El Volkswagen Polo resulta satisfactorio de conducir y agradable porque tiene tacto de coche de calidad.
Hasta ahora sólo hemos conducido versiones con la suspensión de serie y no con la deportiva opcional —Volkwagen denomina a esta última «Tren de rodaje deportivo» y está disponible en opción para las terminaciones «Sport» y «R-Line»—. Lo hemos conducido con diferentes ruedas: 195/55 R15 85 T (Dunlop SP SPORT 01 A y Bridgestone B250), 215/45 R16 (Michelin Pilot Exalto) y 215/40 R17 (Dunlop SP Sport Maxx).
Con independencia de la rueda seleccionada, el Polo es un coche fácil de conducir. La sensación que hemos tenido es que con las más anchas el coche tiene mejor tacto de dirección y le cuesta menos entrar en las curvas más cerradas si se conduce a un ritmo elevado, que para la mayor parte de los conductores no será lo habitual.
Puede dar la sensación de que es un coche de mayor tamaño por lo bien que va en carreteras rápidas y en buen estado. Además está bien aislado del exterior, tanto acústicamente como de aquellas pequeñas vibraciones que llegan a la carrocería procedentes del motor o de la suspensión.
En carreteras irregulares nos ha dado la impresión de que sus reacciones se deterioran más que la de otros coches. No sabemos si la suspensión deportiva cambiaría alguna de las sensaciones percibidas. En las circunstancias descritas, un Renault Clio tiene mejor capacidad para mantener la trayectoria sobre firme con muchos baches.
En carreteras muy cerradas el Polo no nos parece especialmente ágil —al menos con la suspensión de serie—. Los conductores que busquen un coche «vivo», quizá se sientan más a gusto en una carretera con un Alfa Romeo MiTo, un MINI o un Peugeot 208. Un Ford Fiesta o un Mazda2 también pueden ser preferibles en este sentido. En el Polo el intervalo entre que el conductor gira el volante y el coche cambia de trayectoria parece mayor que en los rivales citados.
Las sensaciones relatadas arriba son trasladables casi en su totalidad al Polo con terminación «R-Line». El único elemento que trae esta terminación que puede causar variaciones en las reacciones del vehículo son unos neumáticos de medida 215/40 sobre llanta de 17 pulgadas. No trae cambios en la suspensión, ya que el «Tren de rodaje deportivo» es una opción —la unidad de prueba que ha pasado por km77.com no la incluía—. Con estos neumáticos el Polo sigue sin resultar un coche que destaque por agilidad, pero su agarre en curva es elevado y por eso permite circular a ritmo rápido en curva con sensación de seguridad.
1.6 TDI 90 CV
Es un motor muy agradable de conducir y lineal en la entrega de potencia. No se percibe un vacío de fuerza o un incremento súbito de ésta a un determinado número de revoluciones. Acelera bien y sin vibraciones casi desde parado y con mayor contundencia a partir de 1600 rpm, una cualidad del motor que evita tener que utilizar el cambio de marchas constantemente. Este último es manual de 5 velocidades, de manejo agradable y preciso, pero un poco duro en la inserción final de la marcha.
Tanto en parado como en movimiento el motor tiene un funcionamiento suave y apenas transmite vibraciones al habitáculo a través del volante, el cambio o los pedales. Sin embargo, el aislamiento del ruido del motor no está tan logrado y el sonido característico de motor Diesel es notoriamente audible dentro del habitáculo a baja velocidad. No es molesto, pero hay alternativas de tamaño y potencia similar que tienen motores Diesel igualmente suaves y que están mejor aislados, como el 1.5 dCi utilizado en el Renault Clio.
El Polo es uno de los coches más rápidos dentro de su segmento y nivel de potencia (más información). De acuerdo con nuestras mediciones, acelera de 80 a 120 km/h en 8,9 segundos, sólo superado por el Mazda 2 1.6 CRTD de 95 CV —8,6 segundos—. En nuestra base de datos hay dos alternativas claramente más rápidas en esta medición, Alfa Romeo MiTo 1.6 JTDm y Fiat Punto Evo 1.6 Multijet, ambas con 120 CV.
Las recuperaciones (que es ganar velocidad desde marchas largas) no son tan brillantes, pero permanece en la parte alta de la lista. El peor resultado lo obtiene en el paso de 80 a 120 km/h en 5ª velocidad. En estas circunstancias necesita 14,5 segundos, lo que le sitúa por detrás de muchos modelos de potencia y tamaño parecido. Una posible causa que explique este resultado es el desarrollo de la última velocidad —53,0 km/h cada 1000 rpm—, considerablemente más largo que el de un Mazda 2 1.6 CRTD 95 CV —42,0 km/h cada 1000 rpm— o un KIA Rio 1.4 CRDi VGT 90 CV —43,7 km/h cada 1000 rpm—.
En la prueba de frenada el resultado ha sido muy bueno ya que ha necesitado 53,0 metros para detenerse completamente desde 120 km/h. Frena mejor que todas sus alternativas (más información). Un Polo con motor Diesel 1.6 TDI de 75 CV necesita 53,8 metros. Esta diferencia puede deberse al tipo y tamaño de los frenos traseros —de disco y de 230 mm de diámetro en el motor de 90 CV y de tambor y de 200 mm en el de 75 CV— y a los neumáticos —215/40 R17 y 195/55 R15 en el mismo orden—.
El resultado de la prueba de consumo que hacemos con todos los coches que probamos (de 143,3 km por una autovía con alguna pendiene fuerte y buscando una media real de 120 km/h), también ha sido muy bueno. Esta versión del Polo ha consumido una media real de 5,3 l/100 km. No hay ningún modelo comparable que haya consumido menos y sólo el Opel Corsa 1.3 ecoFLEX 95 CV Start & Stop consiguió la misma cifra. Es probable que el consumo medio hubiera sido un poco mejor con unos neumáticos más estrechos y de baja resistencia —la unidad de prueba tenía unos Dunlop Sport Maxx de medida 215/40 sobre llanta de 17 pulgadas—.
El Polo con el motor de gasolina de 1.2 TSI de 105 CV tiene un rendimiento excepcional. Aunque todavía no lo hemos probado en las condiciones habituales, la sensación que nos dejó durante la presentación es que tiene una fuerza y una capacidad de aceleración poco usual en un coche de gasolina de su potencia y tamaño.
La mayor parte de los vehículos similares tienen motores atmosféricos. Con ellos, para obtener una aceleración grande, hay que utilizar mucho el cambio de marchas y, aun así, no dan la aceleración de este 1.2 TSI. El único modelo de similares características que tiene una respuesta parecida es el Renault Clio 1.2 TCe de 100 CV, que también lleva motor turboalimentado.
Aunque no hemos tenido oportunidad de medir el consumo del Polo 1.2 TSI de 105 CV, en la presentación (donde lo probamos brevemente) nos dio la sensación de que para gastar poco combustible hay que conducir con suavidad.
Según datos oficiales, tiene un consumo reducido (5,3 l/100 km). Entre otros coches de tamaño semejante, con motores de entre 90 y 115 CV de potencia, gastan parecido el Toyota Yaris 3p 1.3 VVT-i (5,1 l/100 km) y el MINI One 98 CV (5,4 l/100 km), aunque ambos son de menor tamaño. El Polo es muy superior a ambos por su capacidad de aceleración.
1.4 86 CV DSG —ya no disponible—
Esta versión dejó de comercializarse a principios de 2012. Antes de ver las mediciones de aceleración pensaba que iba a ser más rápido porque la primera respuesta del motor a cada movimiento con el acelerador es muy directa, pero luego con las mediciones comprobamos que no acelera mucho. Precisamente esa rapidez de respuesta nada más pisar el acelerador hace que el Polo de gasolina de 86 CV sea más agradable en ciudad que por ejemplo (el 1.6 TDI de 75 CV que tampoco se vende en la actualidad y del que hablamos en la parte inferior de esta página).
El motor 1.4 de 86 CV —la denominación oficial es 85 CV pero en realidad da 86 CV— se puede elegir con cambio manual de seis velocidades o con transmisión automática «DSG» de siete relaciones. La variante con cambio automático es muy satisfactoria por la comodidad de uso que da y porque tiene una marcha extra de desahogo respecto a la de cambio manual.
La ventaja de la séptima relación es que, como es tan larga, es posible circular a una velocidad elevada con el motor a un régimen bajo y por lo tanto el ruido que llega al interior del habitáculo es más reducido de lo normal en un coche de este tipo, pequeño y con un motor de gasolina poco potente.
Otra ventaja de esta versión automática puede ser el consumo a velocidad sostenida. En un recorrido que en km77.com usamos como referencia, aunque en este caso la media fue inferior —117 km/n en lugar de 120 km/h—, gastó 6,8 l/100 km que es un consumo moderado para un coche de gasolina de esta potencia teniendo en cuenta que ese día había más tráfico de lo normal y el ritmo no pudo ser constante. La variante del Polo 1.4 85 CV con cambio manual debe gastar más en un recorrido semejante porque el motor funcionaría casi de forma constante a un régimen mayor.
El Polo con cambio «DSG» no lleva levas en el volante para seleccionar marchas de forma manual. El conductor tiene la posibilidad de hacerlo accionando directamente la palanca que hay entre los asientos.
Además, tiene una posición deportiva «S», que mantiene el motor a un régimen más alto que si está en posición «D», que por ejemplo viene bien para bajar un puerto de montaña con cierta retención. Esta caja de cambios es preferible a la que tienen la mayor parte de los coches de este tipo por su rapidez y suavidad de funcionamiento.
1.6 TDI 75 CV —ya no disponible—
El motor 1.6 TDI de 75 CV dejó de formar parte de la gama del Polo en junio de 2010, cuando fue sustituido por un 1.2 TDI de 75 CV que consume menos.
Según nuestras mediciones, la aceleración del 1.6 TDI de 75 CV que medimos de 80 a 120 km/h —en la marcha o marchas más adecuadas para conseguir la máxima aceleración— es la propia de un coche de esta potencia (más información). Es escasa para un uso por carreteras en las que sea necesario adelantar en poco espacio. También puede ser insuficiente para mantener 120 km/h en un puerto de montaña de autovía. La diferencia de potencia que hay entre las versiones de 75 y 90 CV es sensible. Por ello, el más potente es mejor opción si se va a circular por todo tipo de vías y en diferentes condiciones.
A mi juicio, esta versión de 75 CV tampoco es la versión idónea para ciudad porque al salir desde parado recorre el primer metro con agilidad, pero de pronto, el motor tiene mucho menos empuje del que uno espera y parece que al Polo le cueste moverse. Es posible que esto no suceda con el nuevo motor 1.2 TDI de 75 CV.
El Polo 1.6 TDI de 90 CV sí es una opción recomendable por lo poco que consume en cualquier circunstancia.