Hay dos tipos de motor: bivalente y monovalente. El primero funciona con gas natural así como con gasolina. El motor original se mantiene intacto, pero se le añaden el depósito de gas con sus válvulas, sus conductos y el organizador de la mezcla. Todo esto controlado electrónicamente. Con este tipo de motor el conductor puede elegir en cualquier momento el tipo de combustible, apretando un botón del salpicadero. Este motor es una alternativa adecuada dada la deficiente red de repostaje de gas natural. Da de un 5% a un 10% menos de potencia que la gasolina, debido a que el volumen del gas es mayor y el llenado del cilindro es menor con respecto a la gasolina.
Este tipo de motor está específicamente concebido para funcionar con gas natural únicamente. De este modo, se puede aumentar la relación de compresión y mejorar notablemente la combustión y el rendimiento. Además este motor cuenta con cámaras de compresión especiales, válvulas adaptadas al tiempo de combustión del gas y un catalizador que se adapta al tipo de metano utilizado. El nivel de emisiones de este motor es aún más reducido que el del bivalente. El espacio utilizado por este motor es menor que el anterior, puesto que no se necesitan ni depósito de gasolina, ni bombas, ni filtros. El motor monovalente se suele utilizar en camiones y autobuses urbanos, destinados a hacer trayectos cortos, puesto que estos servicios disponen de una estación de repostaje central.
Hay dos formas de almacenar el gas: comprimido (CNG) o licuado (LNG). Comprimirlo es más práctico. El gas se almacena en bombonas con una presión de 200 bares. Este método es el más utilizado en vehículos para personas y transportes pequeños. Se utiliza una bombona de gas de 80 litros cuyo peso total es de 84 kg. También existen bombonas de aleaciones ligeras e incluso de varios plásticos. Licuado, se almacena a -162ºC en estado líquido. Este método no es muy práctico, puesto que el gas líquido es más pesado que el comprimido. Además los costes del aislamiento térmico del tanque son grandes.
Hay dos tipos de estaciones de repostaje: uno lento, para flotas de vehículos de gas natural, y por particulares. El tiempo de llenado es de 10 l de CNG/hora. Así un tanque de 80 litros tardará 8 horas. La compresión del gas en este procedimiento es mejor.
El otro es rápido, utilizado para estaciones de repostaje públicas. Durante este procedimiento el gas procedente de la estación se comprime con una presión de 250 bares en pequeños tanques dentro de la misma estación. De este modo pueden repostar varios coches a la vez. Este tipo de llenado puede ser llevado a cabo por cualquier persona por ser tan simple como echar gasolina. El repostaje dura pocos minutos. |