Habrá gente a la que la suspensión de este coche le parecerá algo dura y en cambio habrá otros que preferirían unos movimientos de la carrocería más contenidos, pero creo que este A4 ofrece un acertado compromiso entre comodidad y estabilidad.
Es un coche cómodo en la mayoría de las circunstancias. No obstante, puede transmitir algunas irregularidades que no son absorbidas correctamente por la amortiguación. Si se conduce rápido, en cambios de apoyo bruscos, balancea algo más de lo deseable.
Para quién valore al coche por su confort y estabilidad en carreteras amplias, creo que es más recomendable un Mercedes-Benz C 220 CDI que este A4. Mi compañero Enrique Calle, que ha podido llevar un BMW 320 de los nuevos, dice que el BMW le parece algo más ágil e igualmente cómodo que este Audi.
En carreteras rápidas, al pasar por juntas o baches en pleno apoyo, el coche no siempre mantiene la trayectoria que le indicamos y es necesario realizar correcciones con el volante.
Nuestra unidad llevaba unos neumáticos opcionales de medida 235/45R17 (1.315 €, precio que incluye unas llantas de nueve radios), que me parece exagerada. No he llevado un A4 con neumáticos más estrechos (de serie 205/55 R16), pero es posible que con ellos se mitigue está reacción. La rueda de repuesto es de la misma medida que el resto.
Por sus reacciones en curvas lentas, este A4 me parece preferible a un Mercedes-Benz C 220 CDI o un Saab 9-3 1.9 TiD Vector. Entra con facilidad en las curvas, aunque una vez dentro de ellas no es muy capaz de cerrar más la trayectoria. En tal caso, responde con un subviraje que es rápidamente controlado por el control de estabilidad Bosch 8.0, siempre que sea posible.
En frenadas fuertes, no es de esos coches con los que hay que llegar totalmente rectos a la curva si no queremos que se descoloquen. La estabilidad que tiene en estas circunstancias no implica que sea imposible que pueda sobrevirar.
Los frenos, que han sido modificados respecto al anterior A4, tienen según nuestras mediciones una buena capacidad de deleceración (aunque durante las pruebas se calentaban con facilidad). No me ha acabado de convencer el tacto del pedal, que da poca capacidad de frenada al principio del recorrido. En ciudad, puede resultar cómodo porque se evitan brusquedades; en cambio, por carreteras lentas a ritmo rápido hay que hacer más fuerza de lo normal sobre él. La dirección es más rápida que la de algunos deportivos.