Reproduzco y amplío comentarios hechos en una prueba anterior del Laguna, que esencialmente también vale para éste.
Uno de los elementos más llamativos en el equipamiento del Laguna es que no tiene llave de contacto, sino que el mando a distancia hace esa función, después de insertarlo en una ranura. Es un mando grande, por lo que realmente no resulta más cómodo de llevar que una llave, salvo por el hecho de que es casi plano y cabe bien en un bolsillo. El proceso de insertarlo y arrancar es algo más cómodo que el de la llave. Es más fácil de meter en la ranura que la llave, salvo que esté engranada la primera velocidad.
Para arrancar basta una pulsación en un botón que también queda a mano; es decir, no hay que mantener apretado el botón para que el motor de arranque gire (como ocurre en otros coches que se arrancan con botón, como el BMW Z8). Si hay una velocidad engranada, el coche no arranca, a no ser que poco después de pulsar el botón el conductor pise el embrague. Un pequeño inconveniente de este mando es que puede estar caliente al sacarlo (depende de cómo se haya usado el coche); en verano puede ser molesto echarse al bolsillo un plástico caliente. Una faceta positiva de este sistema de arranque es que —normalmente— el volante se desbloquea sin tener que tirar de él, al meter el mando en la ranura.
Con un aspecto general bueno, contrasta el acabado de algunos elementos. La guantera que hay entre los asientos (muy profunda), un pequeño hueco que hay dentro del maletero, un soporte para el teléfono en la parte superior de esa guantera entre los asientos que está aún más afilado y la tapa que cubre el asa en la bandeja flexible del maletero tienen bordes demasiado afilados.
Otros huecos tienen un borde redondeado y hasta recubierto de tejido, como los que están en las puertas. Hay otros elementos que no están a la altura de la calidad del coche: un portabotes delantero que hace un sonido de roce al salir de su alojamiento; una tapa de la radio fácil de abrir pero no de cerrar; o una moqueta del maletero despegada de su soporte de madera. Las incidencias durante la prueba han sido: unos ruidos extraños que parecían un motor eléctrico (y no tenían que ver con el climatizador), unos cinturones traseros que corrían con dificultad y un sistema de apertura automático de puertas (no es preciso darle al botón del mando, basta con acercarse al coche) que no funcionaba.
El equipamiento de seguridad pasiva es muy bueno. Tiene seis airbags de serie (frontales, laterales delanteros y de cabeza) y dos más opcionales (laterales traseros), tensores de emergencia (doble para el conductor) y limitadores de tensión en las plazas delanteras y en las laterales traseras (pincha aquí para ver más información sobre estos elementos), puntos de fijación Isofix para sillas de niño, todas las plazas con reposacabezas y cinturón de tres puntos.
El Laguna tiene un sistema que, si el conductor lo desea, cierra automáticamente las puertas cuando el coche se pone en marcha, lo cual es muy recomendable para circular por ciudad. Ahora bien, no parece tener un sistema de emergencia para desbloquearlas, a juzgar por lo que dice el manual del coche: «Si decide circular con las puertas bloqueadas, sepa que en caso de urgencia esto puede dificultar el acceso de los socorristas al habitáculo».
Hay otros detalles interesantes, como cortinillas integradas en las puertas y la bandeja trasera (muy útil para quien lleve niños pequeños). Lo malo es que no son equipo de serie en la versión más barata y no se pueden adquirir solas, sino que están incluidas en la opción de climatizador.