El puesto de conducción es bueno. La visibilidad es la normal en este tipo de berlina, con la ventaja de que la parte de atrás no es muy alta. El asiento queda más elevado con relación a los pedales y al volante de lo que le gustaría a alguno, pero no demasiado.
Se trata de un asiento muy logrado. La banqueta es larga, de manera que casi todo el muslo descansa sobre ella y la presión que soportan es menor. Aunque no tiene una forma particularmente envolvente, recoge bien la espalda y tiene ajuste lumbar (difícil de manejar, sobre todo en marcha). El reposacabezas está en la posición ideal para sujetar la cabeza en caso de accidente, que es para lo que sirve. No obstante, a nuestro compañero Víctor le ha parecido muy incómodo porque le hacía ir con la cabeza más echada hacia adelante de lo que acostumbra (al resto nos ha gustado mucho este asiento).
Los delanteros tienen el sistema «Whips», que es básicamente un muelle en la articulación del respaldo para que ceda en caso de un alcance o como reacción de un golpe frontal. Volvo recomienda no poner nada tras los respaldos delanteros que pueda limitar este movimiento. Esto incluye desde objetos como maletas hasta los reposacabezas del respaldo trasero, si está abatido. Sobre las rodillas de los pasajeros no dice nada, se supone que no será un problema.
El espacio delante es suficiente incluso para personas altas. Atrás no tanto, está bien de anchura y altura, pero le falta algo de espacio para las piernas. Los asientos traseros tienen mucho apoyo lumbar. Un inconveniente de las plazas traseras es que las puertas se abren poco y que, por la colocación del asiento con relación al vano, a algunas personas les costará subir.
La ventilación es buena y relativamente fácil de manejar. Tiene opcionalmente un climatizador con recirculación automática y es de los coches en los que me ha parecido más eficaz. He probado a circular detrás de camiones en fuertes rampas y no se filtraba nada oloroso dentro, y eso que fuera el humo negro era evidente.
El aspecto de la carrocería no está a la altura de los mejores, sino más bien cercano al de otros coches más o menos lujosos pero con fallos. En el S60, por ejemplo, dan muy mala impresión las salidas de ventilación bajo los asientos delanteros, que se ven (y se palpan). La pequeña guantera entre los asientos delanteros tiene un sistema de cierre rudimentario y un ajuste mejorable (en los coches de su precio hay hasta un amortiguador de silicona para que el movimiento sea lento). El recubrimiento de la tapa del maletero tiene un corte y una fijación que no son ni mucho menos de coche lujoso.