Vamos a aclarar una cosa desde el principio para que no se pongan nerviosos fabricantes ni publicitarios ni jefes de prensa ni tenaces vendedores de concesionario ni, sobre todo, tú, que has decidido comprarte alguno de los coches de los que hablaremos a continuación y al que por supuesto nunca nos atreveríamos a aconsejar el ejercicio y ni siquiera el estudio de la homosexualidad. La frase anterior es igualmente válida y no hay necesidad de repetirla, si en lugar de homosexualidad escribimos heterosexualidad, o simplemente no-sexualidad. Que cada uno sustituya el subrayado por el término que, en este momento, le resulte más afin.
Aclarado esto (creo) otra cuestión: Dos millones y medio de gays españoles gastan, de media y por cabeza, un cuarto de millón al año en ocio más que los heterosexuales. Una cifra suficientemente importante como para que fabricantes, publicitarios, jefes de prensa y tenaces vendedores se planteen modas, guiños y, sobre todo, una cierta estética para que tú, comprador gay, sociológica y tópicamente definido como urbano, más bien modernillo, viajero, caprichoso y un poco derrochador te sientas atendido en tus demandas automovilísticas.
Ricardo Llamas, redactor jefe de la revista Zero, la publicación más cuidadamente alternativa del sector, tiene claro que: El Smart es el coche que más publicidad invierte en sus páginas. Que el chico del Polo con el famoso y nunca bien comprendido Ziritione mira con cierta y sospechosa melancolía a cámara. Que el Scenic, capaz de sacar de sus casillas a una dignísima Drag ha sido una revolución homocreativa. Que si el conductor de un Audi A 4 Avant inquieta tan profundamente a su vecino no es únicamente por el coche. Y, por fin, (en un alarde creativo que desde aquí le agradecemos) que cuando una chica se encuentra con su ex novio y le suelta lo de todo en mi vida ha cambiado menos mi Golf GTI, lo que de verdad le está contando es: no sólo me he librado de ti, imbécil, sino que me he dado cuenta de que soy lesbiana y mira qué buena cara se me ha puesto.
Estés de acuerdo, o no, con las interpretaciones anteriores, y teniendo en cuenta que para eso están los anuncios, para que cada uno los interprete como quiera y eso sí, se compre el coche, tres recomendaciones a propósito del tema.
Primero, la serie de Ellen Degeneres, todos los días en la 2 a las ocho y media. La primera telecomedia americana con protagonista lesbiana, que además ha terminado siendo novia de la guapísima Anne Heche (Seis días y siete noches), ex mujer, por terminar el cotilleo, de Steve Martin.
Dos, la novela de Boris Izaguirre, Azul petróleo, porque este chico, además de gritar en Crónicas Marcianas y de perpetrar el guión de la telenovela venezolana Rubí, escribe. Análisis sociopolítico Caracas-Madrid, estructura de culebrón, mucha violencia y, sobre todo, mucho sexo. Porque como dice y practica el autor, (y ésta es la tercera y optimista recomendación) resulta de muy mala educación negarle a cualquiera veinte minutos de placer.
*Pamela Parking Rolls es "corresponsal de estilo" de km77.com.
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