La versión que hemos probado del Renault Mégane E-TECH híbrido enchufable tenía el nivel de equipamiento R.S. Line, que implica unas ruedas específicas (llantas de 17 pulgadas en lugar de 16) y una dirección con una puesta a punto especial (más firme y con mejor tacto) que de alguna forma recuerda a la que tiene el Mégane R.S. Incluso con esta configuración, se nota el peso extra; el Megane Berlina híbrido enchufable pesa 1605 kg, por los 1330 kg que pesa un Mégane TCe de 140 caballos con cambio automático (ficha comparativa). Los cambios de apoyo del Mégane Berlina E-Tech híbrido enchufable son más lentos que los de cualquier otro Mégane y a veces parece que le cuesta más entrar en las curvas lentas. También hemos medido unas distancias de frenado más larga que en otros Mégane (55,4 m desde 120 km/h).
No obstante, si se practica una conducción normal, todo eso pasa a un segundo plano. En condiciones normales, el Renault Mégane Híbrido enchufable responde bien y tiene una suspensión cómoda.
Brilla especialmente en recorridos urbanos, ya que los motores eléctricos ayudan a que el vehículo responda con rapidez y suavidad. Como otros híbridos, sale muy bien de los semáforos y se desenvuelve muy bien en el tráfico urbano y en vías de circunvalación. Además, es muy silencioso, y no sólo en la ciudad, sino también en carreteras de segundo orden e incluso en autopistas, siempre que se circule a velocidades más o menos legales y sostenidas. En general, el Mégane E-TECH híbrido enchufable hace poco ruido cuando se conduce de forma sosegada, aun cuando no funciona en modo totalmente eléctrico. Como otros híbridos enchufables, si se pisa mucho el acelerador (por ejemplo para adelantar en una carretera de segundo orden), el motor de combustión suele trabajar a un régimen elevado y su funcionamiento se hace patente en el interior.
El Mégane E-TECH Plug-in tiene varios modos de gestión de la energía: Pure, Sport, MySense y MySense E-Save.
Modo Pure
El modo de conducción Pure es el que fuerza al vehículo a circular en modo eléctrico mientras hay carga suficiente en la batería y no se pise la última parte del recorrido del acelerador. Según hemos comprobado, es perfectamente posible hacer 45 kilómetros por la ciudad. El sistema eléctrico proporciona potencia suficiente para circular hasta unos 130 km/h. Si se pisa el acelerador hasta el fondo, entonces se conecta de forma automática el motor de gasolina.
Modo My Sense
Utiliza uno, dos o los tres motores en función de la demanda de potencia o de las condiciones de circulación. En este modo, el coche se comporta como en modo Pure hasta que la batería se descarga hasta el 5 % (aproximadamente). A partir de ahí, el Mégane ya no se impulsa principalmente por el motor eléctrico, sino que equivale a llevar un híbrido no enchufable.
En modo My Sense, y una vez que la batería no tiene carga suficiente para impulsar exclusivamente en modo eléctrico al Mégane, el consumo de gasolina por la ciudad y sus alrededores puede estar sobre los 5,0 l/100 km, e incluso algo menos si se conduce con suavidad. Es un gasto inferior al que consiguen otros coches Diesel y de gasolina. En condiciones de viaje por vías rápidas (autovía y autopista) el panorama es distinto. El Megane E-Tech nunca consume mucho, pero sí más que un Mégane Diesel y algo menos que un Mégane de gasolina equivalente. Hay más información en el apartado Consumo y recarga.
En una conducción normal, la gestión del sistema eléctrico es capaz de mantener la batería con un mínimo de carga (en torno a ese 5%) para que los motores eléctricos puedan contribuir con el de gasolina en caso de que el conductor solicite mucha aceleración de forma puntual. Si se conduce de forma muy exigente (por ejemplo, si se realizan varias aceleraciones seguidas e intensas o se circula por encima de unos 145 km/h de forma constante) esa reserva de energía se agota momentáneamente y los motores eléctricos dejan de apoyar al de gasolina de forma paulatina. En último término, el único motor que mueve al Mégane E-Tech y tiene 91 caballos, que es poco para un coche de 1605 kg.
Modo My Sense E-Save
Sirve para mantener la carga de la batería entre el 40 y el 50 %. Si se pulsa el botón cuando la carga está por encima de ese nivel, el sistema deja de gastar batería al llegar ahí. Si se pulsa cuando está por debajo de esa carga, el motor de gasolina actúa como cargador hasta alcanzarlo y, entonces, reserva la carga para cuando el conductor decida hacer uso eléctrico o tenga previsión de usar las máximas prestaciones por periodos prolongados.
Modo Sport
Está orientado a obtener las máximas prestaciones, si bien la aceleración ha sido peor que la del Mégane TCe 140 CV EDC (6,1 segundos).
En la siguiente tabla comparativa aparecen las mediciones de aceleración que hemos obtenido en los diversos modos de conducción. En todos los casos damos la media de tres pasadas (cada una de ellas está compuesta por un valor de ida y otro de vuelta). En los modos Pure y My Sense con batería, todos datos han sido bastante homogéneos durante todo el ejercicio, pero en el modo My Sense sin batería, los resultados han ido empeorando entre cada pasada a medida que se reducía la reserva de energía.
Pure | Sport CON batería | My Sense SIN batería | My Sense E-Save |
18,3 | 6,7 s | 10,6 s | 7,1 s |