El habitáculo es más amplio que la media, incluido el maletero, dado que sus dimensiones exteriores son también de las más grandes. Cuatro adultos pueden viajar en él sin apreturas.
El puesto de conducción también es satisfactorio porque todo queda a mano, y porque las amplias regulaciones del volante y del asiento permiten ajustarlo al gusto de cada uno. Los asientos de la versión «Highline» son mejores porque tienen más apoyo lateral y sujetan mejor en cuerpo. En todo caso, incluso los asientos de las versiones más económicas nos gustan (y no es habitual que así sea en las versiones menos costosas de otros utilitarios). Los asientos del Polo pueden ir colocados un poco más cerca del suelo de lo que es habitual.
El maletero tiene 270 l de capacidad, similar al de otros utilitarios de su tamaño exterior. Un Ford Fiesta 5p tiene 284 l, un Clio 288 y un Fiat Grande Punto 275 l. Un Citroën C3 es apreciablemente mayor, con 305 l. En términos prácticos, caben un par de maletas tipo «trolley» y sobra algo de espacio para llevar algunas bolsas. La rueda de repuesto es igual que las otras cuatro.
El borde de carga está algo alto y al abatir los respaldos de los asientos traseros no queda una superficie plana (imagen). El Polo puede llevar una red para sujetar bultos en el matero, que erróneamente Volkswagen denomina «cajón porta carga» (90 €).
El interior del Polo es de mejor calidad que la media por materiales y ajustes. El salpicadero está hecho de plástico con tacto de goma en la mitad superior y de plástico duro en la inferior. La consola es de plástico pintado, material que es más frecuente encontrar en coches de mayor tamaño y precio.
Tiene detalles que no se encuentran en otros utilitarios, como dos plafones de luz en el techo y cuatro luces de lectura, o los espejos de cortesía con tapa y luz. Hay tejido en lugares donde otros coches tienen plástico, y goma en algunos lugares previstos para dejar cosas. Para disponer de elementos como el volante forrado en piel, los asideros del techo amortiguados y un reposabrazos central en las plazas traseras hay que optar, al menos, por el nivel de equipamiento «GT».
La instrumentación cuenta con indicador de temperatura del líquido refrigerante (algo cada vez menos frecuente) y los habituales velocímetro, cuentarrevoluciones e indicador del nivel de combustible. Este último no tiene un funcionamiento lineal. Al menos en el Diesel de 101 CV, durante aproximadamente los primeros 200 km la aguja no se mueve del máximo, luego desciende lentamente hasta medio depósito para terminar bajando de forma rápida el último tramo.
También hay una pantalla para mostrar la información del ordenador (autonomía, consumo medio e instantáneo, distancia total y parcial y temperatura exterior).