Recomiendo a cualquier persona que quiera una berlina de unos 26.000 € y circule mucho tiempo en tráfico denso, que pruebe el Toyota Prius antes de tomar una decisión por cualquier otro coche. También recomiendo que lo prueben quienes anteponen a las prestaciones la suavidad, un consumo y unas emisiones reducidas, y una buena relación entre precio y equipamiento.
No es recomendable para quien circule principalmente por carreteras amplias y, bien prefiera una velocidad de crucero muy alta, o bien estime que el coche tenga una gran reserva de aceleración en esas condiciones. Hasta unos 140 km/h, su aceleración es semejante a la de un gasolina de unos 125 CV o un turbodiésel de unos 115.
Es un coche único en el mercado porque funciona con gasolina pero gasta menos que un Diesel. No cabe esperar, no obstante, que por su bajo consumo dé un gran beneficio económico en comparación con un Diesel, a causa de la diferencia de precio entre la gasolina y el gasóleo. El coste por kilómetro del Prius, atribuible al consumo, es semejante al de los Diesel de su tamaño con mejor consumo.
El Prius no gasta menos sólo porque a veces pueda avanzar con el motor electrico. De hecho, su economía de consumo no depende principalmente de cuánto avance con el motor eléctrico.
Gasta menos porque combina un sistema eléctrico, capaz de recuperar energía al frenar, con un motor de gasolina de baja cilindrada y muy buen rendimiento. No necesita un motor de gasolina mayor porque el motor eléctrico ayuda al motor térmico cuando el conductor acelera a fondo, para conseguir las prestaciones que dan coches mucho más potentes.
La razón para preferirlo a cualquier Diesel de prestaciones semejantes y bajo consumo es que, por ciudad y carreteras de tráfico muy denso, funciona con una suavidad y un silencio que no tiene ningún coche del mercado, Diesel o gasolina. En esas condiciones de circulación, es frecuente que su motor de gasolina deje de funcionar y el coche avance con propulsión eléctrica, de manera que no hay ni consumo de combustible, ni ruido del motor, ni contaminación.
Cuando el coche comienza a moverse, lo hace eléctricamente si la aceleración es suave. Si la aceleración que requiere el conductor es fuerte, el motor de gasolina se pone en funcionamiento automática y casi imperceptiblemente. La suavidad y el silencio con que se deslaza el Prius por ciudad y tráfico denso no se encuentra en ningún otro coche, siempre que el conductor no dé acelerones fuertes. Si los da, es igualmente suave, pero su motor ya hace ruido.
Es más fácil de conducir que cualquier coche con cambio manual y también más que muchos con cambio automático. Al principio puede chocar que esté en disposición de moverse sin que el motor se ponga en marcha, pero sólo sorprende las dos o tres primeras veces. No hay que hacer nada especial para que el consumo sea bajo, pero se puede conseguir que sea muy bajo si se acelera y frena con suavidad.
La palanca de cambio tiene un movimiento completamente secuencial; no hay posiciones fijas para la marcha adelante (D), la marcha atrás (R), la posición neutra (N, que en este coche sólo sirve para remolcarlo) y la función de máxima retención (B).
Es más sencilla de manejar que otras palancas pero, al ser diferente, requiere un pequeño periodo de adaptación. Una vez en marcha, el Prius se conduce igual que cualquier coche de cambio automático. El Prius no es un coche de cambio automático, lo que ocurre es que no necesita caja de cambios.
Por carretera, es muy indicado para quienes conduzcan con suavidad y aprecien que el coche responda también con suavidad. Es un coche muy seguro y estable, pero no es cómodo porque la suspensión es más bien dura. En los modelos de 2006 se ha suavizado algo, pero sigue siendo incómodo de suspensión, especialmente en las plazas traseras.
El ruido que hace es difícil de estimar, como el de cualquier coche que no tenga relaciones directas entre su velocidad y régimen del motor térmico (los de cambio por variador continuo). Hay a quien le molesta el ruido que hace al acelerar a fondo porque es constante; no cambia de volumen ni de tono, como sí ocurre en un coche con marchas. Después de conducirlo un tiempo, su forma de hacer ruido acaba siendo normal al oído y difícilmente molesta.
A una velocidad cercana a la máxima, sí hace más ruido que otros coches a esa misma velocidad. Al fin y al cabo, lo que tiene este coche es un motor de gasolina pequeño y de baja potencia, que a 170 km/h va a tope de régimen y carga. Otros coches con motores más potentes hacen menos ruido a esa velocidad (porque van a menos carga y régimen). Incluso si se acelera a fondo, su respuesta es suave. Por esta causa, también es difícil apreciar cuál es verdaderamente su aceleración.
La mayoría de los coches que tienen un tamaño y un precio semejantes al Prius son más rápidos. Todos gastan más, sean de gasolina o Diesel (relación de turismos de 4,4 a 4,6 m, entre 23.000 y 30.000 €, según su consumo). También todos son más rápidos si la variable que consideramos es la velocidad máxima, que en el Prius es 170 km/h. No todos son más rápidos si consideramos la aceleración.
Ninguno de ellos tiene de serie elementos que sí lleva el Prius, como un sistema de manejo por pantalla táctil de 7” o desbloqueo automático de cerraduras. No todos ellos tienen de serie control de estabilidad, climatizador, siete airbags o un equipo de sonido con nueve altavoces, elementos que sí son equipo de serie en el Prius.
Puede tener opcionalmente un navegador DVD que funciona algo mejor de lo normal y el sistema de aparcamiento automático IPA (más información sobre este sistema), que incluye una cámara de televisión trasera. No puede tener ni opcionalmente automatismos para las luces, los limpiaparabrisas o el freno de estacionamiento.
El espacio para los pasajeros es amplio si van cuatro, porque hay mucho espacio para las piernas pero falta anchura atrás y tampoco sobra altura. En el modelo 2006 Toyota ha aumentado algo el espacio atrás, pero lo cierto es que sigue siendo insuficiente para personas que midan más de 1,70 m. El maletero es algo escaso para el tamaño del coche (tabla comparativa).
Tiene una garantía de ocho años para los elementos del sistema eléctrico de propulsión, y de cinco años para los demás elementos del coche. Toyota estima que la duración de la batería será la misma que la del coche, no está prevista su sustitución, salvo caso de acidente. En tal caso, el coste sería de unos 1.000 €.
La única precaución especial que hay que tomar con este coche es que, según el manual: «si no se utiliza el vehículo durante un tiempo prolongado (dos o más semanas) la batería del vehículo híbrido y la batería auxiliar se descargarán y su estado se deteriorará». Eso no significa que las baterías se descargan completamente, sino que bajan del nivel de carga óptimo para su conservación. Para que eso no ocurra, el manual indica que, si el vehículo no se mueve en dos semanas, hay que tenerlo en marcha durante treinta minutos, con todos los consumidores eléctricos apagados.
km77.com está realizando una prueba de larga duración de un Toyota Prius 2006, con objeto de tener una idea sobre su fiabilidad.