El Audi S1 es la variante más deportiva de la gama actual del A1. Tiene un motor de gasolina de 231 CV, cambio de marchas manual (en opción no hay uno automático) y tracción total.
La versión con carrocería de tres puertas está disponible desde 34 200 euros y la de cinco (llamada Sportback) desde 34 930 euros (listado con precios, ficha técnica y equipamiento). El Audi S1 tiene una serie de características que lo hacen único en el mercado. Único en el sentido que no tiene competidores claros, pues no hay ningún turismo de tamaño parecido que tenga un motor tan potente. El que más se acerca es el Opel Corsa OPC Nürburgring Edition, con 211 caballos (su precio es 24 926 euros, es decir, 9274 más bajo que el del S1 de tres puertas: ficha comparativa). Si añadimos al pliego de condiciones la presencia de tracción total, no hay nada en el mercado que se parezca al S1, desde que Audi descatalogó el Audi A1 quattro (una edición limitada a 333 unidades y motor de 265 CV).
El Audi S1 es veloz y efectivo en curva porque cambia de dirección con facilidad, el motor da mucha aceleración y la motricidad es muy buena. La facilidad que tiene para cambiar de dirección se debe, al menos, a dos características. En primer lugar, a la elevada adherencia que dan los neumáticos (unos Bridgestone Potenza S001), y en segundo lugar, a que la dirección es rápida (como en todos los Audi A1, su desmultiplicación es 14,8 a 1). Al ser rápida y directa, los pequeños movimientos en el volante producen cambios inmediatos de trayectoria, lo que exige atención por parte del conductor para conseguir una conducción armoniosa.
Una de las impresiones que me ha dejado el S1 es que sus reacciones no se parecen a las de otros modelos «S» de Audi. A mi juicio, el S1 está dirigido a quien busque sensaciones algo más intensas en curva y movimientos más vivos. Por ejemplo, el S3 es más relajado de conducir en todo tipo de circunstancias, mientras que el Audi S1 requiere más participación del conductor pues cuando se saca partido al motor, los movimientos son más rápidos. Sí me recuerda a otros modelos deportivos de Audi por la suavidad con que se maneja y el poco es fuerzo que requiere accionar el volante o el cambio de marchas.
Sin embargo, el S1 no es un coche extremo; el Audi A1 Quattro lo era más. Mi recuerdo de éste modelo (lo conduje poco) es que era aún más rápido de reacciones y sensible al estado del piso que el S1. Es decir, su trayectoria se veía claramente influenciada por las roderas y otras imperfecciones del piso, y exigía más concentración para conducirlo al ritmo que permitía su motor.
El Audi S1 es duro de suspensión. No es insufrible, pero no tiene una suspensión adecuada para quien busque un coche confortable sobre carreteras que no estén en perfecto estado. Ésta dureza se nota mucho más en las plazas posteriores (que en las anteriores), pues los ocupantes notan movimientos cortos y rápidos cuando se circula por vías en mal estado. Es una suspensión incluso algo dura para los estándares hoy en día habituales en coches deportivos; por ejemplo, la de un Renault Clio RS es más confortable. La parte positiva de esta suspensión es que los movimientos de la carrocería son muy pequeños incluso en momentos de gran aceleración, frenada o elevada velocidad de paso por curva.
La tracción total hace que la motricidad sea muy buena, mejor que la corriente en coches coches con un solo eje motor. La ventaja de este elemento es definitiva sobre carreteras muy lentas y deslizantes, pues deja transmitir la potencia del motor a las ruedas y, por lo tanto, salir más rápido de las curvas (lo que significa llegar antes y más deprisa al final de la siguiente recta).
He conducido el Audi S1 por las mismas carreteras en distintas condiciones, a veces secas y en otras ocasiones mojadas. Si bien la capacidad para transmitir la potencia al suelo es muy elevada, eso no significa que las ruedas no puedan llegar a patinar o los controles de estabilidad y tracción, intervenir. De hecho me ha ocurrido al pisar a tope el acelerador a la salida de curvas muy lentas, mojadas y en fuerte pendiente ascendente. Mi compañero Alfonso Herrero también tuvo esta impresión, quizá de forma más clara que yo, pues él condujo el Audi S1 en una pista de hielo. Sus impresiones son las siguientes:
«Me resulta imposible contar algo sobre sus reacciones que pueda ser útil a un comprador que resida en España, donde nieva poco y no se circula con neumáticos de clavos. Porque es así como lo he conducido, en carreteras nevadas suecas con unos neumáticos Hankook Winter i*Pike RS que tenían unos pequeños clavos repartidos por la banda de rodadura. En el circuito sobre un lago helado en el que Audi nos dio también la oportunidad de conducirlo es un auténtico juguete con el que divertirse. Un circuito así es un lugar excepcional para poder probar las diferencias de funcionamiento de los distintos modos de actuación del control de estabilidad. Cuando está conectado, apenas existe deslizamiento lateral, ya que rápidamente los frenos intervienen para colocar el coche en la dirección indicada por el volante. Al seleccionar el modo Sport, se permite un mayor patinamiento de las ruedas al acelerar y un mayor desplazamiento lateral en las curvas. Hay una tercera posibilidad, la desconexión total. En esta situación, la trayectoria queda a cargo de la pericia del conductor ya que el control de estabilidad no interviene para corregir la trayectoria».
Yo no he llegado a notar un deslizamiento tan acusado de las ruedas, pero sí lo suficiente para corroborar lo que dice Alfonso. A mi también me parece que con los controles electrónicos de tracción y estabilidad conectados, el S1 es más fácil de guiar por donde se desea. Además, no me parece que se circule más lento. Sin las ayudas electrónicas conectadas, el S1 requiere un conductor de buen nivel porque el coche pierde la trayectoria con más facilidad y de forma algo brusca.
La potencia del equipo de frenos es normal, así como su resistencia al calentamiento por un uso intenso. Soportan bien un varias frenadas fuertes, pero si se frena mucho de forma continuada, se acaba notando cómo el pedal se hunde más de la cuenta y da la impresión que al coche le cuesta más detenerse.
El motor del Audi S1 es de 2,0 litros de cilindrada, está sobrealimentado y da 231 caballos. Es un motor muy agradable de conducir en cualquier circunstancia, pues su respuesta inmediata a casi cualquier régimen, pero la potencia «de verdad» que ofrece se empieza a notar con claridad por encima de 2500 rpm. El sonido que produce el sistema de escape nos parece bonito y no molesta en el interior, pues no es estruendoso, y solo se nota bajo fuerte solicitud de aceleración.
Según nuestras mediciones de aceleración entre 80 y 120 km/h, el Audi S1 es rápido, aunque tampoco sobresale especialmente en este apartado. Por ejemplo, ha sido ligeramente más lento (0,1 segundos, una diferencia insignificante en carretera) que un Volkswagen Golf GTI (220 CV). Es coherente que sea así, pues el Audi S1 tiene más masa. Pesa 1390 kg, una cifra alta para un coche que no llega a 4,0 metros de longitud, en parte debido al sobrepeso que supone el sistema de tracción total. Según los datos oficiales de mediciones, el Audi S1 acelera mucho mejor que el Golf GTI, que es perfectamente posible porque ese valor oficial mide la aceleración desde parado, donde la superior motricidad del S1 puede ser clave.
El consumo que hemos medido entre repostaje y repostaje ha sido 9,3 l/100 km. Este valor corresponde a una utilización por todo tipo de vías (más por carretera que por ciudad, conduciendo a ritmo normal y puntualmente haciendo uso de toda la potencia disponible). Con un consumo así y un depósito de solo 45 litros, las paradas a repostar son relativamente frecuentes. En nuestro recorrido para medir el consumo (un trayecto de ida y vuelta de 143,3 kilómetros por una autovía con fuertes pendientes y buscando una media real de 120 km/h), el gasto medio ha sido 8,2 l/100 km. Es un dato difícil de comparar porque no hay coches similares en el mercado. Sin embargo, parece un consumo normal (no excesivamente elevado) para la potencia disponible. En el mismo recorrido, un Renault Clio RS consumió 7,9 litros cada cien kilómetros, el Ford Fiesta ST gastó 6,9 l/100 km, lo mismo que el Peugeot 208 GTI.
En general, el Audi S1, así como el A1 (pues por dentro son iguales por espacio), son poco espaciosos para sus dimensiones externas. Al menos en el S1 de tres puertas, que es el que hemos probado, el dato menos favorable es la altura libre al techo en las plazas posteriores, escasa para una persona de aproximadamente más de 1,70 m. El maletero tiene 210 litros, por lo tanto es menor que el de cualquier otro Audi A1 (que tienen 270 litros) debido al espacio que ocupa el sistema de tracción total.
Los asientos de serie (imagen) son correctos, sujetan bien las piernas y la parte media del tronco, pero dejan algo sueltos los hombros. A mí me han parecido unos asientos normales, no unos de grandes pretensiones deportivas. En opción hay unos con un aspecto más deportivo (imagen) que posiblemente sujeten más el cuerpo, pero no los he probado.
A la vista, el S1 se distingue de otro A1 por los paragolpes, faldones, la cuádruple salida de escape y por los nuevos faros (de xenón) y pilotos (de ledes). El cuadro de instrumentos tiene una decoración específica (aros de color rojo en las salidas de ventilación) y la cubierta de los pedales es de acero pulido. Además de los asientos de serie es posible montar unos con mayor sujeción en los que el respaldo y el apoyacabezas forman una pieza única (imagen).
En el comparador de seguros de coches de km77.com hemos calculado el coste mínimo para una póliza a todo riesgo sin franquicia. El tomador del seguro es una persona de 36 que vive en Madrid, tiene carné desde 1996 y no ha tenido siniestros en los últimos 10 años. Esta persona guardaría el coche en un garaje colectivo y recorrería con él aproximadamente 15 000 kilómetros anuales. Con estos condicionantes, el precio más bajo lo ofrece Balumba por 629 euros. Si con el mismo tomador de seguro, buscamos un seguro a todo riesgo sin franquicia, el precio más bajo también lo ofrece Balumba: 303 euros, con una franquicia de 290 euros.