El R8 5.2 FSI quattro de 525 CV es la segunda variante más potente de la gama R8, por detrás del R8 GT. Tiene 95 CV más que el R8 4.2 FSI quattro (430 CV). Ambos motores también están disponibles en la versión de carrocería descapotable (R8 Spyder).
El R8 de 525 CV está disponible desde 161.920 € con cambio manual de seis velocidades y a partir de 167.610 € con transmisión automática «R tronic» (todos los precios). La diferencia de precio con respecto a la versión menos potente es de entre 32.000 y 34.000 €, en función del tipo de cambio (ficha comparativa).
El R8 5.2 FSI de 525 CV es claramente más costoso que un Jaguar XKR de 510 CV, tiene un precio similar al de un Porsche 911 Turbo de 500 CV y es mucho más asequible que un Lamborghini Gallardo LP560-4 Coupé de 560 CV (ficha comparativa).
El motor es atmosférico de gasolina, con diez cilindros y 5,2 litros de cilindrada. Es básicamente el mismo que tiene el Lamborghini Gallardo LP560-4, pero con distinta potencia —el motor V8 de 430 CV que tiene la variante menos potente del R8 también está basado en uno de Lamborghini—.
El Audi R8 5.2 FSI quattro acelera de 0 a 100 km/h en 3,9 s y alcanza una velocidad máxima de 316 km/h. Es claramente más rápido que el R8 de 430 CV y sólo consume 0,6 ó 0,7 l/100 km más, en función del tipo de caja de cambios (ficha comparativa).
La transmisión automática «R tronic», que se puede accionar desde la palanca situada entre los asientos delanteros o las levas ubicadas tras el volante, es estructuralmente como una manual, pero con automatismos para accionar el embrague y la selección de las marchas. Tiene dos modos de funcionamiento completamente automáticos: uno normal y otro deportivo. El principal inconveniente de esta caja de cambios frente a la automática que llevan un Porsche 911 PDK o un Nissan GT-R, es que cuando se cambia a una marcha superior hay un instante en el cual se interrumpe la aceleración, de manera más o menos brusca —en función de lo pisado que esté el acelerador—.
El R8 5.2 FSI quattro, tanto con cambio manual como automático, tiene una función que permite salir desde parado con la máxima aceleración «Launch Control». El R8 de 430 CV sólo tiene esta función si lleva cambio automático «R tronic».
El bastidor del R8 es de aluminio y está construido con la técnica «Audi Space Frame», igual que otros modelos como el A8 (vídeo). El R8 5.2 FSI quattro con cambio manual pesa 1.695 kg —5 menos que la versión con «R tronic»—. La carrocería, también fabricada de aluminio, pesa 210 kg. La distribución de peso es del 44% sobre el eje delantero y el 56% sobre el trasero.
La suspensión es de paralelogramo deformable en cada rueda, con elementos superpuestos; delante tiene dos triángulos y detrás tiene un triángulo superior (imagen) y dos elementos independientes en la parte inferior (imagen).
Tiene de serie la suspensión «Audi Magnetic Ride». Consta de unos amortiguadores con un fluido electroviscoso en su interior. Este fluido cambia de densidad —y por lo tanto cambia la dureza de los amortiguadores— cuando se somete a una corriente eléctrica. Hay dos maneras de cambiar la dureza de los amortiguadores; manualmente, desde un mando colocado en la consola o automáticamente, en función de las condiciones de la calzada y el tipo de conducción.
Los frenos son los mismos que la versión de 430 CV: discos ventilados y perforados en las cuatro ruedas, pinzas delanteras de ocho pistones y traseras de cuatro. Los discos son compuestos, con la parte interna de aluminio y la zona de fricción de hierro.
Opcionalmente puede llevar frenos cerámicos que, en conjunto, pesan 9 kg menos que los de acero y tienen una vida aproximada de 300.000 km. Según Audi, el R8 5.2 FSI quattro alcanza una aceleración lateral de hasta 1,2g —g es la fuerza de la gravedad terrestre, unos 9,8 m/s²—.
Los neumáticos son de medidas 235/35 en el eje delantero y 295/30 en el trasero. Van montados en unas llantas de 19” de diseño específico para esta versión.
La carrocería de esta versión tiene algunos detalles que permiten diferenciarla de la menos potente. Lo que Audi llama «sideblades», la pieza que va tras la puerta, es más ancha. También cambian las rejillas que hay en las entradas (frontales) y salidas (traseras) de ventilación del motor. La gama de colores es más amplia.
Las tomas de aire frontales y el perfil del faldón delantero van pintados en negro brillante. Además, los faros de diodos luminosos para función de corto y largo alcance, iluminación de marcha diurna e intermitentes son de serie (más información) y los pilotos están oscurecidos. Hay dos salidas de escape ovaladas, en vez de las cuatro (dos dobles) del R8 4.2. En el habitáculo no hay cambios (impresiones del interior de la versión 4.2 FSI).
Entre el equipamiento de serie se encuentran los asientos térmicos tapizados en cuero napa, el sistema de navegación «Plus», indicador para el control de la presión de los neumáticos, alarma antirrobo, equipo de sonido Bang & Olufsen de 12 altavoces y climatizador automático.
La lista de opciones incluye elementos como el sistema de ayuda al aparcamiento con cámara de marcha atrás, preinstalación para teléfono móvil Bluetooth, asientos de tipo baquet regulables y que el spoiler delantero, el difusor trasero, los «sideblades»y el revestimiento del compartimento del motor sean de carbono.
Precio del seguro
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