El aspecto del Volkswagen 1L es semejante al de los coches que participan en la Shell-Eco Marathon. Como en ese caso, se ha reducido la resistencia aerodinámica por los dos métodos posibles: la superficie frontal y el coeficiente Cx.
A partir de la premisa de que fuera un biplaza, no queda otra solución que colocarlas en tándem. Por ello, la carrocería es larga con relación a su diámetro medio, lo que favorece el Cx. Mide 3.646 mm de largo, 1.248 mm de ancho y 1.100. La superficie frontal es sólo 1 m³, la mitad que un coche normal. El Cx es también la mitad que el de un utilitario normal de cuatro o cinco plazas: 0,159. Por tanto, el factor de resistencia del 1L es 0,159 m², casi cuatro veces menor que el que el de un Volkswagen Lupo (0,63).
Para conseguir que el consumo de energía eléctrica sea el menor posible, este prototipo tiene faros delanteros de doble xenón (para cortas y largas) y las luces de la parte trasera del mismo así como los intermitentes e iluminación interior son de tipo LED.
Para acceder hay que levantar el techo, que se abre de lado como la carlinga de algunos aviones. Los asientos tienen una estructura de magnesio y no están tapizados. Quien se sienta atrás, tiene que abrir las piernas para que cada una de ellas esté a un lado del asiento delantero, sobre unos reposapiés previstos para ello.