El Renault Rafale es un vehículo de 4,71 metros de longitud con una silueta y unas proporciones que podrían pasar por las de SUV cupé o por las de un crossover (es igual de largo que el Espace y tres centímetros más bajo; ficha comparativa). El Rafale tiene una suspensión ajustada para que las reacciones sean ágiles, muy del gusto de aquellas personas a las que les gusta conducir a un ritmo vivo y por carreteras de curvas. El confort de marcha, por contra, no es de los mejores, aunque permite cubrir largas distancias sin que suponga un problema.
Lo más reseñable del sistema de impulsión híbrido de 200 caballos, que es el que hemos probado más tiempo, es su buena respuesta y agrado de uso en la ciudad y sus alrededores. Otro punto fuerte es que tiene un consumo de carburante bajo en casi toda circunstancia (más información en el apartado Impresiones del conducción). Está a la venta desde 41 807 euros con el mencionado sistema híbrido no enchufable de 200 CV y desde 50 537 € con uno de tipo enchufable de 300 CV y con tracción total (de esta versión informamos por separado aquí). Precios y fichas técnicas de toda la gama.
Algunas de sus alternativas por diseño son el CUPRA Formentor (aunque es 26 cm más corto) y el Peugeot 408 (es mucho más bajo). De ambos existen versiones híbridas enchufables por algo más de dinero que un Rafale básico, aunque tienen la ventaja de tener el distintivo 0 Emisiones (el Rafale de 200 CV es ECO) y la desventaja de tener un maletero claramente más pequeño que el Renault (ficha comparativa). Con respecto a un BMW X4 o un Mercedes-Benz GLC Coupé (con toda probabilidad también el Audi Q5 Sportback, pero todavía no está a la venta), el Rafale es sensiblemente más asequible, aunque se escojan las versiones más baratas del BMW y el Mercedes-Benz (ficha comparativa). Si el estilo de la carrocería es indiferente, hay tres SUV con etiqueta ECO que cuestan menos: el Ford Kuga, el Nissan X-Trail y el Toyota RAV4 (listado).
A pesar de tener una silueta afilada, el acceso al habitáculo del Rafale no es incómodo. Una vez dentro, en las plazas traseras hay mucho espacio para las piernas y para la cabeza y es normal en cuanto a anchura entre puertas (mediciones del interior). El maletero, con 532 litros de capacidad, se queda más o menos al mismo nivel que el de sus principales alternativas. Hay detalles de equipamiento curiosos, como por ejemplo un techo panorámico capaz de modificar la transparencia del vidrio o un reposabrazos central posterior con accesorios para sujetar teléfonos móviles o tabletas (imagen). De estas y otras cosas hablamos con más detalle en las impresiones del interior.
La plataforma sobre la que está ensamblado el Rafale es la CMF-CD de tercera generación, la misma que Renault emplea en los Austral y Espace, pero también Nissan en los Qashqai y X-Trail (Renault y Nissan, junto con Mitsubishi, forman parte de una alianza estratégica empresarial).
Al sistema de dirección a las cuatro ruedas Renault lo denomina 4Control advanced. A velocidades inferiores a los 50 km/h, las ruedas traseras tuercen hasta cinco grados en dirección opuesta a las delanteras (el diámetro de giro entre paredes es de solo 10,4 metros, lo mismo que en un Renault Clio); y a más de 120 kilómetros por hora, lo hacen un grado en la misma dirección.
Gama de motores
El Rafale está disponible con dos sistemas propulsores, uno híbrido convencional de 200 CV y otro híbrido enchufable de 300 CV (de este último informamos aquí). El primero de ellos —el mismo que está presente en otros modelos de Renault como los Austral y Espace— está compuesto por un motor de combustión de gasolina, dos eléctricos y una batería de 2 kWh de capacidad con una tensión nominal de 400 V. Según Renault, en ciudad es capaz de mover al Rafale hasta un 80 % del tiempo en modo eléctrico (esto depende mucho del tipo de conducción practicado). Hay más información sobre el funcionamiento de este sistema híbrido y de su peculiar transmisión automática en el apartado de información técnica del Austral.
El segundo sistema es de tipo enchufable y tiene una composición muy parecida al híbrido convencional, pero con un motor eléctrico adicional en el eje posterior (es de tracción total, por tanto) y con una batería de mucha más capacidad —22 kWh— que le permite recorrer 121 km en modo eléctrico según la normativa WLTP (ficha técnica).
Diseño, equipamiento y otros detalles
Renault afirma que el Rafale es el primer modelo con el nuevo lenguaje de diseño de la marca (en realidad el Clio 2023 lo hizo antes, pero es solo una actualización, no una nueva generación). Algunos de los rasgos característicos del mismo son unas luces diurnas situadas en los extremos del parachoques que simulan la mitad del rombo característico de Renault, una parrilla con pequeños aditamentos que imitan la forma de un diamante o unos pilotos cuyo diseño «está inspirado en el juego chino del tangram».
El diseño del salpicadero, por contra, apenas cambia con respecto al de los Austral y Espace (elementos decorativos y materiales empleados aparte; imagen). Como en estos, llama la atención el tamaño y la disposición de las pantallas: una horizontal de 12,3 pulgadas para la instrumentación (resolución de 1920 x 720 píxeles) y otra vertical de 12 pulgadas para manejar el sistema multimedia (resolución de 1250 x 1562 píxeles). También el buen funcionamiento de las mismas.
Los sistemas de seguridad y ayudas a la conducción son los mismos de otros modelos actuales de Renault, entre los que están los siguientes: faros matriciales de ledes, programador de velocidad activo, frenada automática de emergencia en ciudad (también al circular marcha atrás), sistema de mantenimiento de carril o un conjunto de cámaras que generan una vista perimetral del vehículo.
Para la carrocería hay cinco colores diferentes, dos de los cuales son inéditos en Renault: Rojo Deseo, Negro Brillante, Gris Pizarra, Blanco Satinado Nacarado y Azul Alpine (los dos últimos son los nuevos y son los que aparecen en esta galería). Las llantas pueden ser de hasta 20 pulgadas, como en los Austral y Espace.
El nombre de Rafale ha sido elegido por la conexión que Renault tuvo en el pasado con el mundo de la aviación. Rafale fue el nombre que recibió un avión de carreras monoplaza diseñado para romper récords en 1934 y cuyo motor fue fabricado por Renault en colaboración con la empresa Caudron. El Rafale se fabrica en la planta de Renault de Palencia, la misma donde también se ensamblan los Austral y Espace.