La gama de motores consta de cuatro unidades de gasolina y dos Diesel, aunque no todos ellos se pueden combinar con cualquier carrocería.
Hay tres gasolina que tienen ciertas características en común, como el diámetro de los cilindros; la cilindrada varía por la carrera. Uno tiene 1,4 litros de cilindrada y 97 CV de potencia máxima; otro 1,6 l y 110 CV; y otro (que sólo se monta en el Verso) 1,8 l y 135 CV. Todos ellos dan la potencia máxima al mismo régimen (6.000 rpm). El par máximo, en cambio, cada uno lo da a un régimen distinto y siempre un poco alto (el 1,6 lo da a 4.800 rpm).
El otro motor de gasolina es para la versión Toyota Sport; se trata del 1,8 l de 192 CV que también tiene el Celica. Es un motor de buen rendimiento pero de funcionamiento peculiar: da 180 Nm de par máximo (mucho para un 1,8 litros atmosférico) a 6.800 rpm y la potencia máxima a 7.800 (prueba del Celica con este motor). Este motor está unido a una caja de cambios manual de seis velocidades.
De los dos Diesel, uno es el que lleva el anterior Corolla y el otro es el del Avensis. Ambos tienen la misma cilindrada, tipo de alimentación (conducto común), tipo de turbocompresor (fijo) y relación de compresión (18,6 a 1), pero se distinguen en que el de 90 CV no tiene intercooler y el de 110 CV sí.
Todos los motores, sean gasolina o Diesel, tienen cuatro válvulas por cilindro y doble árbol de levas. Todos los gasolina tienen distribución variable.
La suspensión delantera es de tipo McPherson y la trasera (como en casi todos los coches medios modernos) de ruedas tiradas unidas por un eje torsional. Algunas versiones del Corolla podrán tener control de estabilidad (Toyota lo llama VSC).