No pude hacer muchos kilómetros conduciendo el S60 pero fui bastante rato en el asiento derecho, principalmente por autopista. La primera sensación que tuve fue que la velocidad máxima —limitada a 250 km/h— se alcanza con relativa facilidad, sin más inconveniente que un consumo igualmente alto.
En algo menos de 100 km la aguja del depósito bajó desde indicar prácticamente lleno a prácticamente la mitad. No es un cálculo muy preciso, pero a esa velocidad, entre 230 y 250 km/h, el consumo debe rondar los 30 l/100 km.
Cuando pude conducir yo, miré el consumo instantáneo a velocidad alta estabilizada durante algunos kilómetros, y no bajó nunca de los 25 l/100 km. Nunca he medido el consumo de otros coches a esta velocidad, pero no creo que deba ser más bajo. Me fijé porque nunca había visto gastar casi medio depósito (caben 68 litros según Volvo) en menos de 100 kilómetros.
No conduje en carretera de curvas, por lo que no puedo hablar de sensaciones en apoyos fuertes y curvas enlazadas. Los amortiguadores pueden variar de dureza, mediante un botón en el salpicadero, en tres niveles: «Comfort», «Sport» y «Advanced». Con el Comfort y el Sport me sentí cómodo y seguro incluso velocidad alta. Cuando íbamos rápido de verdad, el periodista que conducía eligió el nivel Sport. Yo también me decidí por el Sport pero con el Comfort se puede ir también con tranquilidad a velocidades elevadas. En cambio, con el rango de dureza Advanced el coche va demasiado duro. Incluso en autopista, con aparente buen firme, los ocupantes resultan agitados como en una coctelera.
Aunque tengo muy poca experiencia en circular a esas altísimas velocidades, me pareció que el S60R no exigía demasiado al conductor. Hay que estar muy atento, eso sí, porque las cosas pasan muy deprisa, pero el coche me pareció estable a esa velocidad.
Probé en un par de curvas, sin apurar demasiado, con los amortiguadores en nivel de dureza Sport. Me causó buena impresión. Es un coche de cuatro ruedas motrices, muy potente, y cuyas sensaciones conviene experimentar repetidamente antes de lanzar un veredicto. Seguro que va muy bien, esa impresión me dio. Pero cuánto de bien no lo puedo decir.
El cambio de marchas de seis velocidades es rápido, seguramente muy rápido, con una distancia lateral mínima entre los diferentes palos de la «doble H» y con recorridos longitudinales también cortos. El embrague es duro, como no podía ser de otro modo en un coche con este par motor, pero menos duro que en otros coches de potencia similar, como el M3.
Mi sensación es que en otros coches, como el M3, el fabricante ha querido resaltar el aspecto deportivo. En cambio, en el S60 R, a pesar de que las prestaciones son muy elevadas, el fabricante no ha querido resaltar ese aspecto, sin renunciar a la efectividad. No es un coche bronco (sólo es incómodo si se opta por la dureza de amortiguación Advanced), ni ruidoso, ni con un embrague y cambio duros. Es todo suave, pero con la particularidad de que si se opta por la Advanced se convierte en una tabla, seguramente más apropiada para ser utilizada en circuito que en carretera.