El Toyota bZ4X es un SUV eléctrico. Por ahora se trata de un prototipo, pero está previsto que las ventas del modelo definitivo comiencen a mitad de 2022.
No hay información alguna respecto a la potencia del coche ni sobre la batería. La dirección será completamente electrónica, es decir, no habrá una conexión mecánica entre las ruedas y el volante (la habrá pero como medida de seguridad, la legislación obliga a tenerla en caso de que haya un fallo del sistema electrónico). No es una solución novedosa, Infiniti ya la implementó en el Q50 2013 (con poco éxito, por cierto), aunque Toyota dice que será «una combinación nunca vista en el mundo», por lo que no sabemos si diferirá en algo.
La primera mitad del nombre del prototipo está compuesto por las letras bZ (beyond Zero, más allá del cero) haciendo alusión al «compromiso de Toyota no solo en reducir a cero las emisiones de carbono y conseguir la neutralidad de carbono, sino también de ir más allá y conseguir más beneficios para el medio ambiente, las personas y la sociedad en su conjunto». Las siglas 4X seguramente hacen referencia al sistema de tracción total. El bZ4X tiene dos motores, uno para hacer girar cada par de ruedas. Toyota dice que ha desarrollado el sistema en colaboración con Subaru.
El salpicadero tiene dos pantallas. Una grande para el sistema multimedia y otra más pequeña, y muy próxima al parabrisas, para la instrumentación. El volante tiene forma rectangular, un diseño similar al que Tesla ha mostrado en la renovación del Model S.
Toyota tiene previsto lanzar quince coches eléctricos hasta 2025. Actualmente comercializa el Mirai, pero es de pila de hidrógeno mientras que estos quince son de batería recargable mediante suministro eléctrico. También vende una furgoneta, la Proace Verso electric.