El motor de gasolina (1.0 l VVT-i de 68 CV) es muy bueno por que tiene fuerza a cualquier régimen y responde muy bien al acelerador. Es cómodo de utilizar en ciudad, donde se puede circular con marchas largas manteniendo cierta capacidad de aceleración. En carretera es suficiente si no hay que salvar fuertes desniveles o adelantar con frecuencia.
Los desarrollos de transmisión son muy largos, pero no parecen un lastre evidente para este motor, en parte por la buena respuesta que tiene al acelerador. Las dos versiones más económicas no pueden tener cuentarrevoluciones; esto me parece un fallo porque dificulta aprovechar todas las posibilidades del motor (algo especialmente importante en un coche poco potente).
El motor de gasolina, al ser de tres cilindros, tiene ciertas vibraciones y emite un sonido grave que normalmente no tienen los motores de cuatro cilindros. Las vibraciones se aprecian sobre todo al ralentí y en las fases de aceleración. Aquí hay disponible más información de las características del funcionamiento del motor.
El Aygo tiene una suspensión más bien dura. Hay ciertos baches que se notan con claridad en el interior y restan comodidad. Aunque es un coche más bien duro, no es particularmente estable (balancea apreciablemente y no tiene mucha adherencia lateral): la referencia en este tipo de coches es un Ford Ka. No tiene mejor relación entre estabilidad y confort que un KIA Picanto.
El diámetro de giro entre bordillos es igual entre el Toyota Aygo, el Peugeot 107 y el Citroën C1 (9,46 m). Un Renault Twingo tiene mayor diámetro de giro (9,85 m). Por el contrario, un Kia Picanto tiene menor diámetro de giro (9,2 m).