Los tiradores de las puertas del BMW Compact ya no son de pestaña. Los responsables de BMW han determinado que en caso de accidente tiene que existir la posibilidad de pasar una eslinga a través de un asa por si hay que tirar con fuerza para abrir la puerta. Eso no tiene nada de particular, muchos coches tienen asa en lugar de pestaña. La diferencia estriba en que todas las asas se abren en sentido perpendicular a la carrocería. Pues bien. La del Compact no. El asa se abre tirando hacia afuera y hacia arriba (como en el Lancia Lybra, pero con un movimiento más natural de la mano), ya que es desde donde tira la persona que quiere abrir la puerta. Es un detalle nimio, pero refleja el gusto por la calidad del fabricante de Baviera.
No tan nimio es un limpiaparabrisas que funciona perfectamente incluso con el coche lanzado a 200 km/h. No es una velocidad común, lo sé, y menos si llueve. Muchas veces hay que limpiar el parabrisas de mosquitos a alta velocidad y los limpias dejan surcos, retiemblan, no secan bien toda la superficie, se despegan del cristal, incluso a esa velocidad. En el Compact no hay ninguna diferencia entre pasar el limpia a 10 km/h que pasarlo a 200 km/h. Otro detalle propio de coches de calidad que tiene el 325ti Compact es que la instrumentación es casi exacta, lo menos ajustado a nuestras mediciones ha sido el ordenador de consumo, y la diferencia era siempre inferior a un cuatro por ciento por defecto.
Resolver adecuadamente cada detalle depende más del empeño y las ganas por hacer las cosas bien que de la dificultad en sí. Hay cosas no tan fáciles de solucionar. Por ejemplo, conseguir que la rueda de repuesto no sea un engorro cuando se pincha. En el Compact eso no está bien resuelto.
La rueda de reserva es del tipo «galleta», por lo que en caso de utilizarla hay que recorrer la distancia hasta el taller a una velocidad de 80 km/h. Con ser malo, eso no es lo peor. La rueda normal no cabe en el alojamiento de la galleta (que va por fuera de la carrocería), por lo que hay que ponerla en el maletero y colocar las bolsas y otros trastos entre los pasajeros. Si la rueda es de 225 mm de anchura como la que llevaba nuestro Compact, si se coloca en el maletero no queda espacio para nada más. Un detalle de agradecer, otro más, es la bolsa prevista para colocar la rueda pinchada, de tal forma que no ensucie ni el maletero ni las otras bolsas de equipaje. También que el sistema para sacar la rueda de repuesto es más cómodo y limpio que en otros modelos que también la llevan por fuera (que ya son pocos).
El espacio para bultos no resulta pequeño. Es mayor que en el anterior Compact y más aprovechable, gracias a que el portón trasero deja una boca de carga más grande. Aún así, la forma del maletero no ayuda a cargar grandes bultos, porque los pasos de rueda son voluminosos y lo estrechan mucho. En el Compact hay que destacar que la tapa del maletero se levanta automáticamente apretando el botón del mando a distancia, lo que resulta muy cómodo, por ejemplo, cuando llevamos algo entre las manos. Por otro lado, es también fácil que apretemos el botón en el mando y se abra el maletero sin quererlo.
En el Compact 325 ti, la batería va situada precisamente en el maletero. No resta capacidad de carga de equipajes, porque va colocada por debajo de la alfombrilla. En el 316 ti, ese lugar queda como hueco, en el que se puede colocar alguna herramienta o una caja del tamaño aproximado de una batería.