Desde el primer instante que arrancamos el motor, el Mercedes-Benz E 320 puede transmitir una sensación de placidez, silencio y confort. La perfecta insonorización interior apenas deja escuchar un motor que ya de por sí es silencioso. No hay vibraciones y todo es suavidad: en el funcionamiento del motor, la dirección, el cambio automático y en las suspensiones.
En carretera, la suspensión neumática «Airmatic DC» (opcional) absorbe cada irregularidad del suelo con enorme eficacia. El confort de marcha es sobresaliente y el E 320 tiene una calidad de rodadura que roza la perfección por suavidad y baja sonoridad. Una vez en marcha, parece no ofrecer impedimento al movimiento y su bajo coeficiente aerodinámico (Cx 0,26), el más bajo entre las berlinas de su clase, permite alcanzar una elevada velocidad máxima: hemos medido 244 km/h (247 km/h marcado en el velocímetro).
Todos los mandos se pueden manejar con facilidad y los diferentes sistemas mecánicos destacan por su suavidad de funcionamiento y eficacia. El cambio automático de cinco velocidades es muy cómodo y agradable de utilizar en condiciones normales. Se puede usar en modalidad completamente automática o se pueden bloquear las marchas de forma manual mediante movimientos secuenciales en la palanca de cambios.
En un uso normal, o incluso de cierto estilo «deportivo», tiene un funcionamiento suficientemente rápido. Si intentamos sacar el máximo partido a las cualidades dinámicas del E 320, este cambio automático es un poco lento en las reducciones. Por otro lado, los desarrollos son algo largos y el salto entre la 2ª y 3ª velocidad es muy acusado.
La dirección tiene una cremallera de desmultiplicación variable, menos directa al principio y más rápida en las posiciones extremas, por eso puede tener un buen diámetro de giro (11,4 metros) con sólo 2,8 vueltas de volante (3,2 vueltas en los anteriores Clase E). Sin embargo, a mí me ha parecido demasiado lenta y poco directa en el punto inicial. Por otro lado, el E 320 tiene servoasistencia paramétrica (opcional en otros Clase E), que varía el grado de asistencia en función de la velocidad: por debajo de 100 km/h la fuerza requerida para mover el volante disminuye progresivamente. En general, me parece que tiene un tacto agradable en cualquier circunstancia (en los anteriores Clase E la servoasistencia era un poco suave).