Hemos pasado la tercera revisión del Clio, estipulada a los 90 000 km, en el centro que Norauto tiene en Leganés. El Reglamento de la Comisión Europea n.º 461/2010 dispone la libre elección por el cliente del taller donde realizar el mantenimiento sin que ello suponga la pérdida de la garantía.
Antes de elegir ese centro, pedimos presupuesto en otros cuatro de las empresas Aurgi, Midas y Norauto (más información en esta entrada). Al taller elegido fuimos un miércoles y nos citaron para el día siguiente a las 16.00. Terminaron la revisión a las 18:28. Según nos explicaron, no nos podían dar cita antes porque les tenía que llegar el reparto con los elementos que necesitaban reemplazar en nuestro coche.
La tercera revisión nos ha costado 157,90 €, de los que 2,95 son un juego de dos bombillas (tuvieron que cambiar una de las dos que iluminan la matrícula y que habíamos fundido intencionadamente). En Renault nos había costado 170 €, solo 15 menos. Por sustituir esa bombilla no nos cobraron nada.
La atención fue en todo momento correcta pero el trabajo realizado no nos lo parece. Echaron aceite de más (muy poco), no nos informaron de que faltaba el tapón en el depósito del limpiaparabrisas ni de que había un rastro de líquido refrigerante seco junto al radiador, cosas que nosotros sabíamos. Esperábamos que nos advirtiesen de ambas al pasar la revisión.
No ajustaron correctamente la presión de los neumáticos —pusieron en las cuatro ruedas la misma, 2,4 bar, cuando las traseras van a 2,1—Ni nos advirtieron de que dos neumáticos tenían una presión mucho más baja de lo recomendado (los habíamos deshinchado nosotros), lo que normalmente significaría un problema. Tampoco se dieron cuenta, o lo hicieron y no nos lo dijeron, de que a una de las ruedas le faltaba uno de los tornillos que la sujetan al buje. Como hemos dicho antes, sí se dieron cuenta de que una de las dos bombillas que iluminan la matrícula estaba fundida.
Entre los elementos que comprueban según la documentación que dan aparecen los bombines de los tambores de freno trasero. En ese documento anotaron que estaban en buen estado, algo difícil de saber sin haber abierto el tambor.
Los materiales que emplearon no son de calidad inferior a los que nos habrían puesto en una concesión de Renault sino los mismos o similares. El aceite era ELF, que es el miso que utiliza Renault, mientras que los filtros eran de Renault (aceite) y de Mann (habitáculo).