El Passat GTE es la versión híbrida enchufable del Volkswagen Passat (información de la gama Passat 2015). Su sistema de propulsión es prácticamente idéntico al del Golf GTE y lo componen dos motores, uno de gasolina de 156 CV y otro eléctrico de 116, que dan una potencia máxima conjunta de 218 CV. Tiene una caja de cambios automática DSG de seis velocidades y una batería de iones de litio que permite circular hasta 50 km solo con el motor eléctrico (ficha técnica).
Está a la venta por 45 290 euros con la carrocería berlina de cuatro puertas y por 46 900 con la familiar «Variant» (todos los precios). En la actualidad, el Mercedes-Benz C 350 e es el único turismo híbrido enchufable comparable por tamaño con el Passat GTE, aunque el Mercedes-Benz es más potente (279 CV), más rápido y 7000 € más costoso (ficha técnica comparativa).
Comparado con el Lexus IS 300h (223 CV) y el Ford Mondeo Híbrido (186 CV) —que son híbridos, pero no enchufables—, el Passat GTE es notablemente más caro (ficha comparativa). También es más caro que las versiones convencionales del Passat con motor Diesel y de gasolina más próximas por potencia (ficha comparativa).
La capacidad de la batería es 9,9 kWh y su principal vía de carga es la conexión a un enchufe convencional. El tiempo para una carga completa es, según Volkswagen, 4 horas y 15 minutos en una toma de 2,3 kW o 2 horas y 30 minutos en una de 3,6 kW. El puerto de carga está detrás de una tapa en la parrilla (imagen). En el apartado de información técnica hay más información sobre éste y otros aspectos relacionados con el sistema de propulsión.
En lo esencial, la conducción del Passat GTE es idéntica a la de cualquier otro Passat con cambio automático: pulsar el botón de arranque (imagen), poner el cambio en posición D, acelerar y frenar. Pero en el GTE el conductor puede elegir entre cinco configuraciones de funcionamiento del sistema híbrido: E-Mode, Hybrid, Battery Charge, Battery Hold y GTE.
En E-Mode el motor de combustión permanece apagado y el coche se mueve solo con el motor eléctrico. Es el modo que se conecta por defecto al arrancar, siempre que haya suficiente carga en la batería y la temperatura exterior no sea extremadamente baja. Durante la prueba de conducción que hice en Ámsterdam y sus alrededores (un territorio cuyas carreteras tienen cambios de relieve muy pequeños), no necesité más aceleración que la que daba el motor eléctrico para circular por la ciudad y por una autopista de circunvalación (limitada a 100 km/h) al mismo ritmo del tráfico. Con dos personas a bordo, el climatizador desconectado y practicando una conducción suave, recorrí 45 km en modo eléctrico, de los que 39 transcurrieron por la citada autopista a una velocidad media de aproximadamente 100 km/h y los otros 6 fueron una mezcla de ciudad y una carretera secundaria. La velocidad máxima en modo eléctrico es 130 km/h.
Si la demanda de aceleración excede la que el motor eléctrico puede dar, el motor de combustión se enciende automáticamente y se activa el modo Hybrid. Este modo también se activa cuando la carga de la batería se agota (es decir, cuando la autonomía eléctrica llega a 0 km). En Hybrid, la intervención individual o conjunta de ambos motores la determina una centralita electrónica en función de diversos parámetros, como la velocidad y el ángulo de presión sobre el acelerador, con el fin de optimizar la eficiencia. Una de las acciones que realiza para cumplir con este fin es apagar y desacoplar de la transmisión el motor de combustión cuando no hay presión sobre el pedal del acelerador y así dejar avanzar al coche por su propia inercia. El avance por inercia implica que la batería no reciba flujo de energía, es decir, que no se cargue. Esto se puede evitar si se utiliza el modo manual del cambio DSG (a través de la propia palanca o de las levas que hay detrás del volante) o bien, si se selecciona la posición B del mismo (imagen, esta posición incrementa la retención que da el motor eléctrico). La batería también se carga cuando se pisa el freno.
En la pantalla del sistema multimedia (imagen) y en la de la instrumentación (imagen e imagen) se puede ver qué motor está actuando en cada momento y cómo cambian los flujos de energía. Estos cambios se suceden constantemente con total suavidad, sin que el conductor los note, si bien hay veces en que el acoplamiento del motor de combustión produce pequeñas vibraciones (apenas duran un segundo y son muy ligeras).
Battery Charge es un modo que sirve para cargar la batería utilizando el motor de combustión. Es la forma menos eficiente de hacerlo, pero es un recurso que puede ser útil si se quiere más adelante circular únicamente con el motor eléctrico. La tasa de carga con el vehículo parado y el motor girando al ralentí es de unos 2,2 kWh/h con el climatizador desconectado y unos 1,8 kWh/h con éste conectado.
Por último, el modo GTE (imagen del botón que lo activa) es el que da prevalencia a las prestaciones sobre el consumo. Lo hace, entre otras cosas, no apagando el motor de combustión, ni desacoplándolo de la línea de transmisión (es decir, no se da el avance por inercia) y disminuyendo el tiempo de respuesta de ambos motores y del cambio automático. El sonido del motor que llega al interior cambia (se vuelve más deportivo según Volkswagen; yo apenas lo percibía) y la dirección se endurece. La suspensión, en caso de tener la de amortiguadores de dureza variable (no sabemos si será una opción en España), se vuelve más firme. El Passat GTE puede acelerar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos (7,6 el Variant) y alcanzar 225 km/h de velocidad máxima (el Variant también). Son unas prestaciones ligeramente mejores que las de un Passat 2.0 TDI de 190 CV y peores que las de un Passat 2.0 TSI de 220 CV (ficha comparativa).
Las dimensiones del habitáculo del Passat GTE son las mismas que las de otros Passat y el volumen del maletero también (586 litros en la berlina y 650 en el Variant). Debajo del piso del maletero hay un pequeño hueco donde va alojado el cable de recarga. El resto de la superficie está ocupado por la batería y otros componentes del coche (imagen de la ubicación de la batería). Los asientos posteriores son abatibles por partes, en división un tercio y dos tercios (imagen).
Algunos de los elementos que estarán incluidos en el equipamiento de serie del Passat GTE son: faros de ledes, sistema semiautomático de aparcamiento y sistema multimedia «Composition Media» con pantalla táctil de 6,5 pulgadas. Algunas de las opciones son: instrumentación digital (imagen) en sustitución de la analógica (imagen), sistema multimedia con navegador y pantalla de 8,0 pulgadas «Discover Pro» y sistema de proyección de datos (Head-up display, imagen). De todos modos, el equipamiento definitivo se conocerá con exactitud en el momento en que Volkswagen lo ponga a la venta, a principios de 2016.
El Passat GTE tiene una decoración específica para diferenciarlo del resto de versiones de la gama Passat. Se caracteriza, principalmente, por el diseño de sus paragolpes, la forma de las luces diurnas (imagen) y por tener una serie de elementos decorativos, tanto en el exterior como en el interior, coloreados en azul.