados al manipular las plazas traseras.
Como muchos utilitarios relativamente económicos (este Fox no lo es), es un coche sencillo por calidad y equipamiento, sin concesiones al lujo o refinamiento. Todo el interior está recubierto de plásticos duros que, en general, encajan bien unos con otros. No obstante, hay plásticos (por ejemplo los bordes de las bolsas de las puertas y en la tapa de la guantera) que tienen el borde afilado.
Cuando se abate todo el asiento trasero, queda completamente a la vista el relleno de espuma (blanca) del asiento y todo el mecanismo que lo articula. La parte interior del portón tiene poco guarnecido; queda a la vista mucha chapa.
Todo el interior es de color negro (su aspecto es serio), prácticamente no hay detalles de plástico de otro color (salvo pequeños detalles en plateado en los tiradores de las puertas, una pequeña banda en el salpicadero, el cerco de la base de la palanca de cambios y el botón del freno de mano).
Los mandos de la climatización quedan bajos y es habitual tener que separar la vista de la carretera para accionarlos. El indicador luminoso que indica si el aire acondicionado está conectado, es difícil de distinguir en un día soleado.
La instrumentación está presidida por un velocímetro en una esfera redonda; a ambos lados hay dos pequeñas medias esferas con el nivel del combustible y el cuentarevoluciones. El Fox no tiene, ni como opción, ordenador de viaje; exclusivamente tiene un indicador digital de kilómetros totales, un parcial y un reloj. Con una pequeña pulsación en los mandos de los intermitentes, éstos hacen tres ráfagas.