General Motors ha presentado un avance de sus resultados económicos del ejercicio 2004. Su resultado operativo dio un beneficio de 3.600 millones de US$, con unos ingresos de 193.000 millones de US$.
El margen sobre ingresos es del 1,86%, ligeramente mejor que el obtenido en 2003, cuando General Motors ingresó 185.000 y ganó 3.200 millones de US$ (1,73%).
La rama financiera de GM ha conseguido el 80% de los beneficios totales. GMAC (GM Acceptance) ganó 2.900 millones de US$ en 2004, de los cuales 1.100 millones se deben a préstamos hipotecarios, sin relación alguna con la actividad automovilística.
Con la venta de automóviles se han ganado 1.200 millones de US$ (925 millones de €), una tercera parte del beneficio total. GM todavía no facilta los ingresos correspondientes a cada ssector, por lo que no podemos conocer el margen obtenido por la venta de automóviles. En 2003 se ingresaron 154.000 millones de US$ por este concepto y se ganaron 553 millones de US$, lo que supone un margen del 0,4%. Este año el beneficio se ha más que doblado, por lo que el margen por operaciones de automóviles deberá situarse entre el 0,8 y 0,9 por ciento.
Por zonas, GM ha ganado 1.200 millones en Norteamérica, 177 en Asia Pacífico y 85 en Latinoamérica. En Europa ha perdido 742 millones de US$ (570 millones de €). Este es el quinto año consecutivo que General Motors pierde dinero en Europa.
Este resumen de los resultados, que no difieren de las previsiones, refleja la difícil situación que vive General Motors. No consigue generar alta rentabilidad con su actividad automovilística. El momento es particularmente complicado en Europa, donde tras varios años de restructuraciones no se alcanza un nivel de competitividad suficiente, que permita generar recursos y tener una actividad sostenible. General Motors Europa ha anunciado recientemente un nuevo plan de reestructuración (posterior al plan Olympia).
Muchos analistas consideran que el mercado del automóvil está muy maduro, hay demasiada competencia, el conocimiento de cómo hacer buenos coches está muy repartido y resulta muy difícil ganar dinero con este negocio. Los datos parecen avalar estas opiniones. Según un estudio del Deutsche Bank de hace dos años, la industria del automóvil sólo supone en la actualidad un 1,6% del total de la capitalización de la bolsa europea y un 0,6% de la estadounidense. Es un valor pequeño tendiendo en cuenta el peso de esta industria en las economías de estas dos regiones. Lo más significativo es que estos valores se han dividido por 3 en Europa y por 7 en Estados Unidos en los últimos 20 años.
Es un sector en el que a muchas empresas les cuesta mucho ganar dinero. Los propios incrementos de eficiencia de la industria añaden un peso extra, porque cada vez que se mejora la productividad se incrementa la capacidad, que resulta una carga. Todos los participantes en esta industria están de acuerdo en que existe un exceso de capacidad productiva. Ese exceso de capacidad se transforma en unos costes fijos muy elevados, que obliga a las empresas a vender muchas unidades, incluso con márgenes muy pequeños, o sin margen, para mantener la rueda girando. Se fabrica mucho con mucha eficiencia, se vende mucho sin apenas margen y cada vez se mejora más la eficiencia y se reducen más los márgenes porque todos tienen la obligación de vender. Vender poco significa perder más dinero, que perder poco dinero en cada operación.
A pesar de la dificultad, hay empresas que saben hacerlo bien y ganar mucho dinero con su actividad de fabricación y venta de coches. Toyota es el ejemplo señalado por todos, con una historia de éxito que no tiene ciclos, o no tan acusados como en el resto de las empresas. Otro ejemplo relativamente estable es BMW, cuya pequeña cuota de mercado no es impedimento para ser una de las empresas más rentables de esta industria. En la actualidad, también se mira con envidia al grupo PSA (Peugeot-Citroën) y a Renault, cuya colaboración con Nissan ha reportado beneficios significativos para las dos empresas.
Los fabricantes norteamericanos (llamados muchas veces "Los tres grandes"), por el contrario, están atravesando una situación delicada. Su negocio de venta de coches da poco o nada de dinero. Su deuda es elevadísima y su debilidad financiera hace que tengan que pagar altos intereses por el dinero prestado. No consiguen sacar adelante sus negocios en Europa (Opel y Ford), donde han perdido dinero durante varios años. |