Te has comprado un chalet a las afueras de Madrid, por ejemplo. De momento, no se ve más que un agujero muy grande, pero tiene sus ventajas, porque luego puedes elegir el azulejo de la cocina y el parquet: tarima o espiga. Doscientos metros cuadrados, garaje, mini jardín, que bueno tampoco es tan pequeño, comparado con el de la urbanización de al lado hasta parece grande, total, por cien mil pesetas más os colocan el árbol a elegir, manzano o naranjo y el césped ya crecidito, que siempre quita mucho trabajo. Habrá que hacer algo con tantos metros, tu piso alquilado, no llegaba ni los ochenta construidos, qué mejor momento para tener un hijo, o dos, por diversificar riesgos.
En la urbanización, además, se va a construir una piscina común con guarda jurado para echarles un vistazo, que siempre quita mucho trabajo, como lo del césped. Una gran inversión la del chalet. La pega, ya se sabe, es que te pilla un poquito lejos del trabajo, tampoco tanto, el domingo llegaste en veintitrés minutos, o sea nada, casi lo mismo que tardas ahora en el metro. Y si no, pues os compráis un 4 por 4, al final lo más cómodo, porque no hay chalet sin 4 por 4 ni 4 por 4 sin hipoteca.
Sois modernos, tanto que pareceis de Phoenix, en pleno estallido del sprawl, algo así como el desparrame. Un fenómeno de expansión de las zonas urbanas que ha multiplicado por diez el área metropolitana de Los Ángeles. Y una forma de vida a la que se han apuntado el 48% de los americanos. Algún otro dato de nuestro modelo inmobiliario: Pasan en sus coches al año unas 440 horas, más de 50 jornadas laborales. Sólo yendo y viniendo del trabajo al chalet y del chalet al trabajo.
Antes de decidiros por el desparrame suburbano (la traducción suena horrible) un consejo que puede salvaros la vida: " American beauty" (cinco oscars, cinco), la sorprendente película del director británico Sam Mendes con Kevin Spacey y Annette Beining. American beauty comienza precisamente a la puerta de un adosado y con Kevin Spacey al volante de un flamante todoterreno, camino del trabajo. Él trabaja en una agencia de publicidad. Ella, vende casas tan bonitas como la suya. Su hija va al colegio, tiene amiguitas y es animadora. Cenan juntos todas las noches en el salón. La vida feliz de una familia feliz. Y ahí empieza la cuestión: nada es lo que parece. Spacey, en ese momento, todavía no lo sabe pero está muerto. ¿Y tú?
*Pamela Parking Rolls es «corresponsal de estilo» de km77.com.
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