Lleva una caja de cambios de seis velocidades con pares de engranajes y accionamiento electrohidráulico. La programación del control electrónico de la caja está hecha para lograr el mínimo consumo. Su carcasa es de magnesio y tiene tornillos de titanio. Para engranar la posición de aparcamiento marcha atrás, hay un mando giratorio en el salpicadero.
El embrague principal es monodisco, con mando también electrohidráulico, pero hay un segundo embrague. El primero está acoplado al motor y el segundo a la caja de cambios. Entre los dos, hay un volante de inercia que también hace de alternador. En retención, el motor se para y se desconectan los dos embragues, de manera que el volante sigue girando libremente (no le afecta la pérdida de velocidad del coche).
Cuando el conductor vuelve a acelerar, el motor se embraga al volante para volver a arrancar, sin hacer un consumo eléctrico. En frenada, el volante hace de generador eléctrico; la energía así recuperada se almacena en una batería de níquel e hidruro metálico. La energía de esa batería se puede usar para mover el coche en caso de fuerte aceleración.