Al igual que el Golf en cualquiera de sus variantes de carrocería cerrada, el Golf Cabrio es un muy silencioso, especialmente con los motores de gasolina. Con el motor Diesel de 105 CV el ruido también es moderado y sólo es evidente cuando se circula a baja velocidad en calles muy estrechas.
Opcionalmente, hay disponible un cortavientos (350 Euros) que se monta con facilidad (imagen de cómo queda colocado) y que, cuando no hace falta, ocupa poco sitio en el maletero porque se pliega y guarda en una bolsa. Este cortavientos es muy recomendable para desplazamientos por encima de unos 100 km/h, porque a partir de esa velocidad el viento se incrementa notablemente en el interior del habitáculo sin este sistema de protección.
A baja velocidad, hasta aproximadamente 60 o 70 kilómetros por hora, se puede ir cómodamente con las cuatro ventanillas bajadas y sin cortavientos. Entre 70 y 100 km/h, las cuatro ventanillas deben ir subidas en recorridos largos (si se busca la máxima protección), entre otros motivos porque el viento hace vibrar el cinturón de seguridad y resulta molesto.
Por encima de 100 km/h, con las ventanillas subidas y el cortavientos colocado en su sitio se puede llegar hasta prácticamente la velocidad máxima del coche con sorprendente comodidad, sin ruido ni viento excesivos. Tampoco hace falta llevar una gorra para evitar el azote del viento (de esta apreciación excluyo a personas de talla muy alta) en la frente o cabello. El uso del deflector puede marcar una diferencia muy grande de comodidad no solo en largos desplazamientos a velocidad elevada, sino también en pequeños paseos con tiempo fresco.
Con la capota puesta sobre la carrocería también es un coche silencioso, aunque no tanto como un Golf con carrocería de tres o de cinco puertas. Hasta unos 130 km/h no se aprecian ruidos aerodinámicos y los que hay por encima de esa velocidad no parecen molestos pues no llegan en forma de pitidos ni ruidos estridentes. El Volkswagen Eos tiene ruidos aerodinámicos más molestos menor velocidad.
El motor de gasolina de 105 caballos me ha parecido excepcional, tiene un funcionamiento sedoso, con una excelente entrega de potencia desde bajo régimen y con el cambio manual de seis marchas perfectamente adaptado a sus características. En subidas, con marchas largas responde muy bien y en autopista en sexta, da la impresión de ir sobrado. Los 105 CV de este motor cunden mucho. El cambio también resulta suave de accionar y preciso. Motor y cambio parecen hechos el uno para el otro.
Al igual que el motor de 160 CV —y el de 122 que no he conducido en esta ocasión—, el de 105 CV es prácticamente inaudible al ralentí y no transmite ni una vibración. Sólo suena al acelerar con fuerza a medio y alto régimen, si bien suena pero no vibra prácticamente nada. Tiene la particularidad de que cuando se oye, el sonido resulta agradable. Este motor de gasolina de 105 caballos me parece el motor más indicado para este coche. Por sus características no se requiere más potencia para un uso cotidiano. Para pasear tranquilamente descapotado, los 105 caballos de esta versión son más que suficientes e incluso permite «correr» si se pretende ir rápido. Los motores más potentes de gasolina también van bien, pero parecen innecesarios. El único inconveniente del motor de 105 caballos es que no está disponible con cambio automático, pero el manual funciona muy bien.
El motor Diesel de 105 CV va asociado a una caja de cambios, también manual, de 5 marchas. También es silencioso para ser un Diesel (aunque queda lejos del gasolina, especialmente cuando se circula sin techo entre calles estrechas). Como en el caso del motor de gasolina de idéntica potencia, la potencia parece suficiente para la mayor parte de los usos. Sólo se echa en falta una respuesta más contundente a bajo régimen y en marchas largas para que la conducción en ciudad fuera un poco más cómoda. En ocasiones, con una marcha larga engranada, la aceleración tarda en llegar más de lo deseado, por ejemplo cuando hay que moverse con agilidad dentro de una rotonda. En estas circunstancias el 1.2 TSI de 105 CV parece superior.
Con este motor Diesel, el Golf Cabrio es 182 kg más pesado que el modelo equivalente de carrocería de tres puertas (1501 frente a 1318 kilogramos). Esa diferencia de peso se nota en la capacidad de aceleración. La diferencia ha sido más abultada en la medición de recuperación de 80 a 120 km/h en quinta marcha (11,2 frente 14,2 segundos del Cabrio) que, en el mismo intervalo de velocidad buscando la máxima aceleración llevando el motor hasta un régimen alto en marchas cortas. En esta tabla comparativa aparecen las mediciones de aceleración y frenada de estos dos coches junto con otros de características parecidas.
El peso se nota muy poco en el consumo, al menos en la medición que habitualmente hacemos en km77.com. En ese recorrido buscamos una media real de 120 km/h en un recorrido por una autovía de doble sentido que tiene algún desnivel importante. En esta ocasión la media conseguida fue algo más baja, 118 km/h, a causa de una zona de obras. En ese recorrido, el consumo medio (con el techo colocado y el climatizador quitado) fue 5,6 l/100 km, que es una cantidad baja. Ese dato es igualmente bueno si comparamos este Golf Cabrio con coches de su tamaño, carrocería cerrada y potencia parecida.
Tampoco me ha dado la impresión que el peso merme mucho la agilidad del Golf Cabrio. De hecho el tacto que tiene de dirección, cómo responde y cómo se inscribe en las curvas recuerda profundamente a los Golf «normales». A diferencia de lo que suele ser habitual en muchos descapotables, el marco del parabrisas y la dirección no transmiten vibraciones muy grandes cuando se circula por carreteras irregulares.