El Audi Q3 es un coche con carrocería de tipo todoterreno que por sus reacciones y tacto de dirección se parece a un turismo aunque su mayor altura se nota en los apoyos fuertes porque le cuesta más mantener la trayectoria, algo que puede ocurrir en carretera intencionadamente o no (un error de apreciación del conductor o una maniobra de emergencia).
Como la carrocería no tiene movimientos amplios —al frenar fuerte en una curva no se levanta mucho de atrás a la vez que se hunde de la esquina opuesta delantera— transmite seguridad al conductor. Un Mazda CX-5 cambia de trayectoria con más facilidad pero su paso por curva no me parece que sea mejor (al menos con los neumáticos que tenía cada coche). Quien disfrute de una conducción más precisa, ágil y prefiera ir menos aislado se encontrará más a gusto en un BMW X1.
El Q3 es un coche agradable para viajar, principalmente por el confort de suspensión; en este aspecto es más parecido al CX-5 y a un Mercedes-Benz GLK que al X1. También lo es para conducirlo porque todos los mandos, incluida la palanca del cambio manual, tienen un tacto muy bueno. El interior está bien insonorizado, sobre todo del ruido de rodadura.
A pesar de su carrocería todoterreno no es un coche pensado para circular fuera del asfalto por lugares complicados, principalmente porque la distancia libre al suelo es escasa (17 centímetros). En un BMW X1 hay 19,4 centímetros y en un GLK 20,1 centímetros. Un Subaru XV es mejor que todos los anteriores en este aspecto. En el Q3, esta cota es todavía menor en las versiones con el paquete deportivo «S line» ya que la suspensión baja la carrocería 20 mm. Esa mayor altura libre respecto a un turismo puede ser interesante para quien tenga que pasar por caminos en mal estado o circular por zonas con mucha nieve. Si son carreteras en las que nieve no alcanza mucha altura, que suele ser lo habitual en los accesos a las estaciones de esquí, es preferible un turismo con neumáticos de invierno.
La dirección tiene asistencia en función de la velocidad pero no desmultiplicación en función de la velocidad (tiene 2,7 vueltas de volante entre topes) —como por ejemplo puede llevar un A4—. Cuando el coche está detenido y el motor parado por el sistema «Stop&Start» (de serie), la asistencia de la dirección no funciona. Un inconveniente del Q3 es que no gira mucho —da la vuelta en un círculo de 11,8 metros de diámetro — lo que puede obligar a hacer más maniobras que en otros coches de su tamaño.
La asiencia de la dirección no cambia únicamente con la velocidad. Si está montada la opción «Audi drive select», es posible elegir entre cuatro programas —«efficiency», «comfort», «auto» y «dynamic»— que modifican, además de dicha asistencia, la respuesta del motor, el cambio automático, la suspensión (si está instalada la de dureza variable), el climatizador, el programador de velocidad y la iluminación adapatativa. No tiene un precio alto —entre 240 y 250 €— pero yo sólo me los gastaría si el coche tiene la suspensión variable.
En el modo «efficiency» el motor responde con menos inmediatez a los movimientos del acelerador, los cambio de marcha —con transmisión automática— se producen a menor régimen que en otros programas, el climatizador funciona a baja intensidad (yo no he tenido que modificar la temperatura para sentirme a gusto) y el programador de velocidad mantiene el ritmo sin realizar grandes aceleraciones. La principal diferencia entre los otros tres modos —«comfort», «dynamic» y «auto»— afecta a la suspensión de dureza variable (si está instalada; es una opción que viene por separado del Audi drive select), más blanda en el primer caso, más dura en el segunda e intermedia en el tercero.
Desde el puesto de conducción la visibilidad es buena en todas direcciones. Nuestra unidad de pruebas llevaba los faros de xenón opcionales, que alumbran muy bien. El haz tiene un alcance muy grande tanto en longitud como en anchura.
2.0 TDI 140 CV 2WD
Esta versión tiene un motor Diesel de 140 CV, cambio manual de seis marchas y tracción delantera. Para quien no tenga previsto circular por carreteras con poca adherencia ni por caminos con barro, es la versión más recomendable por prestaciones (al menos las de la unidad que hemos probado) y bajo consumo.
También es posible adquirirlo con tracción total «quattro», pero en éste caso vendrá asociado únicamente al cambio automático «S tronic». El manejo del cambio manual es muy bueno. La palanca se desplaza con poco esfuerzo, pero hay que hacer el suficiente para que no parezca que se trata de un mando de juguete; los recorridos entre marchas, sin ser destacables por cortos ni por largos, están muy bien marcados, resulta imposible equivocarse.
En nuestra medición de aceleración de 80 a 120 km/h ha sido muy rápido. Más que cualquier otro todoterreno comparable y más también que muchos turismos. Para viajar con el coche cargado y teniendo que hacer adelantamientos en carreteras de un único carril por sentido seguramente las versiones más potentes serán preferibles, pero considero que haciendo un uso adecuado del cambio de marchas y realizando la maniobra de adelantamiento correctamente, esta versión resulta suficiente.
El consumo es bajo, tanto en carretera a velocidad sostenida como en ciudad. Es dificil ver que el ordenador de consumo indique más de 7 l/100 km, salvo que el trayecto consista en estar parado y arrancando frecuentemente o se hagan trayectos muy cortos por ciudad. En nuestro recorrido de referencia por autovía —143 km, mitad de ida, mitad de vuelta para compensar los desniveles, a una velocidad media de 120 km/h— ha gastado 6,2 l/100 km, que es muy poco. Los modelos que más se le aproximan de los que hemos probado son el BMW X1 sDrive20d, el Mazda CX-5 2.2D 150 CV 2WD y el Subaru XV.
2.0 TFSI 211 CV
Esta versión del Q3 tiene una respuesta excelente por capacidad de aceleración, suavidad y baja sonoridad.
Acelera con mucha fuerza. Según nuestras mediciones, es algo más lento que un X1 xDrive28i de 245 CV —tiene 34 CV menos que el BMW—.
Frente a otros todoterrenos de tamaño y potencia parecida pero con motor Diesel, el Q3 2.0 TFSI de 211 CV es más rápido que, por ejemplo, un X1 de 204 CV, un Land Rover Range Rover Evoque de 190 CV, un Volvo XC60 de 185 CV o un Chevrolet Captiva de 184 CV (tabla comparativa).
El Q3 2.0 TFSI de 211 CV no gasta poco. En nuestro habitual recorrido para medir el consumo, un trayecto de ida y vuelta por autovía de 143,3 km realizado a una media real de 120 km/h, consumió 9,2 l/100 km. Un X1 de 245 CV gastó algo más (9,7 l/100 km). Los todoterrenos Diesel de potencia similar tienen un consumo claramente inferior, aunque en algunos casos las diferencias no son demasiado grandes. Algunos modelos más pequeños y menos potentes gastan más.
Datos de consumo. Mediciones de km77.com | |||
Modelo | Combustible | Velocidad media | Consumo |
Audi Q3 (211 CV) | Gasolina | 120 km/h | 9,2 l/100 km |
BMW X1 xDrive28i (245 CV) | Gasolina | 120 km/h | 9,7 l/100 km |
Nissan Juke (190 CV) | Gasolina | 120 km/h | 10,0 l/100 km |
Range Rover Evoque (190 CV) | Diesel | 121 km/h | 8,3 l/100 km |
Chevrolet Captiva 2.2 VCDI (184 CV) | Diesel | 120 km/h | 8,6 l/100 km |
Una de las características más destacadas del Q3 es lo bien que frena. Nuestra unidad de pruebas necesitó 51,8 metros. No hay ningún todoterreno de los que hemos probado que frene mejor, a excepción del X1 xDrive28i de 245 CV (tabla comparativa). Los neumáticos Pirelli Scorpion Verde, en medidas 235/50 ZR18, que tenía nuestro Q3 daban una buena adherencia tanto en asfalto como en pistas y caminos.
La variante 2.0 TFSI de 211 CV del Q3 sólo está disponible con el cambio automático de doble embrague («S tronic») de siete relaciones. Su funcionamiento nos parece excelente: es muy rápido y suave haciendo los cambios de marchas, además de aportar un mayor confort. Es similar al que llevan otros modelos de Audi pero ahora tiene una función nueva: cuando el conductor levanta el pie del acelerador y deja que el coche avance por inercia, desembraga para que la trasmisión no tenga que arrastrar al motor —es como si se selecciona punto muerto; de hecho así aparece en el cuadro de instrumentos— y pierda menos velocidad.
Si esto ocurre en una cuesta abajo, en cuanto el conductor toca el freno, el cambio «entiende» que su deseo es no ganar velocidad e, inmediatamente, engrana una marcha para dar retención. Esta función sólo se activa si se selecciona el modo «Efficiency» en el «Audi Drive Select».
Otras versiones
Mi compañero Alfonso Herrero, en la presentación del Q3, pudo probar brevemente las cuatro versiones en venta actualmente en la gama Q3. Estas son sus impresiones:
«He podido conducir brevemente las cuatro versiones disponibles e, incluso, una que no lo está. Corresponde a un futuro Q3 con el motor 2.5 TFSI, el mismo que tiene el Audi TT RS. Se trataba de una unidad no definitiva, de hecho fuentes de Audi me dijeron que de producirse tendrá 300 CV y, al menos la unidad que conduje, tenía 340 CV según pude ver en la ficha técnica del vehículo. Con este motor tan potente, la respuesta al acelerador es muy contundente y la capacidad de aceleración extraordinaria. Los otros dos motores de gasolina tienen un funcionamiento muy bueno, por suavidad, entrega de la potencia y sonido.
De entre los dos Diesel disponibles, dos variantes del motor 2.0 TDI, con 140 y 177 CV, no he notado una diferencia grande en la respuesta dado que en los recorridos por donde he podido conducirlos era imposible pasar de 100 km/h y había muchas zonas limitadas a 50 km/h. Seguramente, cuando haya que acelerar a más velocidad se notarán los 37 CV de más. Ambos motores entregan la potencia de forma muy progresiva y desde pocas revoluciones. El más potente me ha parecido que tenía un sonido más grave, para mi gusto más agradable.
El cambio de marcha manual de la versión de gasolina de 170 CV se maneja con mayor suavidad que el del Diesel de 140 CV (ambos tienen seis relaciones). A pesar de ello, los dos me han parecido buenos. De todos modos, yo me quedo con el automático de doble embrague «S tronic» y siete relaciones».