A mi juicio, la calidad que transmite el BMW X3 2018 está a la altura de lo que cabe esperar; y lo que cabe esperar es mucho si nos fijamos en su posicionamiento en el mercado. Es difícil saber si las piezas van a acusar poco el paso del tiempo y si todo funcionará después de muchos años de uso intenso, pero no cabe duda que el interior parece bien cuidado y sólido. Las piezas que están hechas para moverse (botones, palancas o ruletas) cumplen su cometido de forma ejemplar, pues tienen la dureza perfecta y son agradables de manejar. Las que están fijas también parecen buenas pues no ceden o crujen si se presionan con los dedos. Una de las pocas cosas que no nos han gustado es que el fondo de las bolsas de las puertas están sin acolchar y, por lo tanto, se produce un ruido desagradable cuando se deposita o se deja caer algo en su interior. Me ha parecido que este BMW está algo más cuidado y da más impresión de lujo que un BMW X1.
El puesto de conducción también puede ser muy satisfactorio. Los asientos delanteros van situados a una altura tal que, una persona de estatura media, apenas tiene que hacer esfuerzo para entrar o salir (los del X1 van ligeramente más bajos). Como es habitual en BMW, hay un apoyo grande y sólido para el pie izquierdo. El volante y la palanca selectora del cambio de marchas están en una posición muy natural y opcionalmente puede haber levas tras el volante (imagen).
La disposición de los mandos en la consola es la corriente en otros modelos modernos de BMW. Personalmente (en realidad es una opinión generalizada en km77.com) creo que BMW ha acertado con el iDrive (imagen) como sistema para controlar gran parte de las funciones del coche. Una vez que se le coge el tranquillo, es fácil navegar por dos distintos menús y llegar la mayor parte de las funciones con poco esfuerzo y por lo tanto pocas distracciones. Adicionalmente, hay algunas funciones que se pueden controlar con gestos (por ejemplo, se puede cambiar el volumen del equipo de sonido, pasar a la pista siguiente o a la emisoria siguiente, rechazar una llamada, variar el punto de vista de las cámaras de visión periférica o apagar la pantalla central). Algunos gestos requieren precisión y algo de práctica para ejecutarlos correctamente; otros se realizan bien a la primera.
Los asientos pueden ser normales o deportivos. Nuestra unidad de pruebas tenía los segundos y aunque me han parecido cómodos no hacen mucho honor a su denominación («deportivos»), pues no dan una sujeción lateral muy grande, al menos con la tapicería de cuero «Vernasca». Ambos asientos delanteros pueden llevar calefacción y ventilación y, el del conductor, puede llevar memoria (imagen). La regulación lumbar (eléctrica, imagen) es opcional. El interior está bien surtido de huecos para vaciarse los bolsillos. Los más cómodos de utilizar están en la consola, donde hay dos cajones con tapa (uno delante de la palanca de cambios, imagen, y otro por detrás, imagen). Nuestra unidad tenía la opción de los ambientadores y el ionizador de aire, con lo que se pierde aproximadamente la mitad de la capacidad de la guantera (imagen). Por delante de la rodilla izquierda del conductor hay otro pequeño receptáculo (imagen).
El mando a distancia con pantalla (BMW la denomina «Display Key») se carga depositándolo sobre la superficie de goma que hay justo delante de la palanca de cambios (imagen) que no es suficiente para que no se desplace en las curvas o en las frenadas más o menos intensas. Desde dicho mando se puede consultar información acerca del vehículo, como el estado de las puertas (si están cerradas o abiertas), el nivel de carburante y los trabajos de mantenimiento pendientes. Su utilidad se aprecia de vez en cuando; su tamaño y volumen están presentes a diario.
Desde el puesto de conducción se controla bien la carretera, aunque hay que acostumbrarse a que el capó es muy largo (es un rasgo de estilo típico de los BMW de motor longitudinal; no ocurre lo mismo en un X1 que lo lleva transversal) y alto. Hacia detrás y en tres cuartos trasero, también se ve aceptablemente bien pues las ventanillas posteriores son grandes y sus formas más o menos cuadradas. Con todo y con ello, el sistema de cámaras de visión periférica es de gran ayuda, aunque su precio también es muy elevado (implica montar el sistema navegación Professional). Este conjunto de cámaras da multitud de posibilidades de ver el vehículo y su entorno. Me parece una excelente opción y ayuda a mucho en el día a día, aunque no es infalible (por ejemplo, con poca luz ambiente se distinguen mal los obstáculos que hay a los lados de la carrocería, como por ejemplo las columnas de un párking).
En las plazas posteriores se va bien, pero se iría mejor si fueran un poco sobreelevadas respecto a las delanteras (algo que sí ocurre, por ejemplo, en un Land Rover Discovery). Como van casi al mismo nivel que las anteriores, sus ocupantes no tienen buena visión hacia delante. Además, las banquetas no van muy alejadas del piso, con lo cual, las personas altas tienen que llevar sus rodillas algo más flexionadas de la cuenta.
De serie, el respaldo de las plazas traseras está dividido en tres partes que se pueden abatir de forma independiente. Hay una opción que permite cambiar su inclinación (imagen): si se coloca en su posición más vertical favorece la capacidad del maletero y si se inclina al tope permite ir a los ocupantes más tendidos. La banqueta de las plazas posteriores no se puede mover sobre un carril como la de un BMW X1 —imagen— o un Audi Q5 —imagen—.
De serie, el climatizador de tres zonas, con lo que en las plazas traseras han mandos para regular el caudal y temperatura del aire (imagen). Para reducir la entrada de luz a las plazas posteriores o garantizar la privacidad de sus ocupantes, es posible montar cortinillas enrollables o cristales tintados. Los asientos pueden ir calefactados, aunque no ventilados.
Según nuestras mediciones, el habitáculo es un poco más amplio que el del modelo anterior, si bien las diferencias no son demasiado grandes en ninguna de las cotas. El BMW X3 sobresale por anchura entre puertas a la altura de los hombros en las dos filas de asientos, donde ocupa los primeros puestos de nuestro listado comparativo (de hecho, es precisamente en esta cota donde más se diferencia de un X1, porque el resto son muy parecidas). La altura libre hasta el techo es normal, pero hay que tener en cuenta que las mediciones que hemos tomado han sido en una unidad equipada con techo panorámico de cristal, elemento que siempre resta unos centímetros en esta cota.
Hemos medido 76 centímetros de espacio para las piernas en las plazas traseras, dos más que en el modelo precedente y que en un Alfa Romeo Stelvio (74 cm), un Audi Q5 (71 cm en el mejor de los casos) o un Mercedes-Benz GLC (71 cm). Un Lexus NX, en cambio, es claramente mejor (82 cm). Un Jaguar F-Pace tiene una cantidad de espacio muy parecida para ocupantes que el X3 (la posición transversal de su motor permite aprovechar mejor el interior). En este enlace hay mediciones de interior de todos esos modelos citados.
El volumen del maletero, 550 litros, no cambia y es exactamente el mismo que tienen el Audi Q5 y el Mercedes-Benz GLC. El del Volvo XC60 es más pequeño (505 litros) y el del NX es sólo 5 litros más capaz (555 litros), mientras que el del Jaguar F-PACE es claramente más grande (650 l). Bajo el piso hay un doble fondo muy profundo, pero de formas irregulares donde va alojado un kit de reparación de neumáticos en caso de pinchazo y algunas herramientas (imagen). En opción, el piso puede llevar dos rieles de amarre y cuatro argollas de amarre regulables. Si no se van a utilizar las plazas posteriores y se desea aumentar el espacio de carga con seguridad, es posible montar una red vertical justo por detrás de los asientos delanteros (imagen).