El puesto de conducción tiene, como facetas positivas, buena visibilidad de día (los ángulos muertos son estrechos), un reposacabezas que da una gran protección (si se coloca debidamente, como indica el manual del coche), una buena distancia entre asientos, volante y pedales, un asiento que es menos blando de lo normal en Renault y una instrumentación abundante (aunque no precisa). Lo malo es la falta de un buen apoyo para el pie izquierdo, un volante demasiado tendido, una mala colocación de algunos mandos (los de la ventilación, por ejemplo) y un cambio que queda lejos (la quinta hay que buscarla).
Como ocurre en casi todos los coches con mucha superficie acristalada y un parabrisas muy inclinado, es difícil que la temperatura interior sea adecuada si hace sol. El climatizador mantiene bien la temperatura en condiciones normales; cuando hay un sol fuerte, no es capaz de evitar que alguno de los ocupantes pase calor.
Si se utilizan todos los huecos que tiene el Scénic, lo difícil será acordarse de dónde está cada cosa. Los hay de todo tipo, según su tamaño y lo fácil que sea llegar a ellos. Hay alguno, como los que están debajo de los asientos traseros, ideales para esconder cosas que raramente se usan. Otros, como los cajones bajo los asientos, son útiles para mapas o cosas así.
Me ha parecido especialmente práctico en hueco refrigerado que hay en la consola, donde se pueden conservar bebidas frías cuando el aire acondicionado está funcionando. En el maletero hay dos guanteras laterales, una pequeña y una grande. En una cabe un pulpo o una red, en la otra unas herramientas. Lo que no hay es un hueco para meter los triángulos de señalización.
Otro detalle que me parece interesante es que las puertas se bloqueen automáticamente a partir de 6 km/h (esta función se puede desconectar). Tiene tres luces de lectura atrás, una para cada pasajero.
Los mandos delanteros para los elevalunas traseros son casi invisibles. Hay que ir tanteando y, hasta dar con ellos, es posible —por ejemplo— darle al botón para desconectar el control de estabilidad.
La bandeja trasera tiene dos posiciones. En la más baja, queda de forma muy práctica para dejar cosas como bolsas ligeras. Es una manera cómoda de dejar ese tipo de cosas, sobre todo en combinación con la luneta practicable (no hace falta abrir el portón). Lo malo de llevar la bandeja abajo es que la cortina parasol integrada (en algunas versiones) ya no se puede usar, porque no llega hasta el techo.
El remate y acabado son buenos, salvo el de algunas piezas de plástico con demasiado filo.