El habitáculo del Volkswagen ID. Buzz es muy amplio, consecuencia de una carrocería de casi dos metros de anchura y una altura bien por encima del metro noventa. Hay mucho espacio en ambas filas de asientos, en todas las cotas (mediciones del interior). En la fila posterior se viaja muy bien y da para que tres adultos de corpulencia normal quepan sin problema. Personas muy altas, que ronden o superen los dos metros de estatura, no tocarán el techo con la cabeza. Es una pena que Volkswagen solo haya colocado anclajes ISOFIX en los dos asientos laterales de esta segunda fila. Con la anchura disponible y el enorme maletero, el ID. Buzz podría ser el coche idóneo para alguien con tres niños pequeños y necesidad de mucho espacio para el equipaje.
También nos parece decepcionante que la segunda fila no esté compuesta por tres plazas independientes, como en los Volkswagen T6 y T7. En el ID. Buzz hay una banqueta de tres plazas dividida en dos partes asimétricas (1/3 y 2/3; imagen). Cada una de estas dos piezas se puede mover 15 centímetros en sentido longitudinal y sus respectivos respaldos se pueden regular en varios niveles de inclinación; e incluso abatirlos por completo. Lo que no se puede hacer es extraer estas plazas del habitáculo.
De la misma manera, echamos en falta unas salidas de la ventilación para los pasajeros posteriores. No las hay en el techo, ni en los pilares ni en la consola. Tampoco hay un reposabrazos en el centro, las ventanillas laterales son fijas (no se pueden abrir de ninguna manera) y no es posible pedir, ni como opción, un techo panorámico de cristal. Todo esto, menos el reposabrazos, sí lo lleva el ID. Buzz LWB. En cualquier caso, hay muchos huecos portaobjetos, de diversas formas y tamaño, además de unas mesitas plegables y tomas USB en las puertas.
El ID. Buzz LWB no será el único con tres filas de asientos. Este ID. Buzz de batalla estandar también contará con esa fila final de dos plazas. Hay una evidente pista de ello en las paredes del maletero, donde se ven los apoyacodos y los huecos portabebidas destinados a los pasajeros de la todavía inexistente tercera fila (imagen).
Los asientos delanteros son confortables por su tamaño, mullido y opciones de regulación. Los dos cuentan con un reposabrazos abatible a cada lado (ajustable en altura), regulación manual de la extensión de la banqueta, regulaciones eléctricas para los demás ajustes (distancia, altura, inclinación y apoyo lumbar), dos posiciones de memoria y función de masaje. No es posible rotarlos 180 grados para enfrentarlos a los pasajeros posteriores, algo que sí se puede hacer en el T6 y T7.
El acceso al habitáculo es muy sencillo porque no está muy alto y porque, además, hay un hueco para apoyar el pie a modo de peldaño. Las puertas traseras son corredizas manualmente, aunque en opción (1070 €) se pueden pedir motorizadas, para no tener que hacer ningún esfuerzo para usarlas (como mucho, pulsar un botón).
El interior tiene un diseño limpio y un aspecto vistoso por los colores empleados. Los materiales que Volkswagen utiliza para recubrir el salpicadero y las puertas son sencillos, todos duros al tacto, excepto las almohadillas de los apoyacodos de las puertas. Hay una pieza de madera clara de poro abierto que recorre de lado a lado el salpicadero. Pero es madera solo a la vista, porque al tocarla uno descubre que se trata de un vinilo liso al tacto (visualmente da el pego completamente). Hay otra que parece aluminio, pero que también es plástico. En términos generales el ID. Buzz está bien rematado y la atmośfera de calidad que transmite es positiva.
En el salpicadero hay dos pantallas, una pequeña para la instrumentación (5,3 pulgadas) y otra más grande para el sistema multimedia (10,0 pulgadas). La instrumentación muestra toda la información esencial relacionada con la conducción: velocidad, estado de carga de la batería, autonomía, gráficos de los sistemas de asistencia a la conducción, indicaciones del navegador y datos del ordenador de viaje. Volkswagen, por tanto, ha resuelto muchos de los inconvenientes que apuntamos sobre esta instrumentación cuando la probamos por primera vez en un ID.3 (en ese momento, no se podía consultar el ordenador de viaje ni el porcentaje de carga de la batería). No obstante, seguimos echando en falta una mayor capacidad de personalización para, por ejemplo, elegir qué información queremos ver y dónde.
La pantalla del sistema multimedia se ve pequeña en un habitáculo tan ancho. Pequeña y alejada del conductor. No es cómodo manejarla mientras se circula, aunque se vaya de pasajero. Continúa teniendo en la zona inferior mandos sin iluminar para ajustar la temperatura del climatizador y el volumen. Esto es algo que el Grupo Volkswagen corregirá en el futuro, siendo uno de los primeros beneficiados el Cupra Tavascan. Gracias a las actualizaciones de software que ha ido recibiendo desde que salió este sistema multimedia al mercado (el ID. Buzz que hemos probado tenía la versión 3.2), el funcionamiento ha mejorado ligeramente y, por ejemplo, ya no es tan propenso a quedarse colgado (solo se reinició una vez; en el ID.3 se quedó colgado más de tres veces en el mismo periodo de tiempo de prueba). En cualquier caso, como es el mismo sistema que en el resto de los Volkswagen ID., la información de cualquiera de las pruebas que hemos publicado del ID.3, ID.4 e ID.5 sirve para saber cómo es en el ID. Buzz.
El maletero es enorme (1121 litros hasta los respaldos y 2025 si se abaten los asientos) y de formas perfectamente regulares. Hay argollas metálicas para sujetar una red, un elemento que será imprescindible para llevar, por ejemplo, la compra sin que se desparrame por el suelo. También hay un gancho en el lateral derecho, una luz en el izquierdo y dos piezas (son las negras de esta imagen) que se pueden colocar en el piso (tienen velcro) para sujetar algún bulto (es una solución empleada por Škoda).
El portón tiene un tamaño muy grande y queda muy alto cuando está abierto (hay espacio para que esté de pie una persona de casi dos metros de estatura). Afortunadamente el sistema automático de apertura y cierre es de serie. La carga se puede ocultar mediante una cortinilla enrollable, igual a la que se encuentra en un turismo familiar o un SUV. Hay una opción que consiste en un tablero con patas que sirve para dividir verticalmente en dos el maletero.