Los materiales que hay en el habitáculo del Mirai dejan una buena impresión de calidad, muchos de ellos tienen un tacto blando y son agradables al tacto. Están bien rematados, no he encontrado rebabas cortantes y parecen correctamente unidos entre sí porque al circular sobre baches no chirrían. Los pasajeros no dispones de muchos lugares para depositar objetos, aunque los que hay son suficientes para dejar en ellos cosas como una cartera, unas llaves, un teléfono móvil, unas botellas de medio litro y unos papeles. En la guantera cabe bien la documentación, el manual de instrucciones y un chaleco de alta visibilidad. Debajo del apoyabrazos delantero hay un puerto USB y una superficie de carga inalámbrica para teléfonos móviles que cumplan con el estándar Qi (imagen).
Las dos pantallas de 4,7 pulgadas que forman la instrumentación se ven correctamente, si bien es cierto que he conducido el Mirai en un día nublado, poco luminoso. Los botones sensibles a la presión que hay alrededor de la pantalla del sistema multimedia y los otros de este tipo que pueblan la consola central (imagen), responden bien al tacto, con precisión y rapidez. La visibilidad hacia el exterior a través de los cristales y los retrovisores es correcta.
Los dos asientos delanteros (imagen) tienen regulaciones eléctricas (incluida la del apoyo lumbar) y calefacción (dos niveles, Low y High). El volante se puede ajustar en altura y profundidad mediante un mando eléctrico y dispone de una función para calentar el aro. El asiento del conductor, el volante y los retrovisores exteriores disponen de una función de memoria (se pueden memorizar hasta dos configuraciones diferentes).
En la fila posterior también hay dos asientos individuales, sin ningún tipo de regulación (excepto la de la altura de los reposacabezas) y separados por un reposabrazos fijo (imagen), bajo el cual hay un hueco de tamaño generoso. Estos asientos disponen de un sistema de calefacción regulable en dos niveles y de anclajes ISOFIX. El espacio para las piernas es, según nuestra metodología de medición, el mismo que hay en un Toyota Prius y un Skoda Octavia. Sin embargo, en estos dos modelos es posible meter los pies por debajo del asiento y en el Mirai no. La anchura entre puertas —134 cm, de nuevo, como un Prius— no es un dato tan crítico como en los coches con una fila trasera configurada para tres personas (en el Mirai hay anchura de sobra para dos personas). El peor valor es la altura desde la banqueta hasta el techo, 86 cm, muy poca, como la de un Hyundai i10, un vehículo mucho más pequeño (tabla comparativa de mediciones del interior).
El maletero tiene un volumen de 361 litros. No hay ningún turismo que mida entre 4,75 y 4,95 metros que tenga un maletero más pequeño. Sin embargo, no queda lejos del BMW ActiveHybrid 5 (375 litros) y del Ford Mondeo HEV 2.0 Híbrido (383 litros). Las formas del espacio de carga no son regulares (esto dificulta aprovechar el espacio), los asientos no se pueden abatir (porque entre ellos y el maletero está la batería) y debajo del piso se encuentra el kit de reparación de pinchazos.
En esta imagen del maletero se ve un enchufe de tipo CHAdeMO. Sólo los Mirai que se venden en Japón tienen ese conector, que va unido a la batería de níquel, porque allí se puede emplear para abastecer a consumidores eléctricos externos, como electrodomésticos. El maletero del Mirai para Europa tiene el aspecto que se ve en esta fotografía.