Del Audi Q8 hay dos versiones híbridas enchufables —55 TFSIe quattro de 394 CV y 60 TFSIe quattro de 489 CV— con un precio de 102 995 y 109 745 euros respectivamente (listado de precios de la gama Q8).
Ambos comparten el motor de gasolina de seis cilindros en V con 3,0 litros de cilindrada y 340 CV, el motor eléctrico de 177 CV y la batería de 22 kWh de capacidad útil (25,9 kWh brutos). La diferencia de potencia máxima se obtiene por distintos ajustes de la gestión del sistema.
La versión de 55 TFSIe puede acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, mientras que la 60 TFSIe lo hace en 5,0 s. La velocidad máxima es de 240 km/h (135 km/h en modo el eléctrico). En ambos casos la autonomía homologada en modo eléctrico es de 84 kilómetros.
Las alternativas directas al Q8 TFSI son el Mercedes-Benz GLE Coupe, el Porsche Cayenne Coupé y el Range Rover Sport; BMW no ofrece una versión híbrida enchufable del X6. El de mejor relación entre lo que cuesta y la potencia que tiene es el Range Rover Sport, que también es el de mayor autonomía eléctrica; el Audi es el segundo con menor autonomía y sólo aventaja al Porsche (ficha comparativa).
Un posible inconveniente respecto a esos modelos es que la batería del Q8 (y la del Cayenne) solo se puede cargar en corriente alterna y a un máximo de 7,4 kW (3 horas y 45 minutos para una recarga completa, según Audi). La del Range Rover y la del GLE Coupe se pueden cargar a 50 y 60 kW respectivamente.
El sistema propulsor tiene tres modos de gestión de la energía: EV, Hybrid y Charge. El primero de ellos (EV) fuerza al sistema a utilizar únicamente el motor eléctrico (y según Audi, lo hace aún pisando el pedal del acelerador a fondo). Para el segundo (Hybrid) hay dos variantes de funcionamiento que el conductor puede seleccionar desde el sistema multimedia: auto (el sistema es el que se encarga de elegir qué motor o motores hace funcionar en cada momento) y hold (mantiene la carga de la batería para poder utilizarla en un momento posterior). Por último, el modo Charge sirve, como su nombre da a entender, para recargar la batería en marcha. No obstante, y a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de modelos de este tipo, el sistema no utiliza el motor de combustión para aumentar el nivel de carga, sino la frenada regenerativa (y solo hasta el 75 %).
Dicha frenada regenerativa tiene varios niveles de asistencia, siendo la potencia máxima de recuperación de 80 kW.
De serie, el Q8 55 TFSIe tiene una suspensión con muelles helicoidales, mientras que el 60 TFSIe recurre a unos de tipo neumático y a unos amortiguadores controlados electronicamente. Las llantas pueden ser de hasta 23 pulgadas y, opcionalmente, se puede pedir un sistema de dirección en el eje posterior (reduce el ángulo de giro en un metro).