Queridos lectores, este corresponsal me da pie para llevar a cabo un análisis muy interesante sobre la situación comparada de varias actividades relacionadas con el automóvil: la prensa, la industria y la legislación.
Para los fundamentos de semejante análisis es necesario hacer acopio de una gran cantidad de datos, consultar fuentes muy diversas y entrevistarse con las personas adecuadas.
Como todo ese trabajo excede en mucho a la contrapartida pecuniaria de este consultorio, mejor me limito a hacer partícipe de mis propias dudas a este corresponsal, que me escribe una carta titulada:
Algunas indicaciones para elegir marido en el sector del automóvil
Estimado señor Solo:
Me pongo en contacto con usted porque debo prestar un consejo sobre algo que es su especialidad y de lo que yo nada sé.
Vera usted, mi hija está considerando contraer matrimonio próximamente. No es porque yo sea su padre, pero es una niña de singular belleza y está muy bien dotada en todos los sentidos. También tiene una dote muy buena, y eso sí es porque yo soy su padre.
Mi querida hija, inteligente y pragmática como su madre, ha decidido que la van a mantener. Hasta ahora, soy quien atiende sus necesidades y caprichos; próximamente habrá otro hombre en su vida con ese cometido. No sé si esto que le digo le lleva a usted a utilizar algún estereotipo para formarse una idea de cómo es mi hija. Si así fuera, le aseguro que se equivocaría.
Mi hija es una persona muy ingeniosa, brillante académicamente, habla con soltura cuatro idiomas, es buena amazona, lee música y he visto cómo en una tarde adquiría una destreza notable en tañer el birimbao (eso sí, delante de una cocina es aún más inútil que su madre).
Todo eso lo ha conseguido sin mucho esfuerzo y no lo digo por presumir, todo lo contrario. Yo, que he tratado de suplir mis carencias con el esfuerzo, no he sido capaz de transmitirle a mi hija el valor del trabajo y la dedicación. Consciente de ello, prefiere escoger a alguien que le pueda solucionar la vida materialmente y, de paso, atender sus eventuales necesidades de roce.
Siempre ha tenido muchos pretendientes, ya se figura usted, pero ahora mismo sólo hay tres en su círculo más íntimo. Uno es un prometedor periodista del motor, ya influyente y considerado; otro comienza una brillante carrera en la industria del automóvil, dentro del área de márquetin; el tercero es un joven con sólidas apoyaturas políticas que se abre camino en la Dirección General de Tráfico.
Los tres son de muy buena familia y, a juzgar por las alteraciones que provocan en la parte femenina de nuestro servicio, apuestos y deseables. Los tres parecen perdidamente enamorados; si no se han batido en duelo hasta ahora, ha sido por la habilidad diplomática de mi hija.
Tienen algo más en común: no entiendo a ninguno de ellos cuando hablan. Usted verá, el otro día venía el periodista con un coche de esos bajitos con ruedas grandes y sin puertas de atrás.
Qué ¿corre mucho?
En cuanto a prestaciones, decir que el par se distribuye de manera bastante uniforme, lo que favorece la elasticidad del propulsor. Esto lo propicia un turbocompresor que incorpora geometría variable, lo que le otorga poderío a todo régimen.
Me imagino que este hombre sabe mucho de coches y, como yo no sé nada, no me entero. Es un problema distinto del que tengo con el de márquetin, que nunca sé de qué está hablando exactamente. Eso sí, no sé como lo hace, pero parece que casi todo lo dice en mayúsculas.
Y los monovolúmenes esos ¿para qué los querrán?
Nuevos Conceptos, mi querido suegro, Nuevos Conceptos. Es lo que los gurús americanos del Marketing llaman «New Concepts». Los Códigos Estéticos se declinan en un entorno de fuerte mutación de las Actitudes de Consumo, donde los valores tradicionales están en constante Evolucionabilidad.
Al político le entiendo algo mejor al principio, pero cuando coge carrerilla pierdo el hilo.
Muchos accidentes ¿no?
La Seguridad Vial es uno de los problemas capitales en cualquier escenario. Cada vez que alguien coge un coche, se dan los escenarios posibles para generar las circunstancias desencadenantes del accidente: la velocidad, el alcohol, la niebla o la falta de un rechazo social para las conductas temerarias que generan las circunstancias desencadenantes de los accidentes en cualquier escenario. Piense que, si cada vez que coge usted el coche puede tener un accidente o no tenerlo, las estadísticas demuestran que el riesgo de tener un accidente es del cincuenta por ciento ¡Tolerancia cero, tolerancia cero!
Mi hija, con objeto de hacer la elección más juiciosa, me ha preguntado sobre el futuro de esos tres sectores del automóvil: la prensa, la industria y la política ¿Qué opina usted?
También le transmito una duda personal ¿No se encontrará mi hija con que hay más necesidades que el respaldo para la tarjeta de crédito? En mi juventud escuchaba a Gentle Giant referirse a una chica que lo tenía todo pero no era nada (cita) ¿Cree usted que es eso un riesgo cierto? ¿Es posible que mi niña llegue a sufrir por no ser una persona, sino un apéndice de otra?
Atentamente:
Raimundo Sulmanez
Mi querido amigo, ante todo permítame felicitarle por el buen juicio de su hija. En una consulta anterior señalaba que el matrimonio, como cualquier forma reglamentada de relación que tenga por fin la reproducción y la cohesión social, fue concebido cuando la esperanza de vida del ser humano no era mucho mayor de treinta años. En ese momento, naturalmente, era impensable estar con otra persona tanto tiempo como ahora se pretende.
Esto es un hecho, pero debo añadir que se ha ideado un método eficaz para prolongar la vida en común: el matrimonio de conveniencia. Quienes sostienen que la larga duración de una pareja es una forma de «éxito», no deben perder de vista que las parejas más longevas son las producidas por una comunidad de intereses materiales.
Mi consejo es que, ahora que ella tiene tan claro el juicio y el galán está tan entregado, pacten ante notario las condiciones del divorcio. De esta forma, en caso conveniente, podrá sacar de él aún más de lo usual.
Y vamos ya con el pequeño comentario acerca del futuro del sector. En la prensa especializada del motor se da en gran medida una incertidumbre común a toda la prensa: Internet es el mejor medio de comunicación, pero no el mejor negocio editorial.
Internet tiene ventajas definitivas sobre los medios de papel: todo el contenido elaborado por el medio puede estar a disposición de los lectores; la información es manipulable por el lector (por ejemplo, al comparar los coches que él quiera); permite hacer referencias fáciles de consultar a otras fuentes de información; ha hecho accesibles a una cantidad ingente de medios (algunos buenos); ha limitado las fronteras al idioma; ya tiene imagen y sonido y, a no mucho tardar, lo habrá con una gran calidad; y es también una cuestión de tiempo que Internet sea un canal más en el televisor. La única ventaja del papel es que no requiere un ordenador para verlo, algo que se soluciona con una impresora doméstica.
No es extraño que la audiencia de los medios de papel disminuya, pero lo hace en menor medida que aumenta la de los medios de Internet: Esto quiere decir que la demanda de información es ahora mayor; no sé si ese aumento de la demanda es causa o efecto de la mejora en la oferta.
Parte de la mejora en la oferta se debe a que la prensa no es ya la única fuente de información. Desde Internet, un fabricante, una compañía de seguros o una de «renting» pueden dar mucha información útil. Para los interesados en la tecnología y la mecánica del automóvil, las páginas de los fabricantes de componentes tienen un valor formidable.
Aunque la audiencia de las revistas de papel está en un declive que parece inexorable, algunas siguen siendo un buen negocio. Internet gana audiencia, pero aún no tiene las adecuadas fuentes de ingresos. Puede ocurrir que la pérdida de audiencia del papel se precipite antes de que los medios de Internet tengan los ingresos necesarios alcanzar estructuras grandes. Es una situación muy parecida a la del viejo chiste del que manda a su hijo a Inglaterra para que aprenda el idioma (resto del chiste, es muy malo). No sé cómo se resolverá esa situación, pero no le recomiendo a su hija que tome por esposo al periodista.
Cómo se resuelva esa situación en la prensa depende mucho de lo que suceda en el área de márquetin dentro de la industria, cuyo futuro tampoco me parece claro. Posiblemente, la reducción de costes ha sido el cambio reciente más importante en la industria del automóvil. Las marcas han ahorrado en plástico, clemas y caudalímetros ¿Ahorrarán en márquetin? No me pregunto si ajustarán el presupuesto de márquetin a variaciones coyunturales, sino si va a haber una reducción drástica, si las marcas se van a replantear completamente la rentabilidad de esa inversión.
Después de pensar mucho sobre el asunto, he llegado a la conclusión de que pueden ocurrir tres cosas con los recursos destinados al márquetin: que aumenten, que se queden como están o que disminuyan (esto, dicho con lenguaje marquetiniano, quedaría mucho mejor).
Que los coches sean cada vez más ajenos a las marcas, porque están más en manos de proveedores, hace que todos tengan mucho en común. Como los que diseñan los coches hoy están aquí y mañana allí, la parte de la «imagen de marca» relacionada con el aspecto puede durar lo que dure una generación de modelos. Y, si no hay grandes diferencias en lo que se vende, cobra importancia la forma de venderlo. Por esa razón puede haber buenas perspectivas para quienes se dediquen a eso.
Es también posible que las cosas se queden como están. Lo de la reducción de costes era algo bien tangible, no sé yo si alguien se atreverá a hacer cambios importantes basados en aspectos más inaprensibles del negocio, como la rentabilidad de la publicidad y la promoción. Además, una cosa es decirle a un proveedor que no, que más barato, y otra es quitarse uno competencias y presupuesto, o quitárselas a uno que está por debajo de uno y por tanto lo sostiene a uno.
La tercera posibilidad es que esos recursos disminuyan. Nunca me han dado una respuesta completamente satisfactoria a la pregunta ¿cuál es el gasto por coche en promoción y publicidad? (entre otras cosas, porque en las cifras que me dan hay diferencias con relación de diez a uno), pero siempre me he quedado pensando que en esa cantidad puede haber mucho que ahorrar. A lo mejor eso mismo se lo ocurre a alguien con mando y fuerza (aunque sea un disparate, que no lo sé), así que mejor que su hija se aparte de ese camino.
Mi consejo, querido amigo, es que se decida por el político. La única incertidumbre en ese caso es que gane o no las elecciones, pero eso es algo que siempre acaba pasando. Si ya está bien colocado, basta con que haga carrera por el procedimiento de decir sólo lo correcto políticamente. Eso es muy fácil en el área de tráfico, porque todo el mundo sabe lo que tienen que hacer los demás para que las carreteras sean seguras. Lo único que debe hacer para consolidar su posición es perorar y legislar en ese sentido.
Que su labor no tenga ningún efecto en la seguridad del tráfico es lo de menos. Si baja el número de muertos en el puente siguiente a la publicación en el BOE de nosequé reglamento, medalla que se anota. Si sube, la culpa es del tiempo: o ha hecho bueno y «el buen tiempo ha hecho que sean muchos los desplazamientos», o ha hecho malo y las «condiciones meteorológicas adversas han provocado muchos accidentes».
Además, por lo que me cuenta de su posible hijo político político, creo que tiene maneras para ser un ministro del ramo tan bueno como éste.
Veo que usted conocía Gentle Giant al principio de su carrera, pero no la siguió hasta el final. Hizo bien, porque los dos últimos de sus diez álbumes son completamente prescindibles, salvo para los incondicionales. No obstante, entre el primer disco que usted cita y los últimos transcurrió tiempo bastante para que algunas de sus letras se desprendieran del punto sensiblero que podían tener. Si primero hablaban de esa chica en los términos que usted comenta, al final decían que todo lo que hace falta para ser lo que uno quiera es una máscara (cita).
¿Qué es «ser una persona», mi querido amigo? No creo que una persona lo sea en tanto que titular de una tarjeta de crédito, pero tampoco creo que lo sea por proveer de fondos a la tarjeta.
«Persona» deriva de una voz de origen etrusco que, en latín, fue la palabra para nombrar a la máscara del actor. Si a su hija le asaltan esas dudas y no lo creo recuérdele que no debe preocuparse mucho por lo que sea, porque lo que somos es una voz que sale de detrás de una máscara |