¿Te acuerdas de cuando el Ford Fiesta se llamaba forfi que rima con porfi y los plumas plumis y en fin, ni siquiera se había inventado el ideal, o sea, fenomenal? ¿Te acuerdas de cuando las copas estaban a cuatrocientas y Vizcaíno Casas escribía y publicaba y no sólo publicaba, sino que vendía Al Tercer año resucitó, impresionante recreación de un Franco redivivo?
Un Franco resucitado y autoestopista, que volvía al Valle de los Caídos, dispuesto a morirse otra vez, con tal de no ver lo de las copas a quinientas y todo lo demás y era recogido por un automovilista compasivo, incapaz de imaginar a quién (o deberíamos escribir a Quién, por seguir con el tono) llevaba en el asiento del copiloto. No se especificaba si el automovilista llevaba plumi, pero sí el coche que conducía porque el autor era muy meticuloso con aquello de la recreación psico sociológica. Pues eso, un forfi, ¿qué si no?
¿Te acuerdas? Pues si te acuerdas, olvídalo, porque el forfi ya no es forfi y los plumas sólo se toleran si en la etiqueta pone bien clarito Duyos y Paniagua o similar y si no, echa un vistazo a la nueva campaña publicitaria, con chica, en vez de pijo y filosofía de positivismo conductual ¿Tu novio se ha largado con tu mejor amiga? Mejor para ti, dos pájaros de un tiro ¿Te han echado del trabajo? Más tiempo libre. Resumiendo ¿tu vida es horrible o, por lo menos, regular de asquerosa como la de casi todos?
Cómprate un Ford Fiesta y ya tienes la mitad del camino andado, se le ha ocurrido argumentar al creativo. Nosotros acompañamos con una recomendación: Sobreviviré, no la canción de Gloria Gaynor, que también, sino la última película de Alfonso Albacete y David Menkes (Más que amor Frenesí y Atómica). Lucía Etxebarría ha colaborado en el guión (así que ya no queda ninguna duda sobre su modernidad) y Emma Suárez y Juan Diego Botto cuentan una historia de amor y, sobre todo, dulce y tenaz supervivencia. Marga no tiene novio porque acaba de morirse, no tiene trabajo porque acaba de quitárselo su amiga del alma, está embarazada, sola, arruinada, pasa de los treinta y se enamora de Iñaqui, que también se enamora de ella, en la medida de sus posibilidades, porque es homosexual. ¿Dramón? Qué va. Puro vitalismo. El que no se deprime es porque no quiere pero, como dice el guión, mientras se escuche la música hay que seguir bailando.
*Pamela Parking Rolls es "corresponsal de estilo" de km77.com.
|