El habitáculo del Audi Q8 tiene cinco plazas, a diferencia del del Q7 que puede tener hasta siete. La facilidad o dificultad para acceder a él dependerá de la altura a la que ajuste la suspensión (en el caso de que esta sea neumática) y de la estatura de la persona. La suspensión neumática del Q8 no tiene la función que facilita la entrada y salida del habitáculo situando automáticamente la carrocería en la posición más baja posible. Esta función sí la tiene, por ejemplo, el Maserati Levante y el Range Rover Sport.
La fila delantera es muy amplia en todas las direcciones. La altura hasta el techo es lo suficientemente grande para que personas de en torno a 1,95 metros de estatura puedan conducir sin el problema de rozar con la cabeza. Además, la separación de los dos asientos de esta fila permite a sus correspondientes pasajeros utilizar el apoyacodos central sin que sus brazos se toquen.
La longitud de los ajustes de los asientos son extensas y, junto con la regulación en altura y profundidad de la columna de la dirección (puede ser eléctrica por 510 euros), es muy fácil que personas de diferente constitución encuentren una postura cómoda al volante. Se puede ir sentado cerca del piso del habitáculo y adoptar una postura próxima a la que es común en un turismo (con las piernas estiradas). La visibilidad del exterior es buena hacia el frente y los laterales, y regular hacia la parte trasera porque la luneta es baja.
Hay cuatro tipos de asientos: estándar (no tenemos imagen), confort (imagen), deportivos (imagen) y deportivos S (imagen). En todos los casos, el ajuste de la posición longitudinal, de la altura, de la inclinación del respaldo y del apoyo lumbar es eléctrico. Los confort tienen un acolchado más suave (incluido el del reposacabezas), regulación de la longitud de la banqueta, función de calefacción y ventilación de serie para los delanteros (en opción hay masaje para los delanteros y calefacción para los traseros) y permiten elegir la opción de pedir memoria de dos posiciones (para el conductor y el acompañante).
Los deportivos y deportivos S sujetan mejor el cuerpo en las curvas que el resto porque los apoyos laterales son más prominentes. En los deportivos se puede regular la altura del reposacabezas y su proximidad, mientras que en los deportivos S no, ya que este está integrado con el respaldo. Ambos tienen un mullido firme y confortable. Puede que los deportivos S sean más incómodos para las personas con la espalda ancha porque la parte superior del respaldo deja menos libertad de movimiento. También pueden ser menos recomendables para las personas de estatura elevada porque la cabeza quede muy por encima del reposacabezas. Ambos tienen función de calefacción, pero solo los deportivos S pueden llevar ventilación y masaje.
Con la opción «Banqueta trasera plus» —cuesta 280 €, aunque su instalación implica la de otros elementos de índole muy diversa, como el «paquete exterior S line», que sube mucho el coste final—, la fila posterior de asientos se puede correr 10 centímetros en sentido longitudinal para dar mayor o menor espacio a las piernas de los pasajeros y al maletero. En la posición que más favorece a los pasajeros, hemos medido un espacio para las piernas superior al del Q7, BMW X6, Mercedes-Benz GLE Coupé y Maserati Levante (tabla comparativa de mediciones). Con la banqueta lo más adelantada posible, el hueco que queda es obviamente menor, pero perfectamente útil para transportar personas de estatura media (en esa posición hemos medido el mismo espacio que en un Kia Ceed 5p).
La Banqueta trasera plus permite además colocar el respaldo en tres posiciones diferentes de inclinación (el respaldo izquierdo y central se mueven conjuntamente, mientras que el derecho es independiente, imagen). La inclinación se cambia tirando de una palanca que hay en la base de la banqueta, la misma que se ha de emplear para abatirlos (imagen). Para abatir solo la plaza central y dejar las laterales utilizables, hay que pulsar un botón colocado al lado del reposacabezas de este asiento.
La altura libre hasta el techo es dos centímetros menor a la que hay en un Q7 y da para que una persona de 1,85 metros de estatura se pueda sentar erguida. En esta cota es igual de espacioso que un Maserati Levante y más que un BMW X6. En el Mercedes-Benz GLE Coupé y el Porsche Cayenne que medimos había menos espacio para la cabeza, en parte porque ambas unidades tenían techo solar (tabla comparativa de mediciones interiores).
Audi ha colocado las plazas laterales traseras más alejadas de la carrocería que en un Q7 (imagen de la fila trasera en un Q8 y de la misma en un Q7). A consecuencia de ello, para salir y entrar, los ocupantes deben salvar un espacio mayor. Tanto es así, que aunque se tenga cuidado se roza con la pierna en el umbral de la puerta (esto también ocurre en las plazas delanteras). Otra consecuencia es que la plaza central es notablemente más estrecha que las otras dos (la de un Q7 es claramente más ancha; imagen de la plaza central del Q7 e imagen de la del Q8). Además de no caber bien tres adultos, si en las dos plazas laterales se colocan dos sillitas infantiles, no queda sitio para un tercer ocupante.
Para la fila trasera hay dos salidas de aire en la prolongación de la consola central (imagen) y otras dos en la zona inferior de los asientos delanteros. Si se pide el climatizador opcional de cuatro zonas, los pasajeros de esta fila disponen de mandos para regular el caudal y la temperatura del lado derecho e izquierdo (imagen), además de una salida de aire adicional en cada pilar (imagen). El climatizador de cuatro zonas incluye también un filtro especial para limitar la entrada de sustancias contaminantes que pueden producir alergias, así como un ionizador de aire y un dispensador de fragancias.
Los ocupantes de la fila trasera disponen de sitios para dejar objetos en las puertas (son grandes, caben por ejemplo botellas de 1,5 litros, imagen) y en las redecillas que hay tras los respaldos de los asientos delanteros (imagen). Si la plaza central no se usa, se puede extraer el apoyabrazos, donde hay un par de huecos portabebidas (imagen). En las ventanillas traseras hay posibilidad de montar unas cortinillas para disminuir la entrada de luz.
El salpicadero sigue las pautas de diseño que Audi introdujo en 2017 con el A8 y que pueden verse en otros modelos como el A7 Sportback y el A6. Es diferente al del Q7, modelo que fue lanzado en el año 2015 y que pertenece al anterior estilo de diseño de interiores. A mediados de 2019, Audi lanzará al mercado la actualización del Q7 y muy probablemente una de las novedades que tendrá será un salpicadero prácticamente idéntico al del Q8.
Hay tres pantallas de gran tamaño, todas ellas de serie. La que está detrás del volante es la instrumentación, mide 12,3 pulgadas y tiene una resolución de 1920 por 720 píxeles (imagen). La que está en el centro, justo por debajo de las salidas de aire (imagen), mide 10,1 pulgadas, tiene una resolución de 1540 por 720 píxeles y sirve para manejar el sistema multimedia. La tercera pantalla está en la zona baja de la consola central (imagen), mide 8,6 pulgadas, tiene una resolución de 1280 por 660 píxeles y su función principal es la de interfaz de ajuste del climatizador.
En las impresiones del interior del Audi A8 damos mucha información sobre estas pantallas. En la pruebas en vídeo del A8 y del Q8 (a las que se accede pulsando aquí y aquí respectivamente) se ve su funcionamiento. No obstante, haremos un breve resumen de nuestra opinión sobre ellas.
La instrumentación se ve bien en todas las circunstancias de iluminación que hemos conducido el Q8, incluyendo aquellas en las que el sol estaba en una posición baja e incidía directamente en ella. Los gráficos son de buena calidad y el procesador informático que se encarga de moverlos lo hace con total fluidez. La cantidad de información que puede llegar a mostrar es muy abundante, pero gracias a la buena organización de los datos cuesta poco encontrar el que se desea. También es sencillo acostumbrarse a la navegación por los menús y submenús disponibles utilizando la agrupación de mandos del lado izquierdo del volante (imagen).
Las posibilidades de personalización son muy limitadas para el potencial que tiene una pantalla de este tipo. Audi no permite cambiar a voluntad la posición de los indicadores principales, la tipografía de la fuente, ni los colores. Lo único que deja hacer es, pulsando el botón «VIEW» del volante, disminuir el tamaño del cuentarrevoluciones y del velocímetro para ampliar el área de representación de la información central. Esta función es útil para visualizar el mapa del navegador GPS a buen tamaño (imagen) y dejar la pantalla central para otras funciones. Más adelante, en una fecha que Audi todavía no ha concretado, habrá una visualización «deportiva» donde la velocidad y las revoluciones por minuto se mostrarán en el centro o en un diagramas de barras.
La pantalla central es táctil y a cada pulsación responde con una vibración y un sonido, ambos regulables en intensidad y desconectables. Para pulsar en una opción hay que hacer cierta presión, casi como si fuera un mando físico, no basta con apoyar el dedo. Esto es útil cuando se va en marcha porque evita que con los baches se pulse alguna opción indeseada mientras se navega por los menús.
Al igual que la instrumentación, se ve bien bajo todas las condiciones de luz que hemos probado y los cambios entre los menús son rápidos y fluidos. Esta pantalla admite movimientos de barrido con el dedo y acciones combinadas con dos dedos, como juntarlos para quitar zoom, o dejar uno fijo y rotar el otro para girar un mapa. Su manejo nos parece, en líneas generales, sencillo, si bien hay que superar un breve periodo de aprendizaje para llegar a la función que se pretenda sin perderse por los listados de opciones. No obstante, pensamos que BMW tiene mejor resuelto la interacción con el sistema multimedia al permitir no solo manejarlo con el tacto, sino también con una ruleta giratoria en la consola central.
La última pantalla, la del sistema de climatización, también responde con una vibración y un sonido a las pulsaciones. En ella, es posible reducir la altura que ocupan los mandos del climatizador y hacer que la franja superior sea un listado de accesos directos a funciones como una estación de radio o un destino frecuente (por ejemplo, el hogar). Otra función muy útil de esta pantalla es la de panel táctil de escritura para introducir, por ejemplo, una dirección en el GPS. Su capacidad para reconocer lo que se escribe es excelente. Se puede escribir letra a letra o la palabra entera como si lo hiciéramos en un papel. En esta parte de la vídeoprueba se aprecia lo bien que funciona.
El volumen del maletero es 605 litros. Es más grande que el del BMW X6, el Maserati Levante (580 litros) y el Range Rover Sport (580, 580 y 522 litros respectivamente). Es más pequeño que el del Mercedes-Benz GLE Coupé y el Porsche Cayenne (650 y770 litros respectivamente). El Audi Q7 tiene un maletero mucho más capaz, 890 litros, incluso en la versión con siete plazas (770 litros). El portón tiene accionamiento eléctrico. Cuando se abre, la cortinilla se retira automáticamente (está montada sobre unos carriles). De serie, el maletero tiene argollas para sujetar la carga y unas redes en su lateral izquierdo para transportar pequeños objetos (imagen). En opción, hay disponibles unos brazos de aluminio que se pueden colocar en diversas posiciones dado que van montados sobre rieles y cuya función es llevar la carga mejor organizada (imagen).
En las versiones con suspensión neumática (no importa que sea la normal o la deportiva) hay dos botones en el lateral izquierdo para elevar o bajar la suspensión del eje posterior y de esta manera facilitar la carga de los bultos (imagen, es posible rebajar 60 milímetros la altura con respecto a la posición dynamic, la más baja disponible para circular). Hay otros dos botones si se monta el gancho de remolque, cuyo accionamiento es completamente eléctrico (imagen).
Como ya hemos comentado más arriba, la Banqueta trasera plus permite abatir cada uno de los tres respaldos traseros de manera independiente (imagen con distintas configuraciones). De serie, la división es 60:40 (lado izquierdo y central se abaten juntos, mientras que el derecho se hace por separado).