El tipo de plástico que hay en casi todo el coche es el que otras marcas reservan sólo para las zonas más importantes, como el salpicadero. Hay tejido de recubrimiento en lugares donde otros coches tienen plástico, y goma en algunos lugares previstos para dejar cosas. El remate de casi todas las piezas que he mirado es muy bueno; no es fácil encontrar, por ejemplo, plásticos con filo (los hay en el cajón bajo los asientos delanteros).
Los distintos botones y mandos tienen un tacto bueno y dan impresión de solidez. También el ajuste me ha parecido bueno, no he encontrado piezas mal encajadas o elementos móviles que tengan holgura, salvo el sujeta vasos del salpicadero, que tiene una aspecto endeble. Después de las pruebas habituales por carreteras bacheadas a velocidad muy alta y con fuertes apoyos, no ha aparecido ningún ruido. Es un coche recomendable para quien aprecie especialmente algo así, aunque esto no es un indicio claro de que no se vaya a averiar.
También está por encima de la media en espacio interior, algo relativamente normal si tenemos en cuenta que sus dimensiones también son grandes. Por anchura no los hay mayores, salvo el Fiat Punto en las plazas traseras; tiene altura de sobra en las dos filas de asientos y también es de los mejores en espacio longitudinal.
El maletero es grande (270 litros) y de forma regular. Es fácil de usar, pero lo sería aún más con un borde de carga un poco más bajo. El lugar previsto para los triángulos es muy bueno y, además, hace falta quitarlos para cambiar una rueda, lo que puede servir de recordatorio.
El puesto de conducción es apropiado para personas de distinta talla. Me ha gustado el asiento. Aunque es un poco blando, en recorridos largos (por encima de tres horas) no me ha parecido cansado. Los resaltes que tienen en los costados son también blandos, pero suficientes para sujetar el cuerpo. No es fácil encontrar un buen asiento en coches utilitarios que no tengan un cierto aire deportivo.