Toyota también ha realizado modificaciones en el chasis del Avensis. Así, aunque la suspensión continúa siendo de tipo McPherson en el eje delantero y de paralelogramo deformable en el trasero, hay unos amortiguadores diferentes y una barra estabilizadora más gruesa —pasa de 22 a 23 milímetros— en el eje posterior. Además, el chasis tiene mayor rigidez, hay más material aislante para mejorar la insonorización interior y la dirección asistida eléctrica es distinta, con menos vueltas de volante entre topes: pasa de 2,9 a 2,7 para un mismo ángulo de giro de las ruedas.
Con todos esos cambios sigue siendo un coche cómodo. La suspensión es capaz de filtrar adecuadamente los baches, sin sacudidas que molesten a los pasajeros. No es un coche especialmente ágil. No es que sea torpe pero los hay que tienen más facilidad para cambiar de dirección con rapidez, como un BMW Serie 3, un Honda Accord y un Hyundai i40.
A pesar de su tamaño no es un coche con el que resulte muy complicado maniobrar en lugares pequeños porque no necesita mucho sitio para girar y la visibilidad no es mala (al menos con carrocería familiar, que es la que hemos probado). No hay sensores de ayuda al aparcamiento porque Toyota ha decido sustituirlos por una cámara trasera. La cámara es de mucha utilidad pero en ocasiones se echa en falta la ayuda que suponen los sensores ya que advierten de obstáculos que quedan fuera de la visión de la cámara (como una columna en una esquina) y también en caso de distracción, por ejemplo si pasa alguién por detrás del coche al aparcar y estamos mirando por el retrovisor del lado contrario en vez de a la pantalla (imagen).
El motor Diesel del Avensis 120D es una evolución del 2.0 D-4D de 126 CV que llevaba el modelo precedente. Ahora da 124 CV. Son diferentes el turbocompresor y la bomba de aceite. Pesa 3 kg menos que el anterior. Es un motor agradable porque no es ruidoso y funciona con suavidad.
Además tiene cambios en la cámara de combustión y los precalentadores para reducir las emisiones de CO2 y, por tanto, el consumo. Precisamente es la versión que más ha mejorado en este aspecto, ya que ha pasado de 5,4 l/100 km a 4,5 l/100 km. Es un consumo bajo, aunque hay otras berlinas de tamaño y potencia parecida que gastan igual o ligeramente menos, como un Hyundai i40, un Renault Laguna y un Audi A4 (listado ordenado por consumo). Eso son los datos homologados de consumo, el que hemos obtenido nosotros en nuestro recorrido de referencia por autovía (trayecto de ida y vuelta, tratando de conseguir una media de 120 km/h, conduciendo con suavidad y tratando de mantener la carga sobre el motor lo más uniforme posible) ha sido 6,1 l/100 km, un consumo bajo en términos absolutos pero que no es destacable por bajo respecto al de sus rivales. Un Mondeo de 115 CV y un i40 de 136 CV gastaron igual, pero un BMW 320d EfficientDynamics de 163 CV y un Audi A4 2.0 TDIe de 136 CV gastaron 4,5 y 5,2 l/100 km, respectivamente.
Según nuestras mediciones, no es un coche rápido. En la medición de aceleración de 80 a 120 km/h ha necesitado 9,4 segundos, un tiempo parecido al que han empleado coches algo menos potentes, como el Renault Laguna dCi 100 y el Volkswagen Passat 1.6 TDI 105 BMT (prestaciones). Recuperando tampoco mejora la situación, siendo claramente más lento (alrededor de un 30 por ciento) que un Hyundai i40, un KIA Optima 1.7 CRDi y un Audi A4 2.0 TDI, los tres de 136 CV (tabla comparativa ). He comprobado midiendo las prestaciones que no tiene sentido, si lo que se desea es obtener la mayor aceleración posible, cambiar de marcha más allá de 4000 rpm aunque la zona roja se encuentre a unas 4800 rpm.
El cambio de marchas es agradable de manejar y tiene recorridos largos. Si se cambia con mucha rapidez en ocasiones cuesta meter bien la marcha, al menos en los cambios de segunda a tercera. No me ha gustado, y no me he acostumbrado, al tacto del pedal de freno. Hay que hacer más fuerza de lo normal para frenar mucho. No sé si era algo que sólo ocurría en la unidad que hemos probado o sucede en otros Avensis.