Hemos probado la versión 3.0 TFSI de 290 CV que es nueva en la gama A6. Nos ha parecido un coche con el que se puede viajar gastando poco si se conduce con suavidad, que no tiene porque ser despacio, y con comodidad.
Lo que más nos ha llamado la atención es lo rápido que sale desde parado. Incorporarse a una carretera desde un Stop no requiere mucho espacio libre, basta con acelerar con decisión para que el A6 3.0 TFSI gane velocidad con muchísima rapidez sin pérdidas de tracción (al menos en asfalto con buena adherencia).
Cuando le pregunté en la presentación del A6 al responsable de motores porqué utilizaban en este motor un compresor volumétrico en vez de un turbocompresor (como el resto de los motores sobrealimentados que comercializa Audi) me dijo que era debido a que en el mercado americano, principal objetivo de esta versión, se demandan coches con mucha aceleración saliendo desde parado.
Un compresor volumétrico, comparándolo con un turbocompresor, genera antes la sobrepresión en el circuito de admisión. Aun con ello, las sensaciones que transmite este motor no son muy diferentes a las de otros motores sobrealimentados por turbina que tiene Audi. Estos otros también tienen una muy buena respuesta a bajas revoluciones y el de compresor empuja con mucha fuerza hasta el régimen máximo de giro (unas 6.500 rpm).
El coche más similar a este A6 del que tenemos medidas las prestaciones es el anterior Mercedes-Benz E 500 de 306 CV. Según nuestras mediciones el Audi es algo más rápido acelerando de 80 a 120 km/h. No podemos comparar la capacidad de recuperación puesto la caja de cambios del Mercedes-Benz siempre reducía de marcha cuando se aceleraba fuerte.
El consumo en carretera del 3.0 TFSI puede ser contenido. En mi recorrido habitual por carretera de más de un carril por sentido, a una media de 136 km/h el consumo fue 9,7 l/100 km, que es poco para un coche de su potencia. En ciudad, el consumo aumenta considerablemente y alcanza cifras más habituales en un coche de su cilindrada y peso (el ordenador indicaba después de un recorrido por ciudad de unos 50 km, un consumo de 19 l/100 km).
El A6 3.0 TFSI se vende combinado con el sistema de tracción total permanente (mediante un diferencial Torsen) y la caja de cambios automática «tiptronic» (de convertidor de par hidráulico).
El funcionamiento de la caja me ha parecido mejor que en otros Audi potentes porque el resbalamiento del convertidor es menor (o esa sensación me ha dado). Tiene seis marchas y tiene dos programas de funcionamiento automáticos, el normal (que se selecciona colocando la palanca en la posición «D») y uno deportivo (posición «S»). También es posible seleccionar las marchas manualmente, bien desplazando la palanca hacia la derecha desde la «D» y luego dándole toques hacia arriba (para subir marchas) o abajo; o bien mediante las levas que hay en el volante, si las tiene, son opcionales.
La unidad de pruebas estaba equipada con la suspensión neumática opcional que varía tanto la altura de la carrocería como la dureza de la amortiguación. Durante la prueba he usado casi siempre el programa que da prioridad al confort.