El Audi A3 Sedan no transmite sensaciones claramente diferentes a las de otros Audi A3. O al menos no las percibo. No me atrevo a decir que sean idénticos por comodidad de marcha o reacciones en curva, pero sí que son muy parecidos.
Sin embargo, es muy difícil dar una opinión categórica sobre este aspecto, por muchos motivos. El primero, y más importante, es que cada unidad que hemos probado del Audi A3 en sus diversas carrocerías, tenía una configuración distinta de suspensión, neumáticos y llantas.
El Audi A3 Sedan 2.0 TDI 150 CV que ha pasado por km77.com tenía llantas de 18 pulgadas de diámetro y suspensión de serie. Son muchas las posibles combinaciones. Así, los niveles de equipamiento «Attraction» y «Ambiente» tienen de serie una suspensión más blanda que la del nivel «Ambition» (la suspensión del «Ambition» es una opción para los otros dos niveles). Con el paquete de equipamiento opcional «S Line», la suspensión es todavía más dura que la del «Ambition» y deja la carrocería 25 milímetros más cerca del suelo. Por último, está la suspensión con amortiguadores de dureza variable —«Audi Magnetic Ride», un tipo suspensión con amortiguadores que llevan un fluido con partículas magnéticas de tamaño microscópico. Mediante una bobina eléctrica, se induce un campo magnético cuando las condiciones lo requieren para alinear todas las partículas en una dirección, de tal forma que el fluido aumenta su viscosidad y endurece el amortiguador—.
Las llantas, por su parte, pueden ser de 16, 17, 18 o 19 pulgadas de diámetro. En el blog Teletransporte hay publicadas fotos con distintos diseños de llanta y colores de tapicería (blog). Con tantas posibles combinaciones es difícil dar una opinión sobre las cualidades dinámicas que valga para todos los Audi A3 Sedan.
El Audi A3 Sedan con la suspensión de serie en el nivel «Ambiente» es cómodo, tiene buena adherencia lateral y responde de forma satisfactoria. No sé si esas ruedas tan anchas (225/40 R18) afectan de forma negativa al consumo de carburante, a la comodidad de marcha o al ruido de rodadura, pero lo cierto es que el Audi A3 Sedan que hemos probado es satisfactorio en estos apartados. En todo caso, si se tiene la oportunidad, es interesante probarlo con otras ruedas más estrechas para tratar de encontrar alguna diferencia.
La suspensión de serie me parece que tiene un ajuste acertado porque permite que el coche sea cómodo y que la carrocería no quede demasiado suelta en maniobras bruscas. Ahora bien, en curvas lentas abordadas a un ritmo rápido se puede notar un apreciable balanceo de la carrocería. He conducido este coche principalmente por autopistas en todo tipo de estado de conservación y no he echado en falta mayor dureza de suspensión en ningún momento.
También me parece que el Audi A3 Sedan es altamente satisfactorio por agrado de conducción y seguridad de reacciones, pero eso no quiere decir que sea el mejor coche del mercado en este aspecto. Desde mi punto de vista, una de las mejores berlinas por calidad de reacciones hoy en día es, posiblemente, el Mercedes-Benz Clase CLA. Este modelo ofrece, frente al Audi A3 Sedan, más capacidad para mantener la trayectoria cuando se va apoyado en curva y el firme está deteriorado.
Audi ofrece tres motores Diesel para este modelo, de 110, 150 y 184 caballos. Anteriormente a agosto de 2014 solo estaban disponibles dos TDI de 105 CV y 150 CV. Entre ellos dos hay un salto importante de potencia que se nota con claridad a los mandos de cada uno. Sin embargo, el de menor potencia no quiere decir que sea insuficiente. Javier Moltó lo condujo durante la presentación y estas son sus impresiones:
«El motor Diesel de 105 caballos de potencia, con cambio manual, tiene un funcionamiento muy conveniente para este coche. Es suave y silencioso y tiene fuerza suficiente como para desenvolverse con fluidez y seguridad por el tráfico habitual. Lo he conducido sin acompañante, por carreteras sin pendientes, por lo que no puedo saber si le afecta el peso y si con varios pasajeros su respuesta sería notablemente más lenta».
Por lo tanto, le parece un motor suficiente en carreteras sin pendientes y en vacío. Precisamente creo que ahí puede estar la clave. Cuando yo he conducido este motor en otros coches del Grupo Volkswagen, también me ha parecido suficiente en condiciones fáciles, pero no tanto en las difíciles. Si alguien va a viajar habitualmente muy cargado, o sencillamente, quiera tener buena capacidad de aceleración en cualquier momento, le compensará elegir el modelo de mayor potencia. En un viaje normal por autopista, la velocidad media será muy parecida en un Audi A3 Sedan de 105 que en uno de 150 caballos, pero la fuerza extra del modelo de mayor potencia puede venir muy bien en algunos momentos puntuales e incluso puede ayudar a viajar más relajado sabiendo que no faltará aceleración en ningún momento. Es difícil recomendar uno u otro porque entran mucho en juego las expectativas y necesidades de cada usuario. La versión con motor Diesel de 110 CV, que sustituye al de 105 CV, todavía no hemos tenido ocasión de probarla.
El motor Diesel de 150 caballos de potencia lo hemos probado en profundidad con cambio manual de seis velocidades, que funciona satisfactoriamente, con un buen tacto de la palanca de marchas y un recorrido certero entre una y otra marcha. Durante la presentación, Javier Moltó lo probó con el automático S tronic y sobre él dijo lo siguiente: «El cambio S tronic funciona tan bien como siempre en carretera y mejor de lo que funcionaba hace unos años en maniobras. Las imprecisiones a baja velocidad y en pendiente han desaparecido».
El consumo de carburante que hemos registrado en nuestro habitual recorrido ha sido bajo. Este recorrido consta de 143,3 kilómetros por una autovía, empezando y acabando en el mismo sitio, con fuertes pendientes y buscando una media real de 120 km/h. El consumo real (ya descontado el error del indicador del ordenador que, por cierto, en nuestra unidad de pruebas marcaba un 2% de más), ha sido 5,5 l/100 km. No podemos compararlo porque, como dijimos al principio de la prueba, es un modelo con pocos rivales en el mercado. Sin embargo, no cabe duda de que es un consumo bajo y que es un buen registro al margen del tamaño de la carrocería. Un BMW 320d de 184 caballos consumió en el mismo recorrido prácticamente lo mismo, 5,4 l/100 km.