Los mejores resultados se obtienen con motores de gasolina. De los 160 participantes inscritos, sólo tres recorrieron más de 3.000 km, todos ellos con motor de gasolina. Otros tres recorrieron más de 2.000 km, uno de ellos con motor Diesel. Además de estos seis, 20 equipos recorrieron más de 1.000 km, catorce de ellos con motor de gasolina, cinco con motor Diesel y uno con motor alimentado por GLP.
El principal problema de los motores Diesel es su elevado peso. El más liviano de los que participaba pesaba 30 kg, un peso superior a los coches de gasolina más ligeros, que con motor inlcuido se sitúan en torno a los 25 kg. Pere Ciurans, responsable del equipo español mejor clasificado (1037 km), nos comentaba que a diferencia de lo que sucede con el motor de gasolina, nadie elabora su propio motor Diesel, porque entraña mucha dificultad. Debido a ello, resulta difícil realizar un conjunto eficiente.
Para situarse entre los equipos mejores, hay que cuidar todos los detalles. Una carrocería con la mejor aerodinámica, para que la resistencia al viento sea mínima. La superficie frontal, también lo más pequeña posible, viene determinada básicamente por las ruedas, que son de medida estándar ya que casi todos los participantes utilizan unos neumáticos diseñados por Michelin especialmente para este evento. El otro elemento de tamaño que tiene que salvar la carrocería es el piloto, y por tanto se debe elevar hasta que quepa en su interior una persona pequeña con casco. Para que la altura sea la menor posible, el piloto va prácticamente tumbado en el interior del coche. Por detrás del piloto se esconde el motor y la transmisión, que ya no son una dificultad a salvar, aerodinámicamente hablando. |