Exactamente 331 personas denunciaron el año pasado en El Instituto de la Mujer campañas de publicidad que les resultaban sexistas. Según su directora, Pilar Dávila, todo un éxito de participación y buen criterio. Uno de los anuncios más odiados por los guardianes de la paridad entre géneros y, por tanto, una de las prioridades de lucha del feminismo institucional, el del Citroen Xsara. Que Claudia Schiffer se desnude antes de sentarse al volante le parece a Pilar Dávila, primero fatal, y además de fatal, delito merecedor de un castigo. Desde aquí nos atrevemos a pedir un poco de originalidad (¿ o vamos a conformarnos, Pilar, con la manida retirada de campaña?) y le ofrecemos desinteresadamente alguna sugerencia.
- Obligar a Claudia Schiffer a comer hasta igualar aproximadamente el peso del coche, para que quede claro que modelo y producto son igual de importantes publicitariamente hablando y que lo importante son las prestaciones del vehículo y no las medidas de Claudia. Y de paso, para que se fastidie, por cochina.
- Obligar a Claudia Schiffer a comer hasta igualar aproximadamente el peso de todos los denunciantes juntos, más el de la directora del Instituto de la Mujer. (Ver la sugerencia anterior y añadir lo de por cochina).
- Obligar a claudia Schiffer a ejercer dignamente su profesión de modelo, sin desnudarse, sin asociar su imagen a ninguna marca ni utilizar la melena y lo demás para procurar vender más. Es decir, obligar a Claudia Schiffer a anunciar tratados de física cuántica, rosarios conmemorativos de la aparición de la Virgen de Fátima y coches, sí, pero fúnebres.
Si acaso las sugerencias anteriores no tuvieran una fácil puesta en práctica, podemos recomendar al equipo directivo del Instituto de la mujer, sin duda seguidor de la petardísima Shere Hite, que se alegre un poco la vida con la biografía de Dorothy Parker, a punto de publicarse en la editorial Circe y escrita por Marion Meade.
Dorothy Parker, querida Pilar, fue una escritora americana del período de entreguerras, autora de cuentos tan divertidos, inteligentes y ácidos como los recopilados en La soledad de las parejas o Una dama neoyorquina. Una pista: Alan Rudolph la retrató, a ella y al grupo de escritores con los que se reunía durante los almuerzos del mítico Hotel Algonquin de Nueva YorK en La señora Parker y el círculo vicioso (1994).
Dorothy bebía, cuando beber era un delito, se casaba, se divorciaba, escandalizaba, se divertía escribiendo sobre moda en el Vanity Fair de la época y diseccionaba el amor, la soledad o los convencionalismos de la época. Todo a la vez y sin dejar nunca de pintarse las uñas. En cualquier caso, Pilar si insites en la trascendencia y Dorothy Parker te resulta frívola, te recordamos que cada semana, más o menos, muere una mujer en España víctima de los malos tratos, según la terminología oficial a la que ya nos vamos acostumbrando. Por culpa, claro, de Claudia Schiffer.
*Pamela Parking Rolls es "corresponsal de estilo" de km77.com.
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