El BMW Compact 325 ti es de calidad. Lo imprescindible resulta muy bueno: materiales de agradable tacto e impecable ajuste. Cada detalle, hasta el más pequeño, está resuelto con primor y solvencia.
Sus cualidades dinámicas están limitadas por un peso alto, más las prestaciones, el consumo y la frenada que la estabilidad, que es buena.
Cuesta 5,3 millones, no mucho más que un Audi A3 1.8 T de 180 CV y menos que un Mercedes C 230 Sportcoupé.
Todos los BMW Compact que se venden en España tienen de serie suspensión deportiva M- Technic. No he probado la suspensión normal, pero me cuesta creer que le vaya mejor que la deportiva; también creo que va mejor con las ruedas de serie (205/55) que con las opcionales (225/50). El interior resulta amplio y el acceso a las plazas traseras satisfactorio.
Con carrocería de tres puertas, este tamaño y esta potencia solo hay dos coches más aparte del 325ti: el A3 en distintas versiones (desde el 1.8 T con tracción delantera hasta el S3 con 210 CV y tracción total) y el Mercedes C 230 K Sportcoupé. En breve van a llegar al mercado otros coches de este tamaño y potencia, pero con una faceta «deportiva» que no tiene el 325ti Compact: el Ford Focus RS, Honda Civic Type-R y el MG ZR.
Con carrocería de cinco puertas y este nivel de potencia hay varias versiones del Seat León (el Subaru Impreza SW es algo más grande). Con carrocería cupé, este nivel de potencia y un precio entre 4 y 6 millones están el Toyota Celica 1.8 VVTL-i, el Audi TT 180 CV y el Alfa Romeo GTV 3.0 (el Astra Coupé Turbo cuesta 3,8).