Es el prototipo de la versión eléctrica del Clase G. Mercedes-Benz dice que sus características son cercanas a las del modelo de producción. Tiene una carrocería de cinco puertas.
Como el Clase G con motor de combustión, el EQG tiene un chasis de largueros y travesaños, el habitual en un todoterreno clásico. La suspensión delantera es independiente y la trasera es un eje rígido «especialmente desarrollado para la integración de la propulsión eléctrica».
Hay cuatro motores eléctricos, van situados «cerca de las ruedas» y controlados individualmente. La transmisión es de dos velocidades, una de las cuales hace las veces de reductora. La batería va integrada en la estructura del chasis. De momento Mercedes-Benz no ha publicado detalles técnicos.
Muchos de sus rasgos de diseño están basados en los Clase G con motor de combustión interna, cuya última actualización es del año 2018. Hay otros que son distintos y futuristas, como por ejemplo la parrilla, que está cerrada y tiene la estrella de Mercedes-Benz iluminada con un efecto de tres dimensiones. También hay iluminación en el marco de la parrilla, en los costados de la carrocería, en la parte posterior, en las carcasas de los espejos retrovisores y en el techo.
Las llantas son de 22 pulgadas de diámetro. En el portón, en lugar de haber colgada una rueda de repuesto exterior, hay una caja con cerradura (imagen) cuyo diseño recuerda según el fabricante a un Wallbox. En ella se puede guardar, por ejemplo, el cable de recarga.
Mercedes-Benz lanzó el primer Clase G en 1979.