La impresión que me ha dado el Prius es que está hecho con calidad y materiales poco vistosos. La calidad se puede apreciar en el ajuste de lo que no se tiene que mover, y en el tacto de lo que sí se tiene que mover. He hecho varios recorridos rápidos por carreteras con baches y no ha aparecido ningún ruido que no estuviera antes.
En esta versión 2006 hay materiales de mejor aspecto en el salpicadero. Tienen un tacto blando y una textura rugosa, que lo hace un poco difícil de limpiar. Los plásticos que no son laminados tienen un tratamiento para hacerlos un poco mates. La parte que más se distingue es el centro de la consola, que tiene una cubierta de plástico transparente oscuro; le da un aspecto semejante al de algunos buenos equipos de alta fidelidad.
He visto dos fallos de diseño que no entiendo cómo no se han corregido durante el desarrollo. Uno es un reflejo que tiene la instrumentación en el parabrisas cuando es de noche; está en la misma posición que la instrumentación, pero a la altura de los ojos. Creo que es un reflejo de otro reflejo, que proyecta la instrumentación sobre el plástico del salpicadero. Un poco más, y les queda un sistema para proyectar la instrumentación en el parabrisas.
Este fallo es curioso pero no es molesto una vez que el conductor se acostumbra a no mirar a ese reflejo. Me parece más grave la posición del pedal para el freno de estacionamiento: si se apoya el pie izquierdo en el lugar correspondiente, el pedal del freno de estacionamiento queda a unos cinco centímetros de la espinilla.
Lo menos que puede hacer ese pedal es ensuciar el pantalón o hacer una carrera en la media, porque es fácil rozarse con él al entrar y salir. También es posible golpearse con él cuando no se está habituado a entrar esquivándolo. Si Toyota ha proyectado un sistema para que ese pedal se retraiga en caso de accidente, no lo dice en la información que ha dado. Si no se retrae, da miedo pensar qué pasaría si golpea la pierna, porque es una pieza muy sólida.
El equipamiento es curioso por lo que tiene y por lo que no puede tener. Por una parte, tiene de serie muchos elementos (relación) que no están presentes en el equipamiento de serie de modelos muchos más costosos; por otra, no puede tener ni como opción cosas que empiezan a ser normales en coche más pequeños (relación).
Lo único opcional es un grupo de elementos que consta de navegador con lector de DVD (que no se puede utilizar para el equipo de sonido), conexión de tipo «Bluetooth» para el teléfono (es la única conexión que puede tener) y mandos por voz (que tiene que ser en inglés); esas tres opciones cuestan 2.000 € y no se pueden adquirir por separado.
Entre los elementos de equipamiento inusuales que tiene, me ha parecido muy interesante un programador de mantenimiento, que recuerda cuándo hay que hacer alguna operación programada. En este programador figuran varios elementos que se desgastan y cuyo plazo de mantenimiento se puede fijar para su reemplazo o revisión (relación). Además, tiene tres tareas en blanco que el conductor puede escribir y programar con una fecha, un número de kilómetros o ambas cosas; por ejemplo, se pueden programar un aviso para revisar la presión de las ruedas, revisar el estado de las bujías o encerar el coche.
Un elemento de equipamiento que me parece muy cómodo es la cerradura automática que, además, funciona muy bien en todos los coches que he probado. En el Prius, las cerraduras se desbloquean automáticamente cuando quien tenga el mando a distancia abra cualquiera de las dos puertas delanteras o el portón. Las luces interiores se encienden cuando la persona que lleva el mando se acerca al coche.
Para cerrar las cerraduras se pulsa un botón que hay en cada puerta delantera o en el portón. Cuando queda cerrado, el coche hace una señal que consiste en un destello de los intermitentes. No se puede cerrar si alguna puerta o el maletero están abiertos. Cuando no se usa el coche, el mando a distancia debe estar alejado al menos cinco metros, para que no se envíen señales que descargan las pilas.