Uno de los objetivos de Renault a la hora de diseñar el Scenic E-Tech es que su carrocería no tuviera mucha resistencia aerodinámica y que, a la vez, no faltase sitio para los ocupantes. Sin embargo, el coeficiente aerodinámico es 0,30, alto, especialmente para un coche eléctrico. Uno de los motivos esgrimidos por los técnicos de Renault para justificar este Cx elevado es que se negaron a diseñar un parabrisas muy tendido para no restar habitabilidad al coche.
Una solución para tratar de limitar la resistencia al avance es que Renault ha diseñado un coche poco alto (para lo normal en un SUV). Para que no falte altura en su interior, ha colocado los asientos cerca del piso. Como resultado, los ocupantes delanteros van sentados en una posición que tiene poco que ver con la de un SUV al uso, sino que se parece mucho más a la de una berlina tradicional. Me parece que esta es una característica en la que conviene fijarse bien antes de elegir este coche, porque hay quien prefiere un SUV frente a otra tipología de vehículo precisamente porque la posición de conducción suele ser más erguida.
El inconveniente de que los ocupantes vayan tendidos en lugar de erguidos, es que ocupan mucho más espacio en sentido longitudinal. Y aquí entra en juego un tercer factor de diseño del Scenic E-Tech: su gran distancia entre ejes. Con 2,78 metros, es mucho mayor que la de sus rivales, como es el caso del BMW iX1, el BYD Atto 3, el Kia e-Niro o el Volvo XC40 (la batalla de estos modelos mide 2,69, 2,72, 2,72 y 2,70 metros, respectivamente).
Gracias a lo separadas que están las ruedas delanteras de las traseras, el espacio para las piernas es amplio. Hemos medido 77 centímetros en las plazas posteriores, que es un dato superior a la media (mediciones propias). La cota interior menos favorable es quizá la anchura entre puertas en las dos filas de asientos, que dificulta el transporte de tres adultos de forma confortable. El Scenic E-Tech es claramente más estrecho por dentro que, por ejemplo, un BMW iX1.
Salpicadero y sistema multimedia
El salpicadero tiene dos pantallas, como el Megane E-Tech: la correspondiente a la instrumentación y la del sistema multimedia. La primera tiene 12,3 pulgadas (1920 x 720 píxeles) y la otra tiene 12 (1250 x 1562 píxeles) y está dispuesta en vertical (imagen).
El volante, que es idéntico en todas las versiones, tiene un tacto y un grosor excelentes para mis gustos. Se regula con amplitud y, en conjunto, como los asientos sujetan razonablemente bien la espalda y las piernas, se conduce con comodidad y seguridad sin tener que apoyarse en el volante.
Como en el Renault Megane, en el Scenic E-Tech también existen los modos multi-sense: Confort, Sport, Eco y Personal. Al activar uno u otro, cambia tanto el ambiente en el interior como la experiencia de conducción (afecta, poco, a la dureza de la dirección, a la respuesta del motor y del acelerador).
El sistema multimedia —openR Link— funciona con el sistema operativo Android Automotive 12 y resulta sobresaliente tanto por facilidad de uso como por rapidez de respuesta y opciones de personalización. Tiene funciones integradas de Google, como el navegador (Google Maps) o el reconocimiento de voz (Google Assistant), lo cual supone una clara ventaja frente a la mayoría de sus alternativas porque el entorno de uso es similar al de un teléfono móvil. Es posible descargar más de 50 aplicaciones de Google Play Store y es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, tanto por cable como de forma inalámbrica.
Una de las funciones mejoradas respecto al Megane E-Tech es la planificación de rutas. Cuando se introduce una dirección en el navegador, el sistema propone un plan de viaje con paradas programadas para recargar. El sistema tiene en cuenta datos como el tipo de ruta, pero también la velocidad y, en el futuro, la dirección e intensidad del viento, según aseguran en Renault. Este dato no será medido por el coche, sino que será proporcionado por Google en función del recorrido y la hora. Esa es la teoría, al menos; en la práctica no calcula con tanta precisión y, además, no tiene en cuenta todos los cargadores disponibles, aunque puede servir como guía orientativa. Cuando el coche se aproxima a una estación de carga rápida, se activa una función que calienta la batería (la temperatura óptima es 25 ºC) para que la carga se produzca en condiciones ideales.
También es posible introducir puntos de recarga habituales en el destino. De esta forma, «el sistema permite llegar a estos dos destinos con un nivel de carga de entre el 12 % y el 9 %, reduciendo así el número de paradas durante el trayecto». Otra función interesante es la posibilidad de elegir los puntos de recarga teniendo en cuenta las preferencias del usuario (por ejemplo, los puntos que son compatibles con un método de pago determinado). Desde el teléfono también se puede programar y visualizar la ruta antes de empezar el viaje y transferirla a continuación al sistema del coche en el momento de comenzar el viaje.
La iluminación ambiental consta de un total de 48 tonalidades diferentes para el salpicadero y los paneles de las puertas delanteras. Se puede manejar a voluntad, pero también hay un modo automático que «adapta la tonalidad cada 30 minutos en función del ciclo circadiano (ritmo biológico de 24 horas) y de la hora del día (colores fríos durante el día, colores cálidos por la noche)».
En opción, hay un techo panorámico de dos piezas de grandes dimensiones (Solarbay,imagen) que tiene un cristal cuya opacidad se puede regular cuando se aplica un campo eléctrico. Se puede ajustar en un modo totalmente transparente y otro totalmente opaco. Esta función elimina, según Renault, la necesidad de utilizar cortinillas, aunque cuando la luz está justo encima y el día es muy soleado, se echa en falta. Cuando se desconecta el contacto, el techo pasa a ser totalmente opaco. Esta diferencia de opacidad también puede establecerse por dos zonas (delante-detrás), a modo de una cortinilla semiabierta.
Otra de las novedades frente al Megane E-Tech es el modo Relax para el asiento del conductor. Durante las paradas para descansar o recargar la batería, el asiento se ajusta eléctricamente según una posición previamente guardada y hay disponible una función de masaje con varios niveles de intensidad. Además, durante este tiempo (y hasta un máximo de 45 minutos), el sistema multimedia, el techo solar, la climatización y la iluminación ambiental funcionan con normalidad (lo más habitual es que, pasados unos pocos minutos, se apaguen)
Renault ha colaborado con Jean-Michel Jarre para dos cosas: una, para crear el sonido externo obligatorio para avisar a los peatones de la presencia del coche hasta 30 km/h (es un extracto del tema Crystal Garden) y dos, para crear cinco modos de escucha del equipo de sonido Harman-Kardon.
Plazas posteriores y maletero
En las plazas traseras el piso es plano (al igual que en el Megane E-Tech) y hay un reposabrazos central con tapa, bajo la cual hay sitio para depositar bebidas y dos tomas de tipo USB. El reposabrazos también aloja dos brazos giratorios que, cuando se despliegan, quedan al alcance de cada uno de los ocupantes de las plazas laterales. Sobre esos brazos hay ranuras de goma para fijar teléfonos y tabletas (imagen). La plaza central resulta incómoda por la forma curvada y dura del reposabrazos cuando está plegado. Además, el reposacabezas de esa plaza no es regulable en altura. Como además es un coche estrecho, no es una plaza plenamente utilizable en términos generales, salvo para recorridos cortos.
En la prolongación de la consola central hay salidas de ventilación, pero no mandos para regular la temperatura o el caudal de aire. Tampoco hay cortinillas en las ventanillas laterales, mesitas tras los asientos delanteros, ajuste longitudinal de las banquetas o huecos portaobjetos bajo el piso, cuatro elementos que sí estaban presentes en el Scenic anterior.
El maletero es muy voluminoso. Según hemos medido, tiene 96 cm de anchura, 90 de altura y 66 de profundidad. Bajo el piso hay un cajón adicional (desconocemos su volumen) especialmente indicado para guardar los cables de recarga (imagen).
Un punto negativo es que el borde de carga está muy alto, a 80 centímetros. Eso hace que haya que levantar mucho los objetos para introducirlos en el maletero. De igual forma, el escalón que hay entre el piso del maletero y el borde de la carrocería también es muy grande. En los laterales hay una conexión de corriente y ganchos para depositar objetos.