El Audi A3 allstreet es una versión nueva de la gama. Está basada en la variante de carrocería «Sportback» (cinco puertas) y tiene un planteamiento más «campero», aunque no está pensada para circular habitualmente por terrenos con muchas dificultades.
El A3 allstreet cuesta 43 080 € con el motor de gasolina y 45 160 € con el Diesel, ambos de 150 CV y asociados a un cambio de marchas automático (todos los precios). Por lo tanto, es 4000 euros más costoso que un Audi A3 Sportback S Line (ficha comparativa). Esta diferencia de precio se justifica parcialmente porque el allstreet tiene de serie faros matriciales (Led Matrix) y el paquete de opciones denominado Confort (consta de: control de crucero adaptativo, cámara de visión trasera, retrovisores exteriores con oscurecimiento automático y plegables eléctricamente, acceso sin llave, asientos delanteros con ajuste lumbar y portón del maletero de apertura automática).
La diferencia más importante con respecto a otras versiones es que la altura libre al suelo aumenta en 30 mm. Este incremento se debe tanto a que la suspensión es distinta (se ganan 15 mm) como a que los neumáticos tienen un diámetro mayor (con ellos la altura se incrementa otros 15 mm, según Audi, porque entre los neumáticos que tiene de serie el allstreet —unos 225/45 R18— y los del A3 con equipamiento Advance —225/45 R17— hay una diferencia de 11,7 mm de radio). Todos los A3 allstreet tienen tracción a las ruedas delanteras, si bien Audi no cierra la posibilidad de que más adelante haya tracción total.
La versión que he conducido tenía el motor Diesel de 150 caballos. El A3 allstreet con este motor no es ruidoso cuando se acelera mucho a baja velocidad. De hecho, me ha parecido que el interior está mejor aislado el ruido que, por ejemplo, un Škoda Octavia. Es un motor con fuerza y que permite viajar a buen ritmo con un consumo de carburante que me ha parecido bajo (es fácil que esté por debajo de 6,0 l/100 km en autovía o autopista, a ritmos más o menos legales).
Las sensaciones de conducción del A3 allstreet están más cerca de las que transmite un A3 Sportback que un Audi Q2. La suspensión no es blanda, sino más bien firme. Con esta configuración, Audi ha pretendido (y conseguido) que la carrocería del A3 allstreet no se balancee más de la cuenta, ni que cabecee en las frenadas fuertes. Sí se puede notar que el allstreet tarda más en apoyarse en las curvas que un A3 convencional fruto de su mayor altura, pero la diferencia es pequeña en un uso cotidiano, incluso aunque se conduzca de forma ágil.
La altura libre al suelo del A3 allstreet es de 150 mm, la misma que un Audi Q2 con suspensión estándar. Es poca para circular con tranquilidad fuera del asfalto y menos de la que tienen algunos SUV. En todo caso, esa ganancia puede venir bien aunque siempre se circule por asfalto. Por ejemplo, facilita el acceso y salida del vehículo, y elimina en gran medida la posibilidad de rozar con algún elemento de la carrocería en el suelo en bordillos elevados o en aparcamientos subterráneos con rampas muy pronunciadas.
El Audi A3 allroad se distingue estéticamente porque tiene una serie de elementos de plástico en los pasos de rueda y en el perímetro inferior de la carrocería que pueden servir como protección contra los roces que se suelen dar en el campo, además de una parrilla, unos paragolpes y unas llantas de 18 pulgadas de diseño específico (opcionalmente de 19). También incluye unas barras de techo de serie.